Madrid.- Puede que Nissan pecara algo de pretenciosa cuando sacó a la luz el Qashqai, un modelo de difícil comprensión, a medio camino de conceptos como el SUV todocamino y una berlina media que supiera a relevo del Primera, pero los resultados están ahí, inamovibles, y esta simbiosis, bien ejecutada, es la cara de la moneda del fabricante japonés.
No tardó en añadir al plan inicial un tercer concepto: el del ocio en sintonía con un vehículo familiar y polivalente y sobre ese punto de partida nació la versión +2, con lo que a la convivencia de dos conceptos se unió un tercero con el que se refuerza el atractivo del modelo.
A simple vista se dejan ver muchos elementos en común con el modelo original Qashqai, pero la nueva versión +2, aparte de sus significativos 21 cms más de longitud, casi cuatro en altura y 13,5 en distancia entre ejes, mantiene como clon la parte delantera y desde el primer pilar hasta la trasera incluye como novedad y, por tanto, en diferencia a la versión corta, puertas delanteras, traseras, portón trasero y paragolpes, aunque con el suficiente conservadurismo como para percibir que es un Qashqai en toda regla.
La acepción distintiva +2 tiene su origen en la posibilidad de que este modelo pueda acoger en la parte trasera dos asientos, pero con el matiz no desdeñable, de que no para cualquiera. A lo sumo, chavales con no más de 1,60 metros de estatura y siempre en trayectos cortos. Un viaje largo ubicado en esa zona del coche es toda una opción al suplicio, eso sin considerar las dificultades de acceso.
El tema de las siete plazas es ya demasiado recurrente en el mercado y se hace muy difícil encontrar un modelo que haya resuelto con un mínimo de óptima calidad este recurso. Queda ahí como testimonio de un intento loable de modularidad o como la argucia para un espacio sobre piso plano que facilite las tareas de carga.
En las modificaciones espaciales del +2 es loable lo bien que se ha conseguido holgura a bordo, algo que se ve de primeras en el espacio libre de más que queda para cabeza y rodillas. Pero si en algo alguien nota esa generosidad de espacio es en la poderosa visión que tiene desde el puesto de mando, magníficamente bien medido en altura.
Nissan ha trabajado bien otros aspectos prácticos del interior como la configuración de los abatimientos de la fila trasera, o segunda, si están operativos los dos asientos de la zona del maletero. Al mismo tiempo ha colocado con bastante sentido común huecos portaobjetos.
Pero en este apartado también se perciben fallos. Para empezar, activar los dos asientos de la última fila es tarea bastante dificultosa y lo mismo se puede decir de la accesibilidad a la rueda de repuesto de galleta. Al lógico enfado del pinchazo se une otro motivo de contrariedad.
Sin asientos, el maletero tiene una capacidad de las mejores del segmento y la boca de acceso deja libre un buen espacio para dejar en el lugar bultos grandes.
La unidad de prueba ha equipado un motor gasolina de 2.0 litros y 140 CV, de un comportamiento más que destacable, no solo por su comportamiento en la entrega de prestaciones, sino por un refinamiento que hacía muy placentera y agradable la conducción en cualquier condición de rodaje.
Finura no solo en la contención de ruido, sino en la confianza que en todo momento inspira al puesto de mando. La elasticidad le ayuda para empujar desde abajo y se notan las reacciones desde las 1.700 vueltas, aunque su mejor trabajo se revela a partir de las 3.500, donde el grado de respuesta es casi instantáneo. En velocidades a regímenes moderados deja escapar algo de pereza y demanda manejo de palanca, sobre todo, si hay que abordar alguna subida de pendiente.
Bien está también el motor en dos apartados no desdeñables como el consumo que lo aquilata bastante bien y que en la prueba ofreció registros numéricos en torno a los casi 9 litros cada cien kilómetros, bastante contenido si se tiene en cuenta peso y aerodinámica. Se une a los factores favorables una buena compenetración con la caja manual de seis velocidades, aunque el recorrido algo largo de la tercera menoscaba el poder de lanzamiento del coche hacia desarrollos más largos.
El Nissan Qashqai +2 es un coche esmerado en el comportamiento dinámico con una rodadura muy sólida y asentada en todos los condicionantes que ofrece la carretera y el camino. Se mantiene estable en cualquier circunstancia por unas suspensiones bien medidas en dureza y recorrido. Y si algo falta ayuda la tracción integral y los sistemas de control de estabilidad. No hay a bordo ninguna sensación de balanceo y eso que es un coche que se deja conducir con bastante sentido de la altura.
En el muy fiable comportamiento dinámico hay también un protagonismo de una dirección bien proporcionada en resistencia y efectiva en llevar el volante en todo momento en la posición correcta. Los frenos cumplen y no se dejan llevar por el inconveniente de una fatiga temprana, manteniendo un alto grado de efectividad bastante tiempo.
En el Qashqai, tanto en su versión corta, como en esta larga +2, predominan sus facultades ruteras por encima de las camperas, pese a que la unidad incorpore una tracción integral a las cuatro ruedas que sí ayuda a una circulación asentada en senderos y caminos forestales. Más allá es aventurarse demasiado y Nissan es una marca especializada lo suficientemente en los todoterrenos como para ofrecer en su catálogo el modelo demandado por cada tipo de público.
No en vano en este modelo hay toda una gama de 4x2 que limita, lógicamente, las opciones camperas y mantiene intactas las atribuciones familiares y de ocio. Al decir de la firma, estas versiones son las más demandadas por el público.
Del precio, alabar el atractivo que tiene en el apartado nominal refrendado más en el sobresaliente y nutrido equipamiento de serie que en una comparación con competencia directa, donde no hay mucho que elegir. En la confrontación con la versión corta e, incluso con los 4x2, la posición de esta versión es también muy favorable.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
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Longitud 4,525 mts
Anchura 1,783 mts
Altura 1,646 mts
Distancia entre ejes 2,765 mts
Vía delantera 1,540 mts
Vía trasera 1,550 mts
Peso 1.696 kgs
Capacidad depósito 65 l.
Capacidad maletero 550 l./1.520 L.
Coef. aerodinámico 0,
Posición motor Delantero, transversal
Alimentación Inyección multipunto
Cilindros 4 en línea (16 válvulas)
Cilindrada 1.997 c.c.
Potencia máxima 140 CV a 6.000 r.p.m.
Par máximo 196 Nm a 4.800 r.p.m.
Velocidad máxima 188 kms/h
Aceleración 0-100 N.D.
Consumo medio 8,6 l./100 kms
Emisiones CO2 205 g/km
Impuesto de Matriculación 14,75%
Dirección Piñón y cremallera. Asistida
Diámetro de giro 11 mts
Frenos Discos ventilados (DEL.)
Discos (TRAS.)
Suspensión delantera Mc Pherson
Suspensión trasera Independiente multibrazo
Tracción Integral permanente a las cuatro
ruedas
Neumáticos 215 60R 17
Transmisión Manual de seis velocidades
Equipamiento de serie ABS con EBD y asistente de frenada
de emergencia, sistema de control de
estabilidad ESP, airbag frontales,
laterales, de cabeza, automatismos
del limpiaparabrisas y faros
Precio 27.500 euros
RESTO DE GAMA (4x4)
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Modelo Cilindrada Potencia PVP
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Gasolina
Qashqai +2 2.0 Acenta 1.997 c.c. 140 CV 26.400
Diesel:
Qashqai +2 2.0 dCi Acenta 1.994 c.c. 150 CV 29.250
Qashqai +2 2.0 dCi Tekna 1.994 c.c. 150 CV 30.400
COMPETENCIA DIRECTA
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Modelo Cilindrada Potencia PVP
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Dodge Caliber 2.0 1.998 c.c. 156 CV 25.780
Ssang Yong Action 200 XDi 1.998 c.c. 141 CV 25.000
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