El comité de campaña demócrata prepara un espectáculo digno de la ocasión. Barack Obama comparecerá la noche electoral en el Grant Park de Chicago, un gran espacio verde con hermosas vistas al lago Michigan desde el que informará una cifra récord de periodistas acreditados. Los medios de comunicación pagarán entre 700 y 30.000 dólares por un puesto desde donde ser testigos privilegiados de una noche de masivas audiencias.
El escenario de la gran fiesta, o decepción, final se ha mantenido en secreto hasta esta semana. Y todavía queda por despejar una duda fundamental: el equipo de comunicación demócrata no confirmará la concesión de credenciales a los informadores hasta el próximo día 31 de octubre. "Sin excepciones", dicen en el cuartel general de Obama.
Es el momento de las reservas y de la producción. He aquí la oferta. Lo más básico es el acceso a la General Media Area. Es gratuito pero la web de reservas de la campaña de Obama advierte de que se trata de una sala donde seguramente hay que permanecer de pie, no hay sitios garantizados y la visión del escenario puede estar obstaculizada. No hay internet, las tomas de corriente son para el primero que enchufe su equipo, y que nadie espere líneas digitales. Como detalle por las molestias, el periodista acreditado puede aparcar su bicicleta en una zona dispuesta para tal fin.
Para disponer del material imprescindible para trabajar es necesario rascarse el bolsillo. La estrella es el Network Platform Package, un compartimento o stand para las grandes cadenas de televisión, cerrado, con seguridad incluida, catering, plaza para aparcar las unidades móviles y todos los medios técnicos necesarios para transmitir vía satélite. El precio es de 29.700 dólares.
Para las radios hay previsto algo más modesto. Por 715 dólares, un técnico y un redactor tienen derecho a una mesa de trabajo con RDSI (línea digital que ofrece sonido nítido en directo). Las posiciones de los fotógrafos oscilan entre los 451 y los 726 dólares. Y lo más sensato es que la prensa escrita elija el paquete de 935 dólares con catering, internet y televisión por cable.
A la hora de hablar de precios, para juzgar es necesario comparar. La conclusión es que la cobertura es, a priori, barata aunque el catálogo haya puesto de los nervios a los medios norteamericanos. Pongamos en el otro lado de la balanza la retransmisión radiofónica de un partido de la Eurocopa. Entre derechos de emisión, cabina de servicios mínimos, acreditaciones y desplazamientos; la retransmisión de un partido en la fase final del campeonato europeo de fútbol para una radio rondaba los 3.000 euros.
El viaje a Chicago es en cualquier caso una inversión segura porque, sea cual sea el resultado, el gran atractivo del día 4 de noviembre será Barack Obama. Se ha empleado hasta el hartazgo el calificativo de histórico para el momento en que Obama sea, si finalmente así ocurre, elegido presidente pero si las cosas se tuercen para el demócrata en el momento decisivo siempre quedará la crónica de la gran decepción, el esplendor y caída de la gran esperanza (esta vez negra).
¿Pero y McCain? Es una incógnita. Los republicanos todavía no han desvelado, al menos a los medios internacionales que asistirán a la cita, el emplazamiento de la Election Night republicano. Vuelve a cumplirse la máxima de que la opacidad dispara las especulaciones. Lo que nadie cuestiona es que se celebrará en Phoenix (Arizona). Hace tan sólo dos semanas algunas agencias televisivas instalaron sus equipos en el Hotel Biltmore de la ciudad, un movimiento que ha puesto en alerta a los corresponsales. Los comentarios más recientes en la prensa norteamericana insinúan que McCain incluso podría renunciar al show y ofrecer su discurso ante un selecto grupo de periodistas. ¿Política de austeridad o falta de esperanzas? Lo dicho, la opacidad sólo favorece la especulación.
Actualización.- El equipo de McCain ya ha confirmado que el escenario de la noche electoral republicana será el Hotel Biltmore. Sin embargo, la comparecencia del candidato se celebrará en el hotel Lawn y, como apuntábamos, únicamente ante los periodistas que han viajado en la caravana de campaña. El resto podrá seguir el acto desde el hotel Biltmore por circuito cerrado de televisión. Los precios son todavía más altos que los ofrecidos por los demócratas, al menos para las cadenas de radio. Una radio, por ejemplo, pagará 650 dólares por una mesa de trabajo y si quiere transmitir mediante una línea RDSI tendrá que abonar 750 dólares más.
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