Secciones bajar

El delfín del río Irrawaddy

Por VANESSA SÁNCHEZ* (SOITU.ES)
Actualizado 09-11-2008 17:47 CET

Se estima que unos 70 ejemplares de delfín beluga (Orcaella brevirostris) habitan en el río Mahakam, en la Isla de Borneo (Indonesia). Este cetáceo, también conocido por el nombre de delfín del río Irrawaddy, se encuentra en peligro crítico de extinción y está incluido en la lista roja de UICN. La Fundación de Conservación de especies acuáticas amenazadas de Indonesia, Yayasan Konservasi RASI, trata de salvar a esta pequeña población. La captura accidental con redes de pesca y la pérdida de hábitat son sus grandes amenazas.

En contraste con las preferencias de otras especies de delfines que habitan en aguas saladas, el delfín beluga habita en las aguas dulces de tres grandes ríos del sudeste asiático: el delta del río Mekong en Camboya, Laos y Vietnam; el río Mahakam en Kalimantan, Indonesia; y el río Ayeyarwady en Birmania, así como en grandes lagos de aguas salobres, estuarios y manglares como Songkhla en Tailandia y Chilika en India. En cada uno de estos lugares existen pequeñas poblaciones aisladas unas de otras, razón por la cual esta especie es especialmente vulnerable.

Según declara Daniele Krebb coordinadora de la Fundación Yayasan Konservasi RASI, el 66% de los delfines que murieron en el río Mahakam entre los años 1995-2005 quedaron atrapados en redes de pesca o trasmallos. Y de estos la mayor parte (el 81%) eran adultos.

La organización WWF Adena ya ha denunciado en varias ocasiones este problema: más de 300.000 cetáceos (delfines, marsopas y ballenas) mueren cada año atrapados en redes de pesca, ya que al tratarse de mamíferos adaptados a la vida en el mar, necesitan subir a la superficie para respirar aire. Cuando caen en las redes quedan a menudo aprisionados y mueren ahogados. La última protesta de este grupo ecológico fue hace tan sólo unos días en Berlín: activistas de WWF se sumergieron en una piscina pública de la capital alemana con los cuerpos pintados como si fueran animales. Una vez dentro del agua, escenificaron las capturas con redes que tanto daño hacen a la fauna marina.

Para las diferentes organizaciones de conservación estos accidentes podrían evitarse cambiando los métodos de pesca. Los delfines tienen grandes dificultades para detectar los trasmallos tanto visualmente, como mediante su sistema de sónar, y se está investigando la respuesta de los delfines a redes equipadas con sistemas acústicos o visuales disuasorios.

En el río Mahakam, los delfines son vistos habitualmente alimentándose en las inmediaciones de las redes de pesca y los pescadores utilizan estos patrones de comportamiento como indicadores de la presencia de peces y en ocasiones consiguen que los mismos delfines dirijan a los peces hacia las redes, incrementándose así la posibilidad de que los delfines queden atrapados. No obstante muchos pescadores han informado en numerosas ocasiones de haber liberado de las redes con éxito a los delfines. La población de las riberas del río Mahakam en general tiene una actitud muy positiva sobre los delfines y según declaran los técnicos de Yayasan, esto puede deberse a la creencia popular de que los delfines beluga tenían un origen humano.

Yayasan entre otras actividades realiza campañas locales de concienciación ambiental entre la población y especialmente los pescadores, enseñándoles incluso técnicas para liberar a los delfines atrapados en las redes y animándoles a modificar sus técnicas de pesca. Además tratan de impulsar técnicas socio-económicas alternativas a la pesca con redes. En las últimas encuestas que realizaron al azar entre pescadores, todos los entrevistados estaban a favor de declarar áreas de conservación del delfín beluga. Aunque este animal está considerado como una especie protegida en la legislación de Indonesia desde 1990, sus hábitats permanecen desprotegidos.

La pérdida de hábitat, las actividades de extracción de carbón y oro que se desarrollan en los ríos, el aumento de la sedimentación y dragado de la costa y un gran número de infraestructuras de pesca ubicadas en las orillas bloqueando el acceso al agua, afectan seriamente a los delfines. Los efectos de estos factores son difíciles de cuantificar, pero pueden ser considerables, sobre todo la contaminación química de biocidas utilizados en la acuicultura de las costas o el mercurio y cianuro que se usan en la minería del oro.

Los análisis de viabilidad de las poblaciones del delfín beluga en el río Mahakam arrojan datos esclarecedores: si no se evita la mortalidad de delfines causada por la actividad humana, el éxito de supervivencia sería tan sólo de entre 1-4%. Previniendo y reduciendo la muerte de dos ejemplares de delfín beluga al año, la probabilidad de extinción se reduce a un 50-75% y evitando tres muertes de delfines al año la probabilidad de supervivencia está casi en el 100%. Las poblaciones de este cetáceo pueden salvarse si se implementan medidas urgentes de conservación. Esperemos que lleguen a tiempo.


*Vanessa Sánchez es ambientóloga y trabaja en la Fundación Global Nature

(Las conclusiones y puntos de vista reflejados en este artículo son responsabilidad únicamente de su autor y no representan, comprometen, ni obligan a las instituciones a las que pertenece).

Di lo que quieras

Aceptar

Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »

En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.

Di lo que quieras

Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.

Volver a medioambiente Volver a portada
subir Subir al principio de la página