La Habana.- El presidente cubano, general Raúl Castro, aseguró que se acercan a 10.000 millones de dólares las pérdidas causadas en los últimos meses por tres huracanes que azotaron la isla, en declaraciones que divulgó hoy la televisión estatal.
"Ya casi estamos llegando a 10.000 millones de dólares", afirmó el mandatario durante un recorrido por las zonas del oriente del país afectadas el sábado pasado por el último de los ciclones, el "Paloma".
Fuentes oficiales habían cifrado en 8.600 millones de dólares las pérdidas de los dos huracanes anteriores, el "Gustav", que atravesó Cuba de sur a norte por el extremo occidental el 30 de agosto, y el "Ike", que recorrió la isla de este a oeste entre el 7 y el 9 de septiembre.
"Tenemos que conservar la serenidad, habituarnos a situaciones de este tipo", pidió Castro, y agregó: "Yo sé que son un pueblo trabajador, humilde y un pueblo firme con la revolución y tienen la revolución que se merecen".
"Desde luego, hay que seguir viviendo, pero ahora hay que preguntarse qué hacemos con las nuevas construcciones", añadió el presidente cubano, refiriéndose a miles de casas destruidas por el "Paloma".
Los anteriores ciclones dañaron total o parcialmente medio millón de viviendas, según fuentes oficiales.
"Esto se lo vamos a resolver. Todo lo que perdieron se lo vamos a resolver. A veces no es mañana, hay que esperar un poquito, pero los santacruceños ya entienden", dijo en alusión al pueblo que resultó más afectado el sábado, Santa Cruz del Sur, en la provincia de Camagüey.
Raúl Castro habló también de la necesidad de construir las nuevas viviendas en lugares seguros, que estén más a salvo de los huracanes. "Los hombres -prosiguió el jefe de Estado cubano- están trabajando en estas cuestiones de restauración y liquidación de las consecuencias, y están convencidos de que las casas no se les pueden hacer ahí".
"Igual sucede con muchos pueblitos en el sur de la provincia de la Habana y en Pinar del Río. Exigen que se las hagan en el mismo lugar, y cada vez que viene un huracán de estos tenemos el mismo problema, el corre-corre y la evacuación, y al final la casa tumbada", afirmó.
"Estamos gastando lo que tenemos y lo que no tenemos. No se resuelven las cosas de un día para otro. Todos esos destrozos nos llevarán de dos a tres años", advirtió el presidente, de 77 años. Aseguró Castro que ya "se han gastado decenas y decenas de millones de dólares, en primer lugar comprando alimentos por lo que sucedió con el último huracán (y en) equipamiento para construcción".
Explicó a los damnificados que hasta que "las casitas no tengan por lo menos su placa", refiriéndose a una cubierta de cemento, los cubanos van a estar "cambiando techos, quita, pon y quita". Gran parte del medio millón de viviendas destruidas por los tres huracanes eran precarias chozas de tablas de madera con tejas de lata o zinc.
Castro recordó que otro ciclón arrasó Santa Cruz del Sur en 1932, causando 3.000 muertes, mientras que ahora no hubo fallecidos, y destacó el papel de las autoridades que evacuaron a más de un millón de personas el fin de semana pasado en el oriente de la isla como medida preventiva.
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