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La hipnosis "curalotodo"

Por LUIS APARICIO SANZ* | ESTHER SAMPER (SHORA)
Actualizado 19-11-2008 10:55 CET

Muchos charlatanes y embaucadores, sin ningún título oficial que les acredite, se aprovechan del desconocimiento general de la población sobre la hipnosis para ofrecer resultados imposibles. A pesar de que ejercen sin una formación reglada, el vacío legal los ampara.

Recientemente, hemos podido leer en diversos medios de comunicación los siguientes titulares:

Evidentemente, hay muchos más enlaces relacionados pero con estos de muestra tenemos suficiente para el tema que vamos a comentar. Por lo leído en estas noticias, podías llegar a la citada academia y el diálogo con la recepcionista podría ser algo así:

-¡Buenos días!, ¿me puede poner un título de fisioterapeuta, uno de médico cirujano y otro de farmacéutico?
-De acuerdo, ahora tenemos una oferta, por lo de la crisis, por 2.000 euros más le damos también un título de psicólogo ¿le interesa?
-Sí, ya puestos… me parece bien, es una buena oferta. Dígame a cuánto asciende la cuenta.
-Puessss… veamos: (18.000 x 3) + 2.000 = 56.000 euros.
-Estupendo, aquí tiene, todo en billetes de 500 euros, que ocupan menos.
-¿Se los envuelvo para regalo?
-No, son para mí, los voy a colgar en cuanto llegue a la consulta que ya tengo montada.
-Aquí tiene, que los disfrute.
-Gracias, ¡hasta otro día!
-¡Adiós!

Parece una situación absurda, pero eso es más o menos, en clave de humor, lo que debía ocurrir en dicha academia. Resulta lamentable que se puedan llegar a producir este tipo de noticias, que haya gente capaz de comprar titulaciones universitarias, sobre todo las relacionadas con el ámbito sanitario donde se está poniendo en peligro la salud y la vida de los clientes.

Si esto está ocurriendo con titulaciones universitarias, como medicina, farmacia y fisioterapia, correspondientes a profesiones bastante bien delimitadas que para poder ejercer precisan de su colegiación en el correspondiente colegio oficial que, se supone, comprueba la documentación aportada por el supuesto profesional (finalmente eso fue lo que puso en evidencia la trama)… ¿Qué estará pasando en otros campos donde el ámbito de sus competencias no está bien delimitado?

La psicología es uno de los campos profesionales donde las competencias del profesional no están completamente especificadas, dando lugar a amplias zonas limítrofes donde existe un vacío legal que permite la proliferación de «pseudoprofesionales». No poseen titulación universitaria ni profesional reconocida oficialmente. Como la inversión es poca (tanto en tiempo como esfuerzo) el lucro está asegurado.

Al carecer de formación previa, la forma de embaucar a los incautos que caen en sus redes es la utilización de un amplio bagaje de charlatanería. De hecho, la Sociedad Española para el avance de la Psicología Clínica y de la Salud – Siglo XXI, en noviembre de 2002 -, elaboró un documento con el nombre de «La eficacia de los tratamientos psicológicos» en el que se realizaba la siguiente advertencia:

Finalmente, una advertencia importante con respecto a la figura del psicoterapeuta. Tal figura no existe como profesional de la salud. No responde a ninguna licenciatura universitaria, por lo que no ofrece garantías para el paciente ni cobertura legal para su actividad. En consecuencia, es necesario alertar sobre el intrusismo profesional de personas que no están lo suficientemente preparadas para llevar a cabo este tipo de intervenciones y que se llaman a sí mismas terapeutas, sin tener una preparación adecuada para ello.

En este espacio alegal (que no ilegal, por falta de una legislación que aclare adecuadamente los límites precisos y la complicada maraña legislativa que supone poder demostrar que alguien está practicando intrusismo profesional salvo que se anuncie como médico, fisioterapeuta, farmacéutico, psicólogo, etc., sin serlo) hay una técnica que suele ser utilizada por muchos de estos «pseudoprofesionales» para realizar todo tipo de tratamientos de trastornos psicológicos y también para prometer curaciones milagrosas para todo tipo de enfermedades, incluido el cáncer… se trata de la hipnosis.

¿Cómo funciona el negocio?

Es fácil, cualquiera puede hacerlo, eso sí para triunfar hay que tener algunas «cualidades» mínimas necesarias para poder embaucar al personal… En resumen y para que todo el mundo lo entienda, hay que tener «mucha cara», una verborrea convincente, propia de los charlatanes, y pocos escrúpulos. Los que no disponen de estas «cualidades», aunque lo intenten de buena fe, por creer en lo que les han enseñando, cuando llega el momento de practicar profesionalmente lo aprendido acaban por abandonar dicha «pseudoprofesión» puesto que se dan cuenta de que no están preparados ni cualificados para «jugar» con la salud de las personas. Así que estos «pseudoprofesionales» que han sido «formados» por otros «pseudoprofesionales» en alguna técnica que luego no obtiene los resultados que les han explicado, en el fondo se sienten estafados o piensan que no han sido capaces de aprender adecuadamente dicha técnica y deciden olvidarse del asunto, dedicándose a otras cosas más apropiadas a su preparación académica y profesional.

El asunto, a grandes rasgos, comenzaría con una persona sin estudios, o con los estudios básicos, que desea mejorar su estatus social, profesional y económico pero sin esfuerzo, ¿qué oportunidades tiene para ello?... Dejando de lado lo citado al principio de este artículo, que es claramente denunciable y posiblemente constitutivo de un delito que puede terminar por ser juzgado y condenado por la justicia… Hay otra vía que, aunque no tiene tanta consideración social y profesional, sí que puede permitir moverse en ese espacio «alegal» que citábamos antes.

Se trata de comprar (en ocasiones esto incluye seguir algún curso con muy pocas exigencias, de formación y de control sobre los conocimientos adquiridos, para obtener el diploma) una titulación no reconocida oficialmente en España (tampoco en la gran mayoría de países) de una profesión que tampoco tiene un ámbito de actuación debidamente acotado, por ejemplo «Naturopatía», «PNL», «Psicoterapia», «Hipnoterapia», etc. Una vez conseguido dicho diploma, que no tiene validez académica oficial, sólo queda realizar los trámites burocráticos pertinentes (aunque para ello no sea necesario ningún diploma pero siempre dará más apariencia de seriedad cara a sus clientes que si no se tiene) que les permiten «ejercer» amparándose en los epígrafes fiscales preparados al efecto (Agrupación 84- Profesionales relacionados con Actividades Parasanitarias Grupo 841-Naturópatas, acupuntores y otros profesionales parasanitarios, o en Agrupación 88- Profesionales diversos Grupo 881- Astrólogos y similares.)

Puesto que Hacienda lo que intenta es cobrar a todo aquel que obtenga alguna ganancia realizando algún trabajo. Hasta aquí todo está legalmente amparado y no tenemos nada que objetar. El problema llega cuando estos «pseudoprofesionales» pretenden utilizar su diploma para tratar todo tipo de trastornos y enfermedades, con el problema añadido de las posibles consecuencias que puede tener, en algunas ocasiones, que los pacientes pierdan tiempo con «pseudoterapias», dejando a un lado el despilfarro económico que les supone ya que sus honorarios suelen estar a la altura de cualquier profesional debidamente titulado y cualificado, incluso en ocasiones por encima (Tarifas de los hipnoterapeutas afiliados a la Sociedad de Hipnoterapia Clínica , Normas de orientación sobre honorarios profesionales del Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana ).

La hipnosis, en este contexto, tiene una aplicación polivalente puesto que la adoptan y aplican muchos de estos «pseudoprofesionales» que trabajan bajo distintas denominaciones siendo especialmente utilizada por los denominados «hipnoterapeutas» o «hipnólogos» que la utilizan como única terapia cuando, según los estudios e investigaciones científicas realizadas, la hipnosis es una técnica que puede ser de gran ayuda cuando se aplica como coadyuvante de otros tratamientos o terapias pero no es una terapia en sí misma.

¿Qué hace que la hipnosis sea tan interesante para los «pseudoprofesionales»?

Los medios de comunicación, el cine y la literatura realizan un tratamiento de la hipnosis que, en muchas ocasiones, fomenta los mitos que existen sobre ella, dándole un aura de misterio y poder que, por supuesto, no se corresponde con la realidad, uno de esos mitos, que podemos leer en el tríptico de «Información Esencial sobre la Hipnosis Científica» es el convencimiento de que «la hipnosis es una terapia (hipnoterapia), sumamente útil, rápida y eficaz, que no exige ningún esfuerzo por parte del cliente para cambiar de comportamiento», a pesar de que, como se aclara en dicho tríptico:

La hipnosis no es una terapia, sino una técnica adjunta o coadyuvante que facilita el resultado de una intervención. Como otras formas de usar la sugestión, puede acelerar el tratamiento, disminuyendo el esfuerzo subjetivo de la persona. No obstante, no lo elimina completamente, algo muy adecuado, ya que, normalmente, el paciente debe esforzarse e implicarse activamente en el tratamiento para obtener los beneficios perseguidos.

Teniendo en cuenta lo extendido que está dicho mito nos podemos hacer una idea de lo fácil que resulta para alguien que disponga de las «cualidades» señaladas más arriba, con un despacho bien montado y unos cuantos diplomas colgados en la pared, embaucar a quienes se acercan buscando ayuda para sus problemas de salud que, en muchas ocasiones, están deseando encontrar la «varita mágica» que les cure… aunque esa «varita mágica» suponga invertir una buena cantidad de dinero a cambio de falsas esperanzas.

La hipnosis tiene una utilidad terapéutica bien delimitada como facilitar el tratamiento de fobias, neurosis y dolor, entre otros problemas psicológicos. Sin embargo, algunos embaucadores no dudan en pregonar utilidades para las que jamás se ha demostrado eficacia alguna. Como ejemplo más llamativo y que ya habíamos comentado anteriormente, hay personas que dicen que curan algunos tipos de cáncer con hipnosis. Pero también encontramos afirmaciones como que sirve para la artrosis, para eliminar cicatrices u otras muchas indicaciones que se salen fuera del ámbito de esta disciplina.

Sobre los diplomas que exhiben orgullosamente, no tienen ninguna validez académica en España, a pesar de que en ellos se indique la titulación de «Bachelor», «Graduado», «Máster» o «Doctorado». En ocasiones se obtienen a distancia sin exámenes ni control alguno de los conocimientos adquiridos o con exámenes «lights», no suelen exigirse requisitos de estudios previos y el número de horas reales que se cursan son ridículas en comparación con las que requiere cualquier titulación universitaria oficial, consiguiendo el diploma en uno o dos años. A veces el diploma es expedido por alguna universidad extranjera (conocidas como «fábricas de diplomas») que se dedican a vender diplomas aunque al no ser titulaciones oficiales suelen tener unos precios más reducidos que los títulos de médico cirujano, o fisioterapeuta, o psicólogo, de las noticias citadas sobre las academias que los vendían por 18.000 euros. Para hacernos una idea de la credibilidad de dichas titulaciones, podemos leer como incluso se ha conseguido acreditar como «hipnoterapeuta» a una gata.

Lamentablemente, la amplia mayoría de casos actúa con total impunidad a efectos legales. Los colegios oficiales no suelen intervenir, salvo que se trate de un caso muy claro como los citados al principio del artículo, y los particulares denuncian en muy pocas ocasiones puesto que no tienen ganas de perder el tiempo y el dinero que supone cualquier procedimiento judicial sobre todo cuando se encuentran con algún problema grave de salud. Con estos alicientes, es fácil comprender la gran cantidad de «pseudoprofesionales» que proliferan al abrigo de los epígrafes fiscales indicados, prometiendo resultados que serían denunciados, por sus colegios oficiales o compañeros de profesión, si fuesen realizados por algún profesional sanitario o psicólogo debidamente titulado y cualificado.

¿Qué puede hacerse para no ser víctima de los embaucadores?

Hay varios consejos que pueden seguirse para evitar caer en manos de desaprensivos que nos limpien el bolsillo a cambio de promesas de curaciones milagrosas. En este sentido, el Grupo de Trabajo de Hipnosis Psicológica del Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana nos explica cómo distinguir a un profesional no cualificado, también da información a los pacientes que están pensando en someterse a una intervención con hipnosis y difunde un tríptico de Información Esencial sobre la Hipnosis Científica.

En estos enlaces puede obtenerse una información suficiente para orientarse sobre este tema y no acudir a «pseudoprofesionales» que no nos ayuden o, en el peor de los casos, puedan empeorar nuestros problemas de salud. Aunque, en última instancia, la decisión depende de nosotros, nadie puede impedir que nos limpien el bolsillo si, a pesar de leer información fiable como la de dichos enlaces, en lugar de ir al médico, o al psicólogo, o al fisioterapeuta, etc., decidimos acudir a «Los Otros».

*Luis Aparicio Sanz es licenciado en psicología y especialista universitario en hipnosis clínica. Colaborador docente en el Centre de Psicología Clínica i Formativa (Valencia)

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