Experimentados y noveles, historias de ficción y documentales, películas de bajo presupuesto y producciones de proyección internacional. Aunque el cine japonés y sus ciudades, especialmente el de terror, está arraigado en cierto tipo de espectadores, puede que fenómenos con relativa repercusión como el de ‘Lost in translation’ (2003) o ‘Babel’ (2006) haya empujado a algunos cineastas a la ciudad de Tokio, una amalgama urbana con un más que poderoso atractivo cinematográfico.
Tres cineastas con diferentes trayectorias y motivaciones han colocado el objetivo de su cámara en la ciudad nipona. En el banquillo de los experimentados, Isabel Coixet. En el de los que buscan un hueco en el universo del celuloide, Daniel Lavín y Ciro Altabás. Ya no todo es irse a Estados Unidos a buscar la gloria. Japón está de moda. Un ejemplo de ello es el éxito que ha cosechado en la red Héctor García, un ingeniero que cuenta sus aventuras en el país nipón con un particular estilo.
No sabemos si Isabel Coixet, siendo la representación del gafapastismo cinematográfico en nuestro país, ha querido emular al icono de lo mismo en Estados Unidos, Sofía Coppola, pero lo cierto es que ha pretendido seguir su estela. Su próximo film, del que de nuevo se sentirá autora total tras el encargo de ‘Elegy’, transcurre en la capital japonesa y tendrá una gran mayoría de diálogos en el idioma local. Se trata de un thriller romántico y el título no puede ser más evocador: 'Mapa de los sonidos de Tokio'. Seguro que le ha pedido asesoramiento a su álter ego coppoliano. Y sus protagonistas serán Rinko Kikuchi, la sordomuda de ‘Babel’, y el catalán Sergi López.
¿Y cómo llegó la inspiración? Pues así, sin ser llamada, como acuden a la mente las genialidades gafapastiles. Hace dos años, la realizadora se encontraba promocionando una película en la capital japonesa y tuvo un encuentro en un mercado de pescado. "Lo primero que hacen los japoneses cuando te ven con una cámara es sonreír y alzar la mano. Todos menos una chica que estaba limpiando atunes con una manguera. No quiso que la retratara. Le pedí disculpas, pero su reacción me intrigó". Tanto, tanto que se imaginó una mujer con doble vida. ¡Et voilá! Y la idea se hizo guión y va camino de convertirse en película.
La japonesa ha inspirado a uno de los protagonistas del film, una mujer que en una de sus vidas es asesina a sueldo. Además, un español que se dedica a importar vinos y un ingeniero obsesionado con los sonidos de la ciudad. Según Coixet, la inspiración no vino sola en un mercado, sino que lo hizo acompañada de autores de referencia: los novelistas Haruki Murakami y Banana Yoshimoto y el cineasta Yasujiro Ozu.
Pero la inspiración, junto con el entusiasmo y la ilusión, también llamó a puerta de otros dos jóvenes cineastas, cuyos acercamientos a la ciudad nipona son muy diferentes, con esquemas vitales distintos y filtros desiguales ante la megaurbe.
Por un lado, Daniel Lavín, un joven madrileño de 31 años que reside desde hace tres en Japón. Estudió cine en la capital española, pero terminó allende los mares en búsqueda de aventuras: "Quería dejar cosas atrás y Japón me pareció el tipo de país donde puedes empezar desde cero". Allí se reencontró con las musas y las ganas de hacer cine. El resultado es ‘Acrobats’, un largometraje rodado íntegramente en japonés, con actores locales, que anda buscando distribuidora en el circuito de festivales. En ésta su ópera prima refleja las vidas de tres japoneses corrientes: un 'salaryman' (clásico oficinista nipón), una cajera de una tienda de 24 horas y el líder de una banda de rock. Unos personajes que se encuentran solos dentro de la bulliciosa Tokio.
"La idea original y un primer guión se escribió en España meses antes de instalarme definitivamente en Tokio. Parte de las vivencias que había tenido en ese primer acercamiento a la cultura nipona estaban reflejadas de alguna manera en aquel guión", afirma Daniel Lavín desde Japón. "El hecho de escuchar un diálogo en una lengua distinta a la tuya materna, y que esas palabras no tengan una interpretación inmediata en tu cabeza implica que te centres en lo visual, en lo físico, que es algo más universal", por lo que quizá su historia tenga el mismo efecto en el lugar donde fue rodado que en otras partes del mundo.
De Tokio le fascina que "es una ciudad de contrastes, excesiva, que vive en un cambio constante, como si se reinventase cada día. Todo es o muy exagerado o muy minimalista, a veces es difícil encontrar un término medio". No es que los tokiotas sean frikis, según Lavín, sino que a nosotros nos lo parecen porque procedemos de una cultura diferente: "Correr delante de unos toros puede calificarse de friki a los ojos de alguien que desconoce una fiesta nacional como los Sanfermines, pero no deja de ser parte de una tradición", aunque añade que "eso no quita que dejes de sorprenderte a cada instante".
Su película se podrá ver próximamente en España en la 46ª edición del Festival Internacional de Cine de Gijón. De momento, será lo más cerca que van a estar los españoles de poder ver la cinta. Pero Lavín es optimista: "Lo importante es que encuentre su público".
O, matiza Ciro Altabás, lo que en España se entiende como un lado friki. Sus motivaciones para ir a Japón distan de las de Lavín. Su deseo de retratar Tokio ha sido fruto de una de sus grandes pasiones: los videojuegos. "Se nos ocurrió que nunca se había hecho un documental sobre videojuegos y nos fuimos a Japón para ver cómo Nintendo preparaba el lanzamiento de la Wii un mes antes de la fecha prevista para ello". Pero Ciro se topó con el hermetismo de los directivos de la compañía nipona, aunque encontró una nueva motivación para su obra: las aficiones de los tokiotas. El resultado es ‘Hobby’, un documental de unos 45 minutos, actualmente viajando por el circuito de festivales y que ya se ha emitido en Canal Plus.
"En Tokio, te vas a tomar un café, dejas la cámara encima de una mesa grabando y, primero, nadie te la roba y, segundo, lo que has grabado, sea lo que sea, mola". Uno de los personajes que aparecen en el documental es Danny Chou, un ejecutivo de Microsoft al que le gusta vestirse de la Guerra de las Galaxias en el metro. "Tokio es la cuna de la cultura friki como la entendemos en España. Todo el mundo tiene una afición. Nadie te mira raro por ir leyendo Manga o jugando a la PSP en el metro". Su guía en Tokio fue ni más ni menos que Héctor García, de Kirainet.com.
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