Bruselas.- El ex director financiero de Fortis Gilbert Mittler obtuvo una indemnización de más de 4 millones de euros al abandonar ese cargo, en agosto pasado, a pesar de que siguió trabajando para la entidad, que ya estaba sumida en la crisis que terminó con su toma de control público y posterior división.
Según informa hoy el diario belga De Standaard, Mittler cambió de puesto -pasó a ser asesor del consejero delegado- el 1 de agosto, un mes después de que se lanzara la ampliación de capital de 1.500 millones de euros que le costó el cargo al consejero delegado, Jean-Paul Votron.
Fortis no informó entonces de que, aunque Mittler seguía trabajando para el grupo, recibió una prima de dimisión tres veces más elevada que la de Votron -que se llevó 1,35 millones de euros-.
La entidad confirmó hoy que Mittler cobró una compensación al cambiar de cargo, aunque no precisó la cantidad.
Posteriormente, Fortis anunció que el directivo será despedido.
Un portavoz de la entidad bancaria informó de que el contrato de Mittler finalizará el próximo viernes 24 de octubre, sin dar más explicaciones, según la agencia Belga.
El primer ministro belga, Yves Leterme, declaró a la radio pública flamenca que esta indemnización "no es aceptable", y consideró que es una muestra de "poco respeto para los clientes y el personal" de la entidad.
"Mittler debería devolver la prima de dimisión", concluyó Leterme.
Según De Standaard, el alto ejecutivo fue uno de los impulsores de la entrada de Fortis en ABN Amro, una operación que precipitó los problemas de la entidad belga-holandesa.
Para evitar su derrumbe, Fortis fue objeto a finales de septiembre de una operación de rescate entre los gobiernos belga, holandés y luxemburgués, que nacionalizaron parcialmente la entidad.
Posteriormente, el Estado holandés decidió hacerse con todos los activos del grupo en su país -incluido el negocio de ABN Amro- y Bélgica y Luxemburgo vendieron el grueso del negocio bancario restante al francés BNP Paribas.
Las indemnizaciones a los directivos que han recibido ayudas públicas para superar la crisis actual está causando polémica en toda Europa, y en Bélgica con especial intensidad después de que el Estado haya tenido que intervenir en Fortis, la entidad más importante del país, y también en el banco franco-belga Dexia.
Al conocerse que el ex consejero delegado Herman Verwilst -que abandonó Fortis en pleno desplome bursátil pocos días antes de la intervención pública y tras sólo tres meses en el cargo- tenía derecho a una indemnización de cinco millones de euros, el Gobierno belga pidió que no se hiciera efectivo el pago.
El ex máximo ejecutivo de Dexia Axel Miller renunció a su indemnización por despido (3,7 millones de euros) por las presiones del Gobierno francés, que estableció esa condición para intervenir en la operación de rescate.
Desde Holanda, también se supo hoy que Fortis repartió bonificaciones a algunos de sus altos cargos sin informar a las autoridades y tras conocerse que el grupo iba a recibir ayuda pública, para evitar que dejaran la entidad.
Según informa el periódico De Volkskrant, la "primera ronda" de bonificaciones se entregó, a iniciativa de Fortis Bélgica, cuando los gobiernos belga, holandés y luxemburgués se hicieron con el 49 por ciento del grupo.
Cuando una semana más tarde el Gobierno de La Haya compró la totalidad de Fortis Holanda, incluidos los activos de ABN, la división holandesa continuó con la iniciativa y siguió repartiendo incentivos a los ejecutivos para garantizar su permanencia en la entidad.
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