Atenas, Tesalónica, Hania, Komotini, Ioannina... los disturbios violentos van extendiéndose a una lista cada vez mayor de ciudades griegas. La muerte de un joven de 16 años que recibió un disparo de un agente de policía durante los enfrentamientos con grupos radicales durante esta madrugada en Atenas ha encendido la mecha de las protestas.
Los manifestantes han destruido comercios, bancos y vehículos y han incendiado botes de basura y barricadas cuando la policía ha tratado de restablecer el control. La gravedad de los incidentes ha hecho reaccionar al Ejecutivo griego. El ministro del Interior, Prokopis Pavlopulos, ha prometido "castigar a los culpables" de la muerte anoche del joven y podría haber presentado una dimisión no aceptada por el primer ministro.
El tiroteo que provocó la muerte al joven tuvo lugar después de que cinco o seis manifestantes arrojaran piedras a un vehículo policial en el distrito de Exarchia. Según fuentes policiales, el joven intentó lanzar un cóctel molotov contra un coche patrulla. Fue entonces cuando uno de los agentes disparó tres tiros al aire para dispersar a los jóvenes. Sin embargo, la versión de varios testigos del incidente discrepan de la oficial y han asegurado a medios locales que los agentes no fueron atacados y que los jóvenes sólo los insultaron. El estudiante, llamado Alexandros Grigoropulos, murió en el hospital después de que una bala le alcanzara en el tórax. De momento, dos policías han sido detenidos y están siendo interrogados.
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