LOS ÁNGELES (ESTADOS UNIDOS).- El centro de Los Ángeles es una marea de manifestantes exigiendo igualdad de derechos y legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo. Han pasado doce días desde que los californianos votasen sí a la Proposición 8, que impide a las parejas de gays y lesbianas poder casarse. Sin embargo, los defensores del matrimonio homosexual no se rinden. Cada día, desde el 4 de noviembre, han tenido lugar pequeñas protestas, organizadas a través de Facebook y páginas de Internet, en la mayoría de las ciudades de California. Pero hoy los homosexuales y defensores de los derechos civiles de todo el estado se han unido frente al Ayuntamiento de Los Ángeles masivamente para dejar claro que la Proposición 8 es "discriminatoria e inconstitucional" .
Jennie Fulle tiene 46 años y acaba de dejar su trabajo temporalmente para ocuparse de su hijo de 7 años. Ha acudido a la manifestación con su novia y su hijo. "Soy lesbiana desde los 17 años. Llevo luchando contra esto toda mi vida y aceptando que soy una ciudadana de segunda clase, sin derechos. Pero no voy a consentir que a mi hijo la sociedad le diga que la familia en la que vive no es buena. No lucho por mí, lucho por él. Para que en el colegio el resto de padres comprendan que mi hijo es feliz y está perfectamente educado. Para que él no viva en una sociedad discriminatoria", dice Fulle.
Desde mayo de 2008, los gays y lesbianas podían contraer matrimonio en el estado de California. Sin embargo y contra todo pronóstico, los californianos han votado seis meses despúes — el mismo día de las elecciones generales— sí a una proposición que sólo reconoce como válido el matrimonio entre un hombre y una mujer. Este resultado supone un retroceso en el avance hacia la igualdad de derechos y deja a Massachussets y Connecticut como únicos estados donde el matrimonio entre gays y lesbianas es legal. Un duro golpe para los homosexuales estadounidenses que ya veían cómo una completa legalización en California abriría las puertas a muchos otros estados.
Pero, ¿por qué el estado más liberal del país ha votado en contra de algo que ya se suponía superado? "La votación ha sido muy confusa. Votar no a la proposición significaba votar sí al matrimonio homosexual. Así que mucha gente ha dado el sí cuando en realidad quería votar lo contrario. Mi madre por ejemplo votó 'yes' cuando está completamente a favor del matrimonio homosexual", se queja Zach Beebee de 31 años y especialista en marketing cinematográfico. Para Ivonne Durant, una puertorriqueña que lleva 10 años en Los Ángeles, el problema es que "éste sigue siendo un país tremendamente religioso y homófobo".
La victoria de Obama ha tenido un sabor agridulce entre los muchos votantes demócratas de California. Según publica Slate.com, la gran cantidad de votantes afroamericanos que acudieron en masa a apoyar al nuevo presidente votaron a su vez en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo. Paradójicamente, los afroamericanos arrebatan así el sueño a millones de homosexuales mientras veían como el suyo de ver un presidente negro en la Casa Blanca se hacía realidad.
"Estamos hablando de derechos civiles. Igualdad entre las personas. La mayoría debe proteger a la minoría. Así debería ser América. Para eso tenemos la Constitución", explica Will Saymour, un angelino de 42 años que confiesa no tener en mente casarse, pero que "lucha por el reconocimiento de sus derechos, al igual que la población negra trata de acabar con el racismo."
No es el caso de Joanne Toll, una productora de televisión que se manifiesta junto a su hijo de 4 años. "Llevo 16 años de relación con mi pareja. Nos gustaría casarnos si tenemos la oportunidad. Lo único que pido es que se tenga en cuenta lo que dice la Constitución", sostiene. Toll y su novia Gloria Felix están registradas como 'pareja doméstica' en el estado de California, pero este registro les priva de derechos que con una unión matrimonial no perderían. "¿Le hacemos daño a alguién casándonos? Tenemos un niño de 4 años. Nos gustaría tener nuestra situación perfectamente arreglada por si a alguna de las dos le pasa algo", dice Toll.
Aunque el asunto está en la Corte Suprema y no se sabe con exactitud qué va a ocurrir, la mayoría de expertos coinciden en que la Proposición 8 no debe tener carácter retroactivo. Todo apunta a que las 16.000 parejas que se han casado durante estos meses no verán anulados sus matrimonios. Sin embargo, la polémica proposición constitucional sólo reconoce como matrimonio el que está formado por un hombre y una mujer por lo que de aplicarse estrictamente anularía o ilegalizaría los formados por personas del mismo sexo.
Pero los gays y lesbianas estadounidenses no van a tirar la toalla. Ahora es tiempo de recuperarse del duro golpe, reorganizarse y seguir luchando. Se calcula que en dos años los californianos podrán votar de nuevo esta cuestión. Para entonces las asociaciones se habrán recuperado del gran desembolso de dinero en publicidad y podrán volver a intentar convencer a la sociedad de que se les reconozca un derecho. Como sucede con todos los días en las que las barreras de la desigualdad se derriban, ese día será histórico.
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