La creencia de que la dieta afecta al acné está ampliamente extendida. Cuando se le preguntó a pacientes con acné, 32% pensaba que la dieta provocaba acné y un 44% sentía que el acné se veía agravado por la dieta.
En los últimos 30 años, la mayoría de los dermatólogos hemos dicho a nuestros pacientes que el acné no está provocado por lo que comen. Este concepto provenía de dos estudios de los años 70, donde se evaluó tanto el chocolate como las barritas de chocolate, la leche, los cacahuetes y la coca-cola en la producción de acné.
El estudio de Fulton utilizaba el chocolate como alimento de referencia y en 65 pacientes no había repercusión en su acné, tomaran barritas con o sin chocolate. Pero esto se ha vuelto a estudiar ¿Por qué? Porque las barritas no se diferenciaban ni en la cantidad de azúcares (o contenido en glúcidos) ni en el contenido en leche. El segundo estudio, el de Anderson, también tenía limitaciones en el diseño y sistema de valoración del acné.
¿Cuál es la situación actual? Después de muchos años, en el año 2002 apareció un estudio que concluía que en ciertas poblaciones, en Paraguay y en Papua Nueva Guinea, no padecían acné. La hipótesis era que consumían dietas con bajo contenido en azúcares, pero en realidad es difícil diferenciar la contribución del entorno (dieta) de la genética.
La teoría de que la baja carga en glúcidos influye para no tener acné se basa en que previene la elevación de la insulina, inhibiendo la cascada que incrementa los andrógenos u hormonas sexuales masculinas. Esto se ha estudiado en hombres y mujeres, pero la mejor evidencia proviene de mujeres con síndrome de ovario poliquístico. Se trata de mujeres con reglas irregulares, hirsutismo, obesidad y acné. En estas mujeres el acné mejora cuando se les administran medicaciones que estimulan el metabolismo de la insulina, pero no hay estudios en pacientes sin síndrome de ovario poliquístico.
Debido a esto, en un artículo del año 2007 sobre guías para el manejo del acné, se consideraban que las restricciones en la dieta tenían una evidencia inconsistente o limitada para beneficio del paciente. Como veis se necesitan más estudios en este sentido, ya que incluso los más recientes que muestran entre la leche y el acné, tienen deficiencias.
Me preguntaréis ¿qué hacer? Pues de momento, si veis que algún alimento agrava vuestro acné, ¡suspendedlo!
*Elena de las Heras Alonso es dermatóloga.
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