Sevilla.- Santiago del Valle, encarcelado por la muerte de la pequeña Mari Luz Cortés, ha sido sometido hoy a su cuarto juicio por abusos sexuales a niñas y ha apelado a su pedofilia recurrente y fantasías sexuales con niñas de 7 u 8 años, que dice padecer desde que una hija de 25 meses murió atropellada.
El juicio ha quedado visto para sentencia en el juzgado penal 5 de Sevilla, a donde Del Valle llegó protegido por una docena de guardias civiles y fuerzas especiales de la Policía, lo que no evitó que fuera increpado con gritos de "asesino" por varias personas de etnia gitana que esperaban a las puertas del Juzgado de Guardia.
La vista se ha celebrado a puerta cerrada pero los letrados presentes han informado a los periodistas de que del Valle comenzó alegando sus "alteraciones de memoria" para no recordar lo sucedido, aunque poco a poco fue reconociendo los hechos aunque sin atribuirles motivación sexual.
Así, ha reconocido que cogió a una niña de cuatro años, a la que abordó en un patio comunitario, en brazos y que la agarró por la cintura pero ha explicado que lo hizo "para que no se cayese".
Santiago del Valle, según los citados abogados, ha reconocido ante la juez "que le gustan las niñas de 7 u 8 años y que sabe que eso no está bien", pero que tiene esa tendencia desde que una hija suya de 25 meses murió atropellada por un camión y desde que la Junta de Andalucía le quitó a otros dos hijos, a raíz de ser condenado por abusar de su hija de cinco años.
El abogado defensor, Francisco Salas, ha manifestado a los periodistas que su cliente ha afirmado que no recuerda lo sucedido aunque con el paso del tiempo le han recordado algunas cosas, y que "si realmente lo hizo, está arrepentido".
La Fiscalía y la acusación particular han solicitado para el procesado tres años de cárcel, pues aplican a Del Valle la agravante de reincidencia en abusos sexuales a menores, y la defensa ha admitido una posible condena de un año y un día de cárcel al aplicar la atenuante de trastorno mental.
La vecina que denunció los hechos ha confirmado en todos sus extremos la identificación del procesado, al que vio "perfectamente" desde la ventana de su casa, situada en una planta baja, cuando frotaba los genitales de la niña.
Esta vecina, además, ha añadido que aquel 8 de diciembre de 2006 había visto a del Valle merodeando por el patio comunitario unas horas antes, cuando a mediodía se celebraba una comida vecinal con motivo del Día de la Inmaculada.
El forense que le ha analizado en la cárcel de Granada, donde cumple prisión preventiva por la muerte de Mari Luz Cortés, ha testificado que del Valle "es consciente del mal que puede causar" y que presenta una pedofilia con "impulsos recurrentes y fantasías sexuales hacia niñas prepúberes".
Este forense, sin embargo, no se ha pronunciado sobre la esquizofrenia paranoide que le han diagnosticado otros expertos y por la que percibe una pensión de incapacidad.
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