Pekín.- Los gobernantes de la Unión Europea y de 16 países de Asia concluyen hoy en Pekín su séptima cumbre, convencidos de que la actual crisis financiera podrá ser superada coordinando los esfuerzos de todos.
La segunda y última jornada de la cumbre entre Asia y Europa (ASEM, en sus siglas inglesas) está hoy dedicada al reforzamiento de la cooperación política, económica y cultural, y a analizar desafíos comunes como la lucha contra la pobreza y el cambio climático.
Sobre el calentamiento del planeta, el presidente de turno de la UE, el francés Nicolas Sarkozy, dijo ayer que es una de las razones que explican que el mundo "va mal".
"No negamos el derecho de cada cual al crecimiento y a elevar el nivel de riqueza de su pueblo, pero no aceptamos falsas ideas", explicó el presidente francés, y enfatizó que "el respeto del medio ambiente no es contrario a la aspiración al crecimiento".
Los 43 países miembros de la ASEM representan dos tercios de la población mundial y el 60% de su riqueza.
Anoche, europeos y asiáticos, después de un nuevo "viernes negro" en las bolsas, se pusieron de acuerdo en una declaración sobre la situación financiera internacional en la que mostraron su "preocupación" por la extensión de la crisis de los mercados a la economía real.
"Las autoridades de todos los países -afirma el texto- deben demostrar visión y resolución, y tomar medidas firmes, decisivas y efectivas, de manera responsable y oportuna para hacer frente al desafío de la crisis financiera".
La ASEM apoya las medidas ya tomadas, entre otros, por los países de la UE para devolver la confianza a los mercados, proteger los ahorros y restablecer el crédito interbancario.
La cumbre euro-asiática dirigió asimismo un llamamiento a toda la comunidad internacional para que continúe reforzando su coordinación y cooperación.
En su discurso de apertura el presidente chino, Hu Jintao, expresó la voluntad de China de contribuir a la estabilidad financiera y económica mundial.
Aunque Hu se refirió explícitamente al "estímulo de la demanda (interna)" como aportación a las medidas anti crisis, China también participará en el fondo de emergencia, de 80.000 millones de dólares en reservas extranjeras, que van a establecer las naciones del sudeste asiático para aportar liquidez a los miembros que lo necesiten.
En esta cumbre, las autoridades chinas se han comprometido a asumir toda su "responsabilidad" y sumarse a los esfuerzos que los europeos despliegan para que se reformen las reglas del juego del sistema financiero mundial, pese a la tradicional resistencia de Pekín a aceptar cambios en sus propios mecanismos bancarios.
Los líderes de la ASEM han expresado su apoyo a la reunión internacional sobre la crisis que se celebrará en Washington a mediados de noviembre y han reclamado un mayor papel de control para el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La declaración ya aprobada omite toda referencia al formato y composición de la reunión de Washington del 15 de noviembre, que Estados Unidos propone circunscribir a los miembros del llamado G-20 (los siete países más industrializados, más Rusia y las potencias emergentes).
Europeos y asiáticos afirman igualmente que el FMI "debe desempeñar un papel crucial en la ayuda a los países afectados más seriamente por la crisis, a petición de estos".
Propugnan una "reforma efectiva y global" de los sistemas monetario y financiero internacionales.
El FMI y otras instituciones financieras "deben desempeñar plenamente el papel que se les ha atribuido en el sistema financiero internacional a fin de ayudar a estabilizar la situación".
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