Washington.- Los avances tecnológicos han popularizado el estudio del cosmos, según la revista Science, que en su número de hoy rindió tributo a la cooperación internacional tras la proclamación de 2009 como el Año Internacional de la Astronomía.
Este año el mundo celebra los 400 años desde que Galileo Galilei usó un telescopio para auscultar el cielo y desde la publicación de "Astronomia Nova", en el que Johannes Kepler demostró la órbita elíptica de los planetas.
Science también conmemora los 200 años del natalicio del naturalista inglés Charles Darwin y los 150 de la publicación de su "Origen de las especies".
"Este es el momento oportuno de subrayar el punto fascinante en el que se yuxtaponen la astronomía y la biología: ¿Existe vida en otras partes (del universo)?", se preguntó en un editorial Martin Rees, profesor de cosmología de la Universidad de Cambridge.
Según el científico, la astronomía ha experimentado una enorme expansión como resultado de la cooperación internacional ilustrada por el Observatorio Europeo del Sur, en Chile, así como la encabezada por Japón, Europa y Estados Unidos.
"Unos instrumentos poderosos han desvelado un universo más vasto y complejo que el que pudieron vaticinar nuestros antepasados", señaló Rees.
Sin embargo, pese a su complejidad el público ha tenido amplio acceso al tema debido al avance tecnológico que han representado la televisión e internet.
Además del editorial, Science publicó en su edición especial artículos dedicados a la historia y la cultura de la astronomía y cuatro informes que revelan su avance y sus misterios.
Uno de ellos se refiere a la detección de emisiones de metano en la superficie de Marte que implicarían actividad geológica y hasta procesos biológicos, según científicos de la NASA, la Universidad Católica en Washington y la Universidad de Maryland.
Otro de los misterios es el de estrellas que tienen masas 20 veces mayores que las de nuestro sol.
Según científicos de la Universidad de California, este tipo de astros producen tanta luz que su presión sobre el gas y el polvo que les rodean es más fuerte que su atracción gravitatoria.
Con ese tamaño, la presión debería impedir que esas estrellas agregaran más gas, pero de alguna forma siguen creciendo y llegan a ser 100 veces más grandes que nuestro sol.
Según modelos científicos, ese crecimiento se debería a "inestabilidades" que producen fragmentaciones que llevan a la formación de sistemas de estrellas masivas.
La serie también incluye el interrogante planteado por indicios magnéticos en rocas lunares traídas por las misiones Apolo de la NASA.
Los análisis hechos por científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) implican que hace unos 4.200 millones de años el satélite natural de la Tierra tenía un núcleo de hierro.
El último estudio se refiere al descubrimiento mediante el telescopio espacial Spitzer de la estrella de carbono MAG-29, que podría arrojar nuevas pistas sobre los misterios de la creación del universo.
Según un grupo internacional de astrónomos, esa estrella parece emitir polvo cósmico, actividad que los científicos creían dominada por las supernovas en los albores del universo.
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