La UE busca acuerdos sobre la crisis y el clima en su cumbre más importante en años

Bruselas.-  Los líderes de la UE iniciarán mañana su cumbre más importante de los últimos años, en la que deben buscar un acuerdo a tres puntos clave: el plan de reactivación económica, las medidas contra el cambio climático y la solución al rechazo irlandés al Tratado de Lisboa.

La cita de dos días llega en medio del agravamiento de la crisis económica, que se ha convertido en la principal preocupación de ciudadanos y gobiernos, ya que varios países (Italia, Irlanda, Reino Unido) están en recesión, igual que la zona euro por primera vez desde su creación, y hay más de 17 millones de parados en toda la UE.

Esta cumbre es "la más crucial de los últimos años" y supone "una auténtica prueba para Europa", dijo el martes el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, quien hoy indicó que los progresos en cambio climático permiten esperar un acuerdo.

Con este panorama, los jefes de Estado y Gobierno quieren un acuerdo sobre el plan de reactivación presentado por la CE, que propone destinar 200.000 millones de euros (el 1,5% del PIB comunitario) para promover la actividad y el empleo.

La mayor parte de ese dinero (170.000 millones de euros) saldría de los presupuestos nacionales y el resto de las arcas comunitarias.

Alemania, la mayor economía de la UE, es también el elemento clave para un acuerdo, ya que hasta ahora la canciller germana, Angela Merkel, se muestra reticente a poner más dinero para nuevas medidas hasta comprobar el resultado de las que ya están en marcha.

Berlín tendría que hacer la mayor aportación al plan, por lo que se resiste a tirar por la borda varios años de disciplina presupuestaria.

Una fuente diplomática avanzó hoy que la cumbre no presionará a Merkel, sino que intentará buscar "un equilibrio" que calme las preocupaciones de Berlín sobre el respeto a la disciplina presupuestaria y al Pacto de Estabilidad, que prohíbe un déficit público superior al 3%.

Ahora mismo, no hay acuerdo ni sobre la cifra de gasto total del 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB) comunitario ni sobre algunas ideas de la CE, como reducir el IVA sobre los servicios intensivos en mano de obra.

Sin embargo, la fuente vaticinó que la cifra del 1,5% será la que apruebe finalmente la cumbre.

Sobre el cambio climático, los Veintisiete quieren acordar un ambicioso conjunto de medidas que incluyen el llamado objetivo 20-20-20 (reducir las emisiones de CO2 el 20 por ciento, lograr una cuota de renovables del 20 por ciento y aumentar la eficiencia energética en otro 20 por ciento), todo ello para 2020.

Para lograr esos objetivos, la cumbre debe acordar varias medidas sobre el sistema de comercio de derechos de emisión (ETS, por sus siglas en inglés), energías renovables y captura y almacenamiento de carbono, además de sobre el esfuerzo que debe realizar cada país de la UE contra el cambio climático.

La medida más discutida es la del ETS, entre otros aspectos porque propone introducir a partir de 2013 un sistema de subasta de los derechos de emisión, que ahora se conceden de manera gratuita, y ello no contenta a todos los países.

Hay diferencias en cuanto a dar o no una prórroga al sector eléctrico, ya que la propuesta de la CE establecía que comprara el 100% de los derechos desde el primer año.

Además, hay miedo a que las medidas puedan provocar una deslocalización de los sectores más contaminantes a países con normas más permisivas y, para evitarlo, la UE estudia que los afectados sigan teniendo derechos de emisión gratuitos, pero aún está por concretar la manera de hacerlo.

Barroso advirtió hoy de que se mostrará "flexibilidad con las preocupaciones nacionales, pero no se aceptará nada que toque los objetivos 20-20-20".

En cuanto al Tratado de Lisboa, el primer ministro irlandés, Brian Cowen, presentará sus ideas para que un segundo referéndum (el primero de junio pasado rechazó el texto) tenga garantías de éxito.

Una cuestión clave es el deseo irlandés de mantener un representante en la Comisión Europea, un órgano que, según el Tratado, debe reducirse a partir de 2014, de forma que ya no tendría un miembro por cada país.

Barroso se ha mostrado abierto a mantener una CE con un miembro por cada país de la Unión, pero la fuente diplomática recalcó que eso no es practicable en una futura Unión de 30 o más miembros.