El peso de las mujeres, de los jóvenes, del voto racial, de la economía… ¿Cómo se explica la amplia victoria del candidato demócrata?
Hace cien años que los norteamericanos no se movilizaban de una forma tan masiva. Incluso se ha sobrepasado la tasa de participación de la elección de John F. Kennedy: el 66% de los electores fue a votar este martes. Esto, sin duda, se debe a la personalidad de Barack Obama. Este hombre ha seducido al mundo entero. Su método también. Bien rodeado, el candidato ha dirigido una campaña eficaz y bien supervisada. Pero, ¿cómo se explica este entusiasmo?
Los jóvenes se han implicado más en estas elecciones que en 2000 y en 2004. Vincent Michelot, autor de 'Presidente de los Estados Unidos; un poder imperial', explica que los jóvenes entre 18 y 25 años han votado el doble que en 2000 porque Barack Obama encarna una nueva generación de demócratas.
"El partido muta actualizando el Estado sin hacer de ello el remedio a todos los males. La noción de responsabilidad continúa siendo importante."
Sobre todo los jóvenes han desempeñado un papel clave en la excelente campaña del demócrata, matiza Denis Lacorne en su ensayo 'De la religión en América'. Una red de militantes extremadamente activos ha surcado el país para empujar a la gente a inscribirse, a votar.
Su presencia ha sido constante, como cuenta Pascal Riché, en su paso por Virginia. En resumen, Barack Obama, rodeado de un equipo dinámico, ha ido, literalmente, 'de puerta en puerta'. También ha tenido éxito para atraer a las categorías tradicionalmente reacias a participar en los escrutinios.
En Nuevo México, Nevada y California y en menor medida en Florida, Texas y Arizona, esta comunidad seducida por Bush en 2004 (recibió el 40% de su sufragio) ha votado masivamente por Barack Obama. ¿Qué ha pasado?
Según Frédérick Douzet, especialista en cuestiones políticas y urbanas: "En 2006, [los latinos] desfilaron contra el endurecimiento de las leyes contra la inmigración ilegal con pancartas: 'Nosotros marchamos hoy, nosotros votaremos mañana'. Y lo han hecho".
Desde hace meses, las posiciones hostiles del Partido Republicano contra la inmigración han hecho huir a los latinos, que representan un 15% de la población de Estados Unidos.
Frédérick Douzet estima que una de las razones principales de la falta de afecto de los cubanos por McCain se debe a la renuncia a su proyecto de ley favorable a la legalización parcial de los inmigrantes clandestinos, en 2003: "John McCain habría podido capitalizar la simpatía que le tenían entonces los latinos, pero les ha predispuesto en contra…"
Otros factores han hecho decantarse a los hispanoamericanos. El gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, se ha pronunciado a favor de Obama y así ha podido atraer a una parte de sus electores. La joven generación de origen cubano, numerosa en Florida, por otra parte, es menos hostil a los demócratas que sus padres y sus bisabuelos.
Vicent Michelot precisa: "Los hispanos más bien acomodados, como en Florida, golpeados por la crisis, son sensibles a los discursos y promesas económicas de Barack Obama."
Las mujeres se han declarado favorables a Barack Obama a lo largo de la campaña. Para Denis Lacome, el voto femenino determina una elección. Lacome avanza que, en 2004, John Kerry pudo perder a causa de las 'security mums', esas madres de familia un poco angustiadas que necesitaban un presidente 'fuerte' para tranquilizarlas sobre el futuro de su progenie. Barack Obama sería, pues, tranquilizador. Bastaba ver las caras de sus electoras durante su discurso de victoria.
Barack Obama ha realizado una campaña atenta a los crecientes problemas económicos de la clase media: crédito, ahorro, trabajo, salud, jubilación… Y lo ha hecho esforzándose en vadear las jerarquías para dirigirse a todos. Para Vincent Michelot, "desde 1932, ninguna elección norteamericana se ha desarrollado en el corazón de una crisis tan grave. ¡Lo que está en juego en materia de economía ha sido enorme!"
"La revuelta de las clases medias" ha hecho volverse a la América- olvidada- de- la- que- no- hablan- los- medios hacia el Partido Demócrata. Barack Obama ha logrado recortar un poco del electorado tradicional del Partido Republicano.
Es el presidente americano más impopular desde Truman, en 1956. De su balance, nada de positivo parece quedar (salvo dos o tres cosas por Guillaume Faure). Su partido paga el pato.
Un hecho intachable en la comunidad negra: cerca del 95% de los electores afroamericanos ha elegido a Obama.
Pero, sin situarse jamás como un representante de la comunidad negra, el demócrata ha convencido sobre que él podía ser el 'presidente de todos los americanos' y no el portavoz de los afroamericanos. El historiador Jacques Portes va más lejos: "¡Estados Unidos nos sorprenderá siempre! Pero pienso que si Obama hubiera sido un negro del sur de Estados Unidos, apoyando reivindicaciones contra la esclavitud, no habría tenido su suerte".
Histórica, emotiva, divertida: la entrada de Barack Obama en la Casa Blanca prueba que esta cuestión no es la más importante. ¿Habría América, pues, cambiado?
"No, responde Vincent Michelot, Europa ve mal el cambio en Estados Unidos. Sobre el efecto Bradley, nos equivocábamos, ¡el país ha cambiado desde hace una veintena de años! ¡Lo que estaba en juego era e-co-nó-mi-co!"
(Fuente de las cifras: sondeo nacional de salida de urnas sobre una muestra de 10 500 electores).
*Este artículo ha sido publicado originalmente en el medio digital francés Rue89
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