Bogotá.- El triunfo de la revolución cubana en 1959 inspiró múltiples movimientos guerrilleros de izquierda en toda América Latina, en muchos casos promovidos por el propio régimen castrista, pero todos ellos, excepto el sandinismo en Nicaragua, fracasaron en su intento de hacerse con el poder.
Ahora, medio siglo después de la victoria de los "barbudos" liderados por Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara, los grupos armados con aspiraciones de instalar sociedades socialistas en sus respectivos países están prácticamente desactivados.
Algunos tuvieron una vida efímera, otros fueron derrotados o reducidos a la inactividad por las fuerzas institucionales tanto democráticas como dictatoriales.
En algunos casos, esos movimientos se han reconvertido en partidos políticos.
Es el caso del Frente Sandinista de Liberación Nacional nicaragüense, el segundo y último grupo guerrillero que logró el poder en América Latina al derrocar al dictador Anastasio Somoza en 1979 con la ayuda de Cuba y de la extinta Unión Soviética y que lo reconquistó por medio de las urnas en 2007, aunque ahora permanece dividido y cuestionado por muchos de sus antiguos seguidores.
El salvadoreño Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, que tras enquistarse en una guerra civil fratricida con el Ejército entre 1980 y 1992, parte actualmente como favorito para las elecciones legislativas y presidenciales del año que viene.
En Suramérica, a lo máximo que han llegado algunos antiguos guerrilleros ha sido a ocupar cargos en Gobiernos democráticos de izquierda.
Es el caso del Movimiento de Liberación Nacional uruguayo, los "Tupamaros", una guerrilla que tuvo su auge a finales de los años 60 y comienzos de los 70, pero que fue sofocada por la dictadura militar tras el golpe de Estado de 1973.
Una vez recuperada la democracia, algunos "tupamaros" alcanzaron el Parlamento y, con la llegada del Frente Amplio al poder en 2004, incluso el Gobierno, como el ex ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca José Mújica, ahora precandidato "oficial" para las presidenciales de octubre próximo.
También el actual vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, fue miembro de un grupo insurgente, el Ejército Guerrillero Tupac Katari, nacido en los 90 y de carácter indigenista.
En el partido del presidente Evo Morales, el Movimiento Al Socialismo (MAS), milita además Oswaldo Peredo, antiguo líder de la guerrilla Teoponte, fundada por combatientes que lucharon en el Ejército de Liberación Nacional (ELN) boliviano junto al "Che" antes que de que fuese capturado y asesinado.
En Argentina, la tierra natal de Guevara, surgió inmediatamente después de la victoria de la Revolución Cubana el Ejército de Liberación Nacional-Movimiento Peronista de Liberación, los "Uturuncos", liderado por el periodista Ricardo Masetti, fundador de la agencia cubana Prensa Latina, pero fue rápidamente derrotado.
En el vecino Chile, la bandera ideológica de la Revolución fue tomada por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fundado en 1965 y que, aunque difería de la idea guevarista de un foco guerrillero como punto de partida del proceso revolucionario, mantuvo estrechas relaciones con Cuba.
Con el Gobierno de Salvador Allende integraron en un principio la seguridad del presidente, aunque finalmente se distanciaron por diferencias políticas y ya en la dictadura organizaron la resistencia contra el régimen de Augusto Pinochet, pero acabaron aniquilados.
En Brasil, a finales de los 60 y principios de los 70 surgieron varios grupos insurgentes para combatir al régimen militar instaurado en 1964, como la Guerrilla del Araguaia, el Movimiento Nacionalista Revolucionario o la Acción Libertadora Nacional, que, a pesar de ser de inspiración soviética o maoísta, tuvieron el apoyo del régimen castrista.
Más vigencia tuvieron los movimientos guerrilleros guevaristas en Perú y Colombia.
En Perú, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), nacido en 1982, intentó subvertir al Estado desde la selva central del país.
Su mayor golpe fue la toma en 1996 durante 126 días de la residencia del embajador japonés en Lima, que terminó con el aniquilamiento de los secuestradores. Hoy el MRTA está prácticamente extinguido.
En Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla del país tras las FARC, fue creado en 1964 a imagen de la revolución castrista, pero actualmente está casi inactivo, con menos de 5.000 componentes, y en los últimos 15 años ha mantenido un proceso intermitente de negociaciones de paz con el Gobierno colombiano en Cuba.
La Revolución Cubana también inspiró en los años 80 y 90 guerrillas en Honduras y Guatemala, entre ellas la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), que firmó la paz con el Gobierno en 1996 tras 36 años de cruenta guerra civil y se convirtió en partido político.
En 1973, desde Cuba salió una reducida expedición de revolucionarios hacia República Dominicana para terminar con el poder del presidente Joaquín Balaguer, pero la operación fue rápidamente desbaratada.
En México han proliferado las guerrillas desde el intento de un grupo de 13 rebeldes de tomar el cuartel Madera en Chihuahua en 1965 al estilo del asalto al Moncada.
En la actualidad, subsisten (al menos nominalmente) cerca de 40 grupos subversivos, la mayoría dedicado a enviar comunicados incendiarios, si bien el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha instaurado la autonomía en pequeñas comunidades indígenas, pero no supone una amenaza para el Gobierno.
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