Nairobi.- Kenia, el país de origen de la familia paterna de Barack Obama, celebra hoy con actos oficiales, conciertos y expresiones de júbilo callejeras su investidura como primer presidente negro de Estados Unidos.
En la capital keniana, Nairobi, el principal centro de conferencias, Kenyatta International Conferencial Center (KICC), albergaba a cientos de seguidores que, desde primeras horas de la mañana, se concentraron frente a las tres grandes pantallas que conectaban en directo con Washington.
Fuera del recinto, varias carpas acogían a los miles de kenianos que quisieron echarse a las calles para dar muestra de su júbilo ante el nombramiento de Obama, a quienes consideran su propio candidato, debido a los lazos familiares del 44 presidente estadounidense con Kenia.
"Es un momento de inmensa alegría. Uno de los nuestros ha llegado a lo más alto. Nada podrá ser igual desde ahora", dijo a Efe Wamae Mwangi, un vendedor de camisetas que llevaban impreso el rostro de Obama.
Tanto la población como los medios de comunicación se han volcado con Obama desde que su candidatura se materializara, y prueba de ello es la intensa cobertura que han dado radios y periódicos, que han logrado que Kenia viviera el nombramiento como propio.
El diario "The Standard", uno de los principales del país, patrocinó hoy los actos de celebración en la capital, y otros medios destinaron la mayor parte de su espacio a la biografía del ex senador por Illinois y sus vínculos con Kenia.
El lugar que probablemente más ha festejado la elección de Obama es Kogelo, tierra natal de su familia paterna y donde sigue viviendo su abuela, "Mama Sarah", quien viajó el pasado viernes a Estados Unidos para presenciar la investidura de su nieto.
La orgullosa abuela llevó a Obama regalos muy especiales para recordarle sus antepasados luo, etnia a la que pertenecen, y, entre otras cosas, eligió para él un escudo y una lanza, típicos emblemas de su comunidad.
En Kogelo, al oeste de Kenia, tal y como ocurriera el día de las elecciones, los habitantes salieron hoy de sus casas para seguir juntos el evento.
En homenaje a los numerosos visitantes que se acercaron a la aldea estos días, los aldeanos sacrificaron dos toros y diez pollos y amenizaron la jornada con bailes y cantos populares.
Mientras, en Siaya, a tan sólo 20 kilómetros de Kogelo, alrededor de 5.000 personas siguieron el acto de investidura gracias a tres enormes pantallas que el gobierno local dispuso para sus habitantes, la mayoría de los cuales carecen de electricidad y agua corriente en sus casas.
La industria turística también sacó partido del nexo entre Kenia y Estados Unidos, y la prensa anunciaba estos días aforo completo en los hoteles más lujosos de la costa, donde se esperan largas fiestas nocturnas.
En otro punto de Kenia, en los bosques de Kakamega, al noreste del país, la consultora estadounidense Hill & Knowlton patrocinó conciertos durante todo el día, que también reunieron a cientos de personas.
A pesar del despliegue en torno a la investidura, ningún alto cargo público keniano viajó a la capital estadounidense debido a la actual crisis económica que afecta a Kenia.
El entusiasmo de estos días despistaba la atención de los kenianos de tres grandes escándalos de corrupción que han sacado a la luz los trapos sucios de su clase política.
Maina Otieno, una de los asistentes a los actos de Nairobi, recordó, no obstante, que "no podemos olvidar lo que pasa en nuestro país y volver la vista hacia Estados Unidos. Primero debemos resolver nuestros propios problemas".
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