A pocas horas de decidirse quién será el próximo presidente de los EEUU, todavía hay tiempo de conquistar al indeciso. Y eso lo saben muy bien McCain y Obama. Por eso, ambos candidatos a la Casa Blanca dedican sus últimos esfuerzos para visitar los estados cuya decisión mañana en las urnas puede otorgarles el triunfo o la derrota.
El maratón de mítines comenzó hace unas horas en Florida, el estado que dio la victoria al actual inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush, en el año 2000 y donde los dos candidatos están ahora empatados en las encuestas.
Después de Florida, el candidato demócrata continuará su marcha por el Norte de Carolina, Ilinois y Virginia, estados que votaron a los republicanos hace cuatro años. Por su parte, McCain, que también parte desde Florida, irá aún más lejos. El republicano de 71 años atravesará todo el país, unos 3.000 kilómetros, para hablar frente a los ciudadanos de los estados de Tennessee, Pensilvania, Indiana, Nuevo Mexico, Arizona y Nevada. En total siete estados que tendrán ocupado a McCain hasta la medianoche de Estados Unidos.
Un sondeo conjunto del diario 'The Wall Street Journal' y la cadena de televisión NBC publicado hoy da a Obama ocho puntos de ventaja, el 51 frente al 43 por ciento. Según las últimas proyecciones de la CNN, Obama tiene 291 votos electorales (se necesitan 270 de los 538 votos). El último sondeo conjunto del diario 'The Washington Post' y la cadena de televisión señala que incluso si McCain gana en todos los estados que se consideran sólidos bastiones republicanos y en los que se inclinan por los republicanos necesitaría 23 votos más para ganar.
Lo que está claro es que a día de hoy, los estados de Florida, Carolina del Norte, Misuri, Indiana, Georgia, Montana, Arizona, Virginia y Ohio, ninguno de los candidatos está claramente adelantado. Todavía hay un 9% de votantes indecisos. A pesar de que las encuestas apuntan a que Obama será el primer presidente negro de EEUU, los indecisos tienen ahora más poder que nunca y la combinación de varios estados en los que Obama no consiga dar la vuelta a la orientación política del estado, pueden dar la sorpresa. Las victorias ajustadas de Bush tanto en 2000 como en 2004 hacen que los dos candidatos quieran arañar esos votos hasta el último día. Se puede ser vencedor por pequeña que sea la diferencia.
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