La 'Lolita' de 'La flaqueza del bolchevique' se pasa al enemigo. María Valverde sí es —pero no es— la debilidad del anarquista. Con el trasfondo de la Guerra Civil y coproducción germano—francesa la joven actriz llega a nuestras pantallas acompañando a Juan Diego Botto a bordo de 'La mujer del anarquista'.
'La mujer del anarquista' es un ejemplo de cómo la verdad histórica puede resultar inverosímil. Difícil de creer no porque lo que cuenta sea tan extraordinario que lo veamos imposible. La realidad es una fuente inagotable de ficción, da para estos avatares y mucho más. Lo que le ocurre a 'La mujer del anarquista' es que ni los propios actores dan credibilidad a unos personajes mal perfilados. Sobre todo están mal dirigidos.
Un derroche los modelitos fuera de lugar de María Valverde haciendo de Manuela , esposa descolocada de Justo, el anarquista, Juan Diego Botto. Es casualidad, y un acierto de la película, que Ivana Vaquero dé tan bien el perfil. Parece realmente la hija de la novia cuando una hora después la edad de la niña Paloma obliga a cambiar de actriz y aparece en pantalla como adolescente la revelación de 'El laberinto del fauno'. Y, cómo no, al ser coproducción franco-alemana-española tiene que haber actriz germana. Mira por donde, Nina Hoss es la que más emoción transmite. La emoción viene de su personaje y de los documentos reales de los bombardeos de Madrid por la aviación sublevada.
Lenin —así se llama el personaje que interpreta Hoss— es una luchadora y generosa mujer que la guerra ha convertido en apátrida o, más bien, en ciudadana solidaria del mundo. Una verdadera lástima que este empeño de Peter Sehr, codirector junto a su mujer Marie Noëlle y productor, no haya salido como el intento merece. Quizá la directora tenga idealizada la figura de su madre, cuya vida y la de sus abuelos pretende haber recreado libremente en 'La mujer del anarquista'. Esa idealización la ha traicionado. La guerra civil española y el contexto del exilio en el sur de Francia resultan ser puro decorado para una historia de amor sobreactuada y retórica.
...Como les ha ocurrido a tantas miradas exteriores a nuestro pasado o nuestro presente. No hace mucho veíamos 'Vicky Cristina Barcelona' que, sin embargo y a pesar de ser de Woody Allen, ha resultado un éxito en su país. Una y otra lo que describen resulta cartón piedra turístico. Esperemos que la próxima les salga algo mejor. Peter y Marie todavía parecen conservar el impulso de la juventud.
Valoración: 4/10
'Anarquistas del mundo, uníos' probablemente resulte una contradicción en los términos. Ernst Junger, en su novela 'Eumeswill', retrata al anarquista y al anarca, que quizás sea el anarquista verdadero, el tirano, que es el único que de verdad hace lo que le viene en gana. La libertad del anarquista está siempre limitada por la libertad de los demás y para que ese límite se respete, o el anarquista es Dios y conoce en cada momento de cada uno cuándo la libertad del otro es preferible –santamente lo actúa-, o hacen falta las leyes. Para que las leyes se cumplan hace falta el Estado. Y ya no puede ser el anarquista. Salvo que el anarquista venga descafeinado. 'Yo soy yo, con el otro' anula la posibilidad del Yo soberano.
Por el extremo izquierdo va uno al nihilismo y pone bombas. Por el extremo derecho va uno a Ayn Rand, hace filosofía, escribe libros, guiones de películas como 'El manantial' (King Vidor, 1949) y le aconseja uno al Titán que sostiene sobre sus hombros al mundo que lo suelte. En uno y otro caso, el mundo por los suelos. Lo que no excluye que el anarquismo sea una hermosa idea, como es hermoso el caos y muy molesta la imposición del orden.
Justo (Juan Diego Botto) le pone al anarquista las proclamas. Justo se ha casado con una chica de carácter, caprichosa y encantadora, que igual tiene que ir lo uno con lo otro, y vive su compromiso político en las trincheras del Frente de Madrid, actuando la magia de la radio para sus defensores. Es la guerra.
Película en la que salen malos de todos sitios y buenos en los dos lados, con una segunda parte en Francia más confusa y menos verosímil.
Lo mejor: una Nina Hoss aventurera romántica que merecería ser la próxima Indiana Jones ('Biggles' es una referencia más exacta, pero menos conocida); la presencia física de Juan Diego Botto; la eficacia de Ivana Baquero; y una María Valverde que confía la madurez de su heroína a la interpretación, no al maquillaje.
Valoración: 6/10
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