Agustín Díaz Yanes estrena peli. Tras el chasco de 'Alatriste, vuelve a hablar de violencia, mujeres, y personajes al límite. De hecho, la idea le surgió mientras rodaba la película con Vigo Mortensen. Quería hacer una película de atracadoras con cuatro mujeres, cuenta el director. Y aquí la tenemos: a Volpini le parece una cinta bien hecha, con una trama repleta de tonterías insufribles, mientras que, para el Dr. Etxea, Díaz Yanes se consolida como maestro del oficio, y 'Sólo quiero caminar' va derechita a los Goya.
Desde 'Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto' —¿quién no recuerda a Gloria Duque?— nada ha cambiado para bien en el entorno paralelo de 'Sólo quiero caminar'. Entre México D.F. y la costa gaditana, sus protagonistas se desgañitan en el empeño de ejecutar su venganza contra usos y abusos machistas. Hay que ver a esas mujeres dando palizas y pegando tiros a diestro y siniestro. La película está construida, y se le nota, con la voluntad explícita de mostrar la doble trayectoria de la violencia de género femenino. Victoria Abril —de nuevo Gloria Duque, pero con 15 años de madurez añadida—, Ariadna Gil, Pilar López de Ayala, Elena Anaya, emparentadas por la complicidad del pánico, se convierten en los cuatro jinetes del Apocalipsis de una sociedad corrupta y trufada de mafias. 'Western' urbano y playero, el 'thriller' está concebido también como espectáculo. En su nuevo trabajo, el director de 'Alatriste' matiza el tono dramático con un velado toque de humor, atravesado de puñetazos y asaltos a la intimidad de las cajas fuertes. Quienes no vivimos en el entorno del narcotráfico y los negocios turbios podemos considerar exagerada la historia. Visto desde dentro, 'Sólo quiero caminar' quizá sea simple caricatura.
Guionista y realizador, Agustín Díaz Yanes se consolida como maestro del oficio. Frente a los malos usos habituales, el lenguaje cinematográfico que aplica no repite con palabras lo que cuenta de forma rotunda en esas imágenes de violencia explícita. No es perfecta, pero en su imperfección 'Sólo quiero caminar' resulta ser una de las promesas mejor cumplidas del último año cinematográfico español. En esta coproducción con México, el país azteca está muy presente en el estilo a lo largo del recorrido y sobre todo en los dos actores que dan la réplica a esas estupendas actrices españolas: Diego Luna y José María Yazpik. A mitad del otoño, la 'cinefilifobia' de la semana se perfila, de momento, como una de las candidatas a premio en la próxima edición de los Goya. Lanzo un órdago por las actrices en su conjunto y otro por la realización. Los académicos dirán si voy de farol.
De boca en boca y tiro porque me toca. O, al revés, de pene en pene y el machote se viene. ¿Es la felación el máximo homenaje al gallo alzado, o es en la felación en donde el supuesto macho dominante humilla a la gallina? ¿Reside su prestigio en algo tan banal —tan generoso— como el placer otorgado y recibido, o es que subvierte la exigencia de la procreación, lo cual dota a este acto de implicaciones atávicas, telúricas, tan irracionalmente religiosas como la religión misma? Dejemos el asunto a los filósofos y anotemos que en ‘Sólo quiero caminar’ la felación se da bastante. Lo cual estorba el paso a los protagonistas de uno y otro lado del pantalón abierto. El ilustre catedrático Manuel Mindán Manero sostenía que para la religión se necesita oído igual que se precisa oído para la música. Hay a quien no le llega oído para la raza, para el desplante, para el ‘temperamento’. Es muy probable que a quienes esto suceda les cueste entrar en la propuesta argumental de Díaz Yanes, cuyo ingrediente básico es el "aquí estoy yo". La raza, lo que tiene, es que no precisa de argumentos. Cada día mejor director, Díaz Yanes sigue siendo el guionista de ‘lo hondo’. "¿Pero de qué te preocupas? ¡Si son ‘viejas’!". "Sí, pero éstas son españolas". Así como que más dotadas que los hombres: con un par. Y un escalofrío recorre las butacas de los cines de España, con réplicas en lugares tan distantes como Boston, Tokio o Estocolmo. Se justifica todo en ‘lo torero’: la bicicleta trucada ¿para qué?, la mano machacada que nadie lo diría, la escena del disfraz intramuros, la ‘monja’ ante el Señor, la redacción del niño (¡Manda uebos!). Es el ‘apaño araña’.
Notablemente más centrada ‘Sólo quiero caminar’ en lo que atañe al México mafioso, admirable de pulso, magníficos Ariadna Gil y los dos mexicanos: José María Yazpik y el enorme Diego Luna, ¡jod… con Díaz Yanes!
*Federico Volpini y Dr. Etxea son nuestros colaboradores de cine.
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