La Habana.- El general Raúl Castro, muchos cubanos y parte de América Latina, encarnada en la presidenta argentina Cristina Fernández, presenciaron hoy desde el balcón de enfrente, el Malecón habanero, la investidura de Barack Obama.
Un balcón de cemento que hoy estaba parcialmente cerrado al tráfico y con pocos viandantes, porque lo azotaban grandes olas impulsadas por un "frente frío" procedente de un norte que ha marcado no solo el clima sino la historia de Cuba.
Pero hoy todo era normalidad y calma aparte de "la frialdá", como dicen a la brisa fresca los cubanos, entre ellos muchos que aguardaban a Obama con esperanza contenida, porque, según dijo a Efe un habanero, "peor que (George W.) Bush no puede ser".
Lo mismo piensa Esther, maestra jubilada: "Es bueno probar con otra persona (...) Bush fue tanto desastre que siempre el que llegue después (...) no podrá ser nunca peor sino siempre mejor".
Cristina Fernández estaba al pie del Malecón a la hora de la ceremonia en Washington, presidiendo en el Hotel Nacional una reunión de empresarios argentinos con funcionarios cubanos.
La presidenta es una oración más, pero muy fervorosa por estar en Cuba justo hoy, en el rosario de líderes latinoamericanos que han pedido al nuevo huésped de la Casa Blanca que levante el bloqueo comercial y financiero que Washington aplica a Cuba desde 1962.
Con argumentos éticos (es injusto porque perjudica al pueblo cubano) o pragmáticos (simboliza medio siglo de fracasos para derribar la revolución), casi toda América Latina coincide en que Obama haría bien en levantarlo o, al menos, reducirlo y suavizarlo.
Lo han reclamado en La Habana en los últimos doce meses los presidentes de Brasil, Uruguay, Panamá y Ecuador, entre otros, y hoy lo reiteró Fernández, y pronto llegarán los de México y Chile.
Quizá sea el mayor logro de Raúl Castro en su primer año como presidente, porque sus anunciadas reformas internas, según un chascarrillo que circula en Cuba, son como el Yeti, el abominable hombre de las nieves, que ha producido toneladas de literatura, pero nadie lo ha visto.
También estaban al pie del Malecón varios disidentes cubanos, invitados a ver por televisión el relevo en la oficina de intereses de Estados Unidos en La Habana.
Miriam Leyva, fundadora de las "Damas de Blanco" (familiares de 75 opositores encarcelados en 2003), dijo a Efe que el Gobierno cubano "debe tomar muy seriamente" la disposición de Obama "de conversar e ir a un mejoramiento de las relaciones".
Otros disidentes calificaron su discurso de valiente, importante, realista e impactante, y todos escucharon alusiones a Cuba a pesar de que él no la mencionó.
Sobre el embargo, un diplomático explicó que no es posible que Obama lo levante ya, porque hay leyes cuya remoción requiere años, pero sí puede eliminar órdenes ejecutivas que endurecieron su aplicación, o dar instrucciones de que no se aplique con demasiado celo.
El ex canciller mexicano Jorge Castañeda aseguró en un reciente artículo que a Obama le beneficiaría "un fin unilateral del bloqueo, en el sentido de que no se le pediría ni se esperaría nada del régimen cubano a cambio", pero que generaría concesiones cruzadas que podrían satisfacer a muchos.
Pero para muchos cubanos esta fue una jornada como cualquiera otra, cada cual dedicado a resolver sus precariedades y escaseces cotidianas.
A la mayoría no le conmueve el cambio de inquilino en la Casa Blanca, como tampoco comenta por qué no hay desde hace más de un mes noticias recientes, ni escritos actuales, ni datos frescos de cualquier clase, sobre el ex presidente Fidel Castro.
Los medios informativos cubanos, todos oficiales, no han registrado, ni desmentido, ni comentado en forma alguna, las versiones de las últimas semanas en otros países sobre la salud del líder de la revolución.
Sobre el relevo en Estados Unidos, el periódico Granma, portavoz del gobernante Partido Comunista, solo tiene hoy en primera plana un pequeño aviso de que esta tarde habrá un programa de la televisión oficial al respecto, y el otro diario habanero, Juventud Rebelde, ni siquiera menciona eso en su portada.
La prensa cubana ha estado más atenta a despedir a Bush que a dar la bienvenida a Obama, a quien ven con mucho recelo.
"¡Al fin se fue Bush! Buen viaje al basurero de la historia", se titula un artículo distribuido hoy mismo por el Centro de Prensa Internacional del ministerio cubano de Exteriores.
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