Kinshasa.- El ministro de Comunicación de la República Democrática del Congo (RDC), Lambert Mende, responsabilizó hoy a la comunidad internacional por la crisis bélica en el este del país y los daños sufridos a causa de la presencia de refugiados ruandeses en su territorio.
"Los problemas que enfrenta la RD del Congo en el este de su territorio tienen como origen la decisión de la comunidad internacional de imponerle (en la década de los noventa) la presencia de refugiados ruandeses", afirmó Lambert, en una entrevista con "Radio Okapi" emisora auspiciada por la ONU.
La reparación de los daños sufridos supone ahora una contribución masiva de la comunidad internacional, según el funcionario gubernamental.
Lambert valoró positivamente el viaje realizado la semana pasada por el primer ministro Adolphe Muzito a la provincia de Kivu Norte y afirmó que "el jefe del gobierno ha sido acogido muy positivamente" por las poblaciones locales.
Según Lambert, la población de aquella provincia oriental ha visto por primera vez a un primer ministro, acompañado por casi la mitad de su gabinete, viajar a la zona para manifestarles su compasión y entregarles importantes cantidades de ayuda humanitaria.
El ministro destacó que las poblaciones han abandonado varias zonas por temor a ser atacadas por las milicias del rebelde Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) liderado por el general renegado Laurent Nkunda.
Por su parte, la Misión de las Naciones Unidas en la RDC (MONUC) indicó que los enfrentamientos continúan entre las tropas del CNDP y los milicianos Mai-Mai en las localidades de Ngungu, Murambi y Luzirandaka.
Los Mai-Mai, aliados del gobierno congolés, afirman que están actuando para defender de los ataques del CNDP a los civiles en las localidades bajo su control.
Por su parte, las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), responsables del genocidio de 1994 en el país vecino y que huyeron luego al este del antiguo Zaire, desmintieron hoy estar implicados en los combates en la región del Kivu.
Las FDLR están formadas por las antiguas milicias Interhamwe que junto con el Ejército de Ruanda fueron los ejecutores, entre abril y julio de aquel año, de las matanzas de entre 800.000 y un millón de tutsis y miembros moderados de su propia etnia en el país.
Un comunicado de las FDLR rechaza tajantemente las declaraciones hechas en la víspera por el portavoz militar de la MONUC, el teniente coronel Jean-Paul Dietrich, de que los miembros de la rebelión hutu ruandesa hostil al gobierno de Kigali, participaron en los combates que se registraron en la localidad de Ngungu.
Ngungu está situada en la región de Masisi, a unos 60 kilómetros al noroeste de Goma, la capital de Kivu Norte, lo que ha generado temores de que la guerra pueda abrirse en otros frentes.
La última guerra en el este de la RDC (1998-2003) involucró a otros seis países: Angola, Zimbabue y Namibia, que apoyaban al régimen de Kinshasa, con Ruanda, Uganda y Burundi -este último de manera encubierta- respaldando al grupo rebelde Agrupación Congoleña para la Democracia (ACD).
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