La música de un ganador

Estaba cantado que el afroamericano Barack Obama iba a convertirse en el sucesor de George W. Bush en la Casa Blanca. Un hombre con un carisma de tal calibre no tiene rival. Por muy veterano de guerra que haya sido su contrincante no ha podido con el arrojo del novato aspirante a la presidencia. No quiero analizar lo que prometía uno y lo que ofrecía el otro en esta larguísima campaña (eso no me interesa, ni tampoco entiendo del tema). Lo que sí me interesa de él es su poder de atracción: gran parte de la población mundial simpatiza con el primer político de color estadounidense que ocupa el Despacho Oval. ¿Qué tiene ese hombre que tanto gusta, que tanta confianza da, que tan buen rollo transmite? Es el hombre "casi perfecto" para regir un país dueño de medio mundo... en crisis. Difícil elección la de escoger a quien lleve un país adelante durante todo un mandato, solucionando los errores de su antecesor y mejorando los problemas garrafales de una economía diezmada basada en el 'bluff'.

Tengo que felicitar desde aquí al equipo de asesores de imagen de Obama, que han creado una imagen casi perfecta de un político que pasó de ser desconocido a ocupar, en dos años, las portadas de todos los periódicos del mundo. La imagen que han querido dar de Obama no tiene ni una fisura. No se le detecta a primera vista ninguna debilidad, ninguna afición. Seguro que el amigo Barack tiene alguna flaqueza, un hobby de fin de semana, algo que le distraiga de la vida política y de su familia perfecta. Ni siquiera se han podido filtrar sus gustos musicales. Que es de lo que he venido a hablar.

Se le ha visto bailar —con muy buen estilo por cierto— con Ellen Degeneres en su show televisivo. Suaves movimientos de brazos y de caderas, perfectamente cadenciados. Un don innato que poseen casi todas las personas de raza negra. Se aprecia a un Obama bailarín ma non troppo, no convenía mover la pelvis más de lo normal a riesgo de perder treinta mil votos en una noche.

Sabemos lo que lleva en su reproductor musical (en pdf). Es una selección demasiado correcta, no se aprecia nada "politicamente incorrecto". Sus intérpretes favoritos son Bob Dylan, Stevie Wonder, Bruce Springsteen, Earth, Wind & Fire, John Coltrane, Miles Davis, Sheryl Crow, Elton John.... todo muy mainstream. Es curioso ver que un señor nacido a principios de los años sesenta tiene como tema tótem el 'Gimme Shelter' de los Rolling Stones, un tema poco representativo de la energía y mala baba que desprendían unas satánicas majestades sometidas al influjo de los ácidos. O que se desviva por los cinco álbumes vitales de Stevie Wonder. Con este despliegue de estrellas mediáticas desfilando por su iPod me estoy imaginando las fiestas de los Obama. Pocos sobresaltos emocionales íbamos a tener si por un casual estuviéramos invitados.

Arrimarse al político

Él no ha necesitado estar rodeado de estrellas de la canción americana, no. Él mismo es la estrella, y brilla con luz propia. No se le ha conocido canción alguna que le haya acompañado durante esta eterna campaña política, con la salvedad de un tema de U2 titulado 'City Of Bliding Lights' en el inicio. Esa falta de compromiso musical ha dado la vuelta a la tortilla del tándem "político-necesita-cantante". Más bien al revés: son los intérpretes quienes han visto en Obama una fuente de buena inspiración para crear temas que hablen de él. Y les ha funcionado muy bien. Si no, que se lo digan a Will.i.am de los Black Eyed Peas, el creador del tema 'Yes We Can'. Una fórmula muy usada a la hora de crear una canción: se usan deliberadamente frases de un mitin político y se construye una base musical con voces famosas que arropen las frases perfectamente escogidas del líder político de turno. Se hace un vídeo ad hoc con un realizador de la farándula —como puede ser en este caso el hijo de Bob Dylan, Jesse—. Y la guinda al pastel videográfico la ponen estrellas dando su apoyo directo al político de turno (Common, Scarlett Johansson, Tatyana Ali, John Legend, Herbie Hancock, Kate Walsh, Kareem Abdul Jabbar, Adam Rodriquez, Kelly Hu, Amber Valetta, Eric Balfour, Aisha Tyler, Nicole Scherzinger o Nick Cannon).Todos se benefician del poder mediático de Barack Obama, las cifras de YouTube cantan a favor del afroamericano, y es una promoción tan positiva que nadie puede negarse a ella. El nuevo presidente no ha rechazado ni apoyado incondicionalmente la idea musical. Se ha limitado a colgar el vídeo en su web oficial.

Otros se han limitado a traducir al castellano el tema de marras y hacer una adaptación calcada al original. Hay para todos los gustos. Hasta corre por ahí un reggaeton que repite hasta la saciedad el nombre del ex candidato, que tiene más de 500.000 visitas. En definitiva, hoy por hoy arrimarse musicalmente a un político con tanto carisma como Obama tiene su recompensa en forma de promoción directa. ¿Podremos encontrar algún día un político con ese poder de atracción en España?

En esto de la música pop está todo inventado, pero la historia tiene sus ciclos que se repiten. Para muestra un botón. Un simple homenaje a un luchador afromericano de los de verdad. De los duros, de los antiguos, de los que tenían todo en contra, de los comprometidos, de los que día a día se jugaban la vida. Me refiero al homenaje que le hizo Keith LeBlanc hace más de veinticinco años a Malcolm X. El 'No Sell Out' hace que el 'Yes We Can' de Will.i.am se quede en un mero canto de catequesis. El poder y la fuerza de las palabras combativas del líder musulmán y defensor del Black Power dejan a la altura del betún las frases perfectamente estudiadas por algún departamento de asesores de imagen. Misma temática, mismos personajes, mismos objetivos: sólo les separan unos cuarenta años. Juzguen ustedes mismos.