El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha afirmado que su Ejército "está aproximándose" ya a los "objetivos establecidos", pero pidió "paciencia, determinación y coraje para conseguir tales fines que desembocarán en un cambio de la realidad de la seguridad en el sur (de Israel)". Al mismo tiempo, la cúpula militar ha pedido al Gobierno que decida ya entre proclamar un alto al fuego o lanzar la "tercera fase" de la operación.
Este tipo de declaraciones, sin embargo, no deben ser leídas como una posible relajación de la ofensiva israelí, si tenemos en cuenta el tono general del discurso de Olmert y el incremento en el número de víctimas palestinas que se está produciendo durante la decimosexta jornada continuada de bombardeos.
De este modo, el primer ministro ha criticado a la comunidad internacional que aboga por un alto el fuego inmediato en Gaza argumentando que "ningún país del mundo", incluidos los que "sermonean" a Israel, se hubiera comportado de manera tan contenida contra las milicias de Hamás.
Olmert también ha resaltado el contundente apoyo recibido por la sociedad israelí a la operación —entre un 80 y un 90% de aprobación, según medios y fuentes diplomáticas—, que el primer ministro calificó de "esfuerzo nacional sin precedentes para estaurar el espíritu de unidad de Israel".
Y como el Gobierno lleva haciendo estos últimos días, Olmert rebatió la Resolución 1860 de Naciones Unidas que llama al alto el fuego inmediato en la Franja argumentando que la decisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas está supeditada al derecho a la defensa de Israel. "Ninguna resolución que se haya adoptado o se adopte en un futuro", apuntó Olmert, "podrá privarnos de nuestro derecho básico a proteger a los habitantes de Israel".
El Ejército israelí ha continuado hoy su ofensiva en Gaza con bombardeos y enfrentamientos armados a lo largo de la franja palestina, los cuales han costado la vida a seis civiles y a 12 milicianos, que han muerto después de intensos intercambios de fuego con soldados y tanques israelíes. Con estos números, la cifra de víctimas del conflicto se acerca aún más a 900, según las fuentes palestinas.
En total, la aviación israelí atacó durante la pasada madrugada unos sesenta blancos, entre los que se encontraba la vivienda de Ahmed Yabri, el jefe del brazo armado de Hamás, las Brigadas de Azedín al Kasam, o una mezquita en la ciudad de Rafah, que según el ejército israelí se trataba de un "almacén de armas, campo de entrenamiento y lugar de reunión de miembros de Hamás".
Otro hecho que desmiente cualquier posible relajación, de momento, es el lanzamiento ayer mismo en Gaza, por parte de la aviación israelí, de miles de octavillas en lengua árabe con el texto: "Residentes de la franja: próximamente el ejército de Israel atacará con mayor intensidad los túneles, los arsenales y las actividades terroristas. Para su seguridad y la de sus familias, aléjense de los elementos terroristas".
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