Costa do Sauípe (Brasil).- Los ministros de Economía y Hacienda de los países del Mercosur demandaron hoy la reforma de los organismos multilaterales de crédito y expresaron su apoyo a Brasil y Argentina para hacer oír la voz de América Latina en el seno del G-20.
"Las instituciones de Bretton Woods se crearon para controlar a las economías emergentes, no a los países desarrollados", dijo el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, durante la reunión de ministros de Economía y Hacienda y presidentes de bancos centrales del Mercosur celebrada hoy en Costa do Sauípe (nordeste de Brasil).
Mantega apuntó que en estos momentos es factible avanzar en la regulación financiera internacional, pero se mostró escéptico respecto a las posibilidades de poner en marcha una nueva estructura financiera multilateral.
Brasil está encargado junto con Gran Bretaña y Corea del Sur de trabajar en el seno del G-20 en la reestructuración de las nuevas reglas del sector financiero, la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), y la adopción de políticas anticíclicas.
Mantega explicó que en la reunión del G-20 celebrada a mediados de noviembre en Washington los países desarrollados se mostraron dispuestos a que Brasil participara en la discusión de la reforma de las instituciones de Bretton Woods (FMI y BM).
Pero este país argumentó que aún así no habría correlación de fuerzas entre las naciones industrializados y las que están en desarrollo, explicó Mantega a sus colegas del Mercosur.
El titular de Economía argentino, Carlos Fernández, se mostró menos entusiasta que su homologo brasileño respecto al peso específico de la región en el diseño de una nueva arquitectura financiera internacional.
"Soy más escéptico que Guido (Mantega), la reacción de los países desarrollados ha sido muy limitada (...), la reacción del FMI es más para no quedarse debajo del tren que una reacción lógica para ayudar a los países en desarrollo", dijo.
Fernández abogó por que los organismos multilaterales dispongan de un fondo de ayuda para los países emergentes en situaciones de crisis y subrayó que, en todo caso, representa un avance el hecho de que la salida a la crisis económica mundial se busque en el seno del G-20, donde están representadas las economías emergentes.
Este avance fue reconocido por los representantes en la reunión de Ecuador y Venezuela (miembros asociados del Mercosur), pero puntualizaron que lo deseable sería que el G-20 realmente fuese un G-192, en alusión al número de países miembros de la ONU.
Venezuela enfatizó la necesidad de construir una arquitectura financiera basada en criterios sociales, porque las instituciones de Bretton Woods son incapaces de dar solución a la situación de los países emergentes.
También demandó la creación del Banco del Sur para dar sostenimiento a las políticas sociales que necesitan los países de la región y la creación de una agencia calificadora de las economías de la región que atienda a criterios sociales.
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