Londres.- El Gobierno británico salió hoy, por segunda vez en tres meses, al rescate de la banca para estimular el estancado mercado del crédito y evitar un mayor deterioro de la economía.
Ante la situación económica, el Gobierno presentó un nuevo plan destinado a facilitar garantías a los bancos para que éstos vuelvan a otorgar créditos a las empresas y a las familias.
En palabras del ministro británico de Economía, Alistair Darling, se trata de unas medidas "esenciales" para salvar la economía, que atraviesa por una recesión, con pérdidas de numerosos empleos.
Según la consultora "Ernst & Young", el número de desempleados en el Reino Unido puede superar los 3,2 millones a finales del 2010 y alcanzar los 3,4 millones en el 2011.
El plan anunciado hoy tiene como objetivo poner en marcha un mecanismo que garantizará -a través del pago de un honorario (que se podrá hacer en efectivo o acciones) y hasta un determinado nivel- las llamadas deudas "tóxicas" de los bancos para animarles a reanudar la concesión de créditos a los negocios y a los particulares.
El Tesoro británico quiere proteger a las instituciones financieras de posibles pérdidas por impago de sus deudores, con lo que se espera que las nuevas medidas sean suficientes para devolver la confianza en el sector.
Con el plan de hoy, el Gobierno amplía el llamado Programa de Garantía del Crédito, que asegura las deudas de los bancos que fueron recapitalizados por la Administración a finales de 2008.
Este es el segundo programa que presenta el Ejecutivo laborista en tan sólo tres meses.
El Tesoro ha analizado varias opciones puesto que el primer plan de rescate, de 37.000 millones de libras (unos 40.330 millones de euros), dado a conocer el pasado octubre, no consiguió crear las condiciones necesarias para reanudar un flujo normal de préstamos.
De esta manera, el Gobierno decidió presentar hoy un segundo conjunto de medidas después de las fuertes caídas sufridas el pasado viernes por varios bancos en el mercado de valores.
Según el Gobierno, este plan se ha hecho necesario debido al deterioro de la situación financiera global en los dos últimos meses y porque la concesión de créditos a "los negocios, los propietarios de viviendas y los consumidores es esencial para apoyar la recuperación económica".
"En los últimos dos meses en particular, la situación financiera global y la economía han seguido deteriorándose. En particular, a nivel internacional, la disposición de los bancos a incrementar sus créditos se ha visto limitada por la incertidumbre sobre el valor de las pasadas inversiones", indica la nota.
"Las medidas de hoy pretenden atajar la principal fuente de incertidumbre en el sistema financiero y mejorar la confianza, permitiendo a los prestamistas aumentar sus créditos, lo que se traducirá en un apoyo mas eficaz a la economía", puntualiza la nota.
Al defender el programa de hoy, el primer ministro británico, Gordon Brown, aseguró que estas son unas medidas con un único propósito, "aumentar la cantidad de préstamos disponibles a las familias y los negocios que son la columna vertebral de este país y que quieren invertir y crear puestos de trabajo".
La disponibilidad del crédito en general es "inadecuada" como para apoyar un crecimiento de la economía, resaltó Brown en rueda de prensa para explicar el plan de rescate.
Para el titular de Economía, "los bancos en todo el mundo se han visto en serias dificultades y, sinceramente, los gobiernos han tenido que resolver los problemas".
Según explicó, el primer rescate fue necesario para evitar un inmediato desplome del sistema bancario británico, pero el de hoy responde al problema de la falta de la concesión de créditos a las empresas.
"Los préstamos, por varias razones, no se conceden a los negocios, a las personas que necesitan hipotecas, en el nivel que necesitamos para apoyar la economía", agregó.
Parte de este problema, puntualizó, es que los bancos extranjeros han reducido su actividad en el Reino Unido.
También dejó claro que el Gobierno no pretende mantener a largo plazo su participación en los bancos, si bien aumentó la suya en el Royal Bank of Scotland (RBS).
Así, el RBS llegó a un acuerdo con el Gobierno para el canje de 5.000 millones de libras (unos 5.450 millones de euros) en acciones preferentes por ordinarias, lo que aumenta la participación del Estado del 58 por ciento hasta el 70 por ciento.
El RBS dijo que este canje de acciones le permitirá obtener liquidez y ahorros de 600 millones de libras, todo lo cual estimulará la concesión de nuevos créditos a sus clientes.
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