El año que se avecina no es ni de los políticos ni de los banqueros: es de los astrónomos. Las estrellas, planetas, agujeros negros, pero sobre todo la relación de los habitantes del planeta Tierra con el Universo que nos rodea serán los protagonistas. El nodo nacional español será el encargado de sacar adelante las actividades propuestas en España para celebrar el declarado por la Unesco Año Internacional de la Astronomía (AIA).
El AIA promete dar mucho que hablar, pero sobre todo mucho que ver, observar y aprender. Los astrónomos, instituciones y aficionados se han puesto manos a la obra para celebrar su año y el resultado obtenido de momento es el reflejo de un buen trabajo. Lejos de haber organizado un año lleno de grandes palabras y presupuestos de escándalo, lo que se han propuesto hacer es acercar, de verdad, el Universo a la gente. Esta vez es la primera que la Astronomía es la protagonista de un 'año internacional' y la excusa ha sido la conmemoración de los 400 años del uso del telescopio por parte de Galileo Galilei para realizar observaciones del cielo.
La Astronomía es precisamente una de las ciencias a las que más tiempo se dedica comparativamente en los medios, y según algunos estudios, el interés de la opinión pública en 'los temas del espacio' es muy alto. "Quizás tenga que ver con esa innata curiosidad del ser humano por elevar su vista al cielo, que, recordemos, fue una de las actividades que le permitió sobrevivir como especie, al permitir crear la agricultura a partir de la observación de los ciclos estacionales", puntualiza Ángel Gómez, redactor jefe de la revista Astronomía.
Pero la Astronomía no sólo tiene interés para el gran público, sino que también enfrenta a los científicos a desafíos fascinantes por resolver, como el hallazgo de vida extraterrestre en algunos lugares potenciales para ello, como el planeta Marte, Europa (satélite de Júpiter) o Encélado (satélite de Saturno) o aproximarse más a la verdad de teorías cosmológicas actuales sobre el origen, evolución y destino futuro del Universo, que aun hoy presentan muchas incógnitas.
En 2009 lo abstracto se concreta, se enfoca y nacen las actividades, ya programadas, cuyo pistoletazo de salida no será con la última campanada de este año —2008— (que durará un segundo más como consecuencia de la desaceleración de la rotación de la Tierra, por lo que, añadido a que ha sido bisiesto, tiene una duración récord), sino el 15 de enero, en una ceremonia de apertura en la sede de la Unesco en París.
A través de la emoción que produce la observación y descubrimiento del cosmos, los organizadores se proponen, entre otros objetivos, cosas muy concretas, como por ejemplo, fomentar el crecimiento de comunidades astronómicas en países en vías de desarrollo mediante la estimulación de colaboraciones internacionales; fortalecer las redes que unan a astrónomos aficionados, educadores, científicos y profesionales de la comunicación o la mejora de la paridad de género dentro del mundo científico. Aunque la mayoría de las actividades y eventos serán organizados localmente por astrónomos profesionales y aficionados de cada región, se ha establecido una red de nodos nacionales, responsables de las puesta en marcha del AIA-IYA2009 en sus respectivos países. Y a su vez, se ha creado una organización internacional con el objetivo de asegurar que las mejores ideas y prácticas puedan ser compartidas. Como el Universo, bien común. Entre los proyectos pilares destacan 'Descubre el cielo oscuro' coordinado por Fernando Jáuregui, del Planetario de Pamplona y que se resume así: "Es más urgente que nunca luchar por la preservación y protección de un cielo oscuro, no contaminado por las luces artificiales".
La Unión Astronómica Internacional colaborará con la Asociación Internacional para el Cielo Oscuro, y otras asociaciones, en aspectos como el desarrollo de nuevas técnicas de iluminación y actividades como 'fiestas de estrellas', cuentacuentos, etcétera. Se pretende que ciudadanos de todo el mundo tomen medidas de la luminosidad de sus cielos con sus propios ojos y medidores digitales (similar al exitoso programa GLOBE at Night). Entre los proyectos nacionales, destacan las actividades astronómicas dirigidas a personas con discapacidad (psíquicas y física), mediante la creación de un software de código libre que pueda ser usado por personas con discapacidad motora; la edición en braille de un libro didáctico de Astronomía; o el desarrollo de un programa para invidentes adaptado para cualquier tipo de planetario. También es destacable la búsqueda de nuevas formas de divulgación de la Astronomía a través del proyecto 'Astronomía en viñetas': a través de viñetas gráficas de dibujantes de renombre se ilustrará de manera cómica eventos de la Astronomía, para acercarla de una forma indirecta al mayor número de personas.
Y es que, según Ángel Gómez Roldán, de la revista Astronomía, la divulgación de esta ciencia milenaria es un tema importante para cualquier persona: "Hay muchas y poderosas razones para divulgar la Astronomía: nos ayuda a ubicarnos en un Universo enorme, esencialmente vacío y hostil, casi imposible de concebir en su tamaño y edad, y a poder saber con exactitud la preciosa singularidad que supone vivir en un oasis como es nuestro planeta Tierra, nos da una perspectiva que de otro modo pasaría desapercibida".
Por eso y como recalca Javier Armentia, han sido muchos los que se han unido para sacar adelante este macroproyecto. "Puede sonar demasiado épico, pero es bonito pensar que los astrofísicos y astrónomos profesionales se han aliado con los aficionados, las universidades, los planetarios, los museos, los colegios... un colectivo de gente muy amplio, con ganas de hacer que en 2009 todo el mundo oiga hablar de la astronomía, del telescopio, que mire por uno. Se ha montado todo con el esfuerzo, dedicación y el enorme potencial de gente en torno a la astronomía que ya lleva años hablando al público de ella, entusiasmando a la gente o colaborando con los medios de comunicación".
"Sobre todo, cuando miro al firmamento, tengo la sensación de estar en casa. Las estrellas son las mismas, vayamos al lugar del mundo al que vayamos, y saber además que formamos parte de ellas, de un modo físico —pues los átomos que forman nuestro cuerpo se formaron en el interior de estrellas—, no hace más que reforzar esta emoción", explica Ángel Gómez.
"Pienso en muchas cosas y muchas tienen que ver con cosas del suelo, de la gente, de la historia. Vivimos todos bajo un mismo cielo. Todos miramos al cielo y vemos lo mismo: quizá lo contemos con palabras o mitos diferentes, quizá nos sorprenda más o menos, quizá entendamos algo o nos parezca una pérdida de tiempo. Pero lo cierto es que, a lo largo de miles y miles de años, ha habido gente que miró ese mismo cielo y aprendió a contar el tiempo, a ordenar los días, meses y años, o a medir las horas, a seguir el curso de los astros o imaginar qué era todo aquello. Pienso que es un paisaje común, parte de nuestra herencia, y de nuestro futuro", añade Javier Armentia.
Así es como debe de ser mirar por un telescopio y querer acercar lo que, aparentemente, está a años luz de nosotros. Y tú, ¿qué piensas cuando miras al cielo?
*Sherezade Álvarez es una periodista especializada que trabaja en la empresa de divulgación científica DIVULGA.
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