Juguetes eco-eróticos

Los juguetes eróticos están a menudo hechos de plástico. El PVC (Poli Cloruro de Vinilo), plástico denunciado (Greenpeace) debido a las toxinas que emite durante su elaboración, o los ftalatos, está presente en numerosos juguetes eróticos. Si bien los juguetes para niños están regulados por una normativa que vela por la seguridad, nada parecido se encuentra en los artículos para adultos.

Pero cada día se encuentran más opciones ecológicas: en primer lugar, las guías de Eco sexo, nos recomiendan el uso de las tradicionales frutas, eso sí cubiertas de un condón y bien lavadas, y en caso de preferir un juguete, lo mejor es optar por los de cristal o metal. Los eléctricos necesitan pilas y/o baterías por lo tanto su impacto sobre nuestro medio natural es mayor, si bien es cierto que empiezan a diseñarse algunos alimentados por pequeñas placas solares. ¡Incluso el susodicho vibrador solar está esponsorizado por Al Gore!

Otros fabricantes ofrecen también otros complementos "verdes" como velas de soja o aceites esenciales, y lubricantes con/sin sabor hechos con ingredientes orgánicos. Con los lubricantes la opción ecológica pasa por evitar el uso de cremas fabricadas a base de petróleos (como la vaselina), o que contienen aromas, sabores o colores artificiales. Existen alternativas orgánicas, como el aceite de oliva. En caso de adquirir en alguna tienda un lubricante los fabricados a base de agua son los más versátiles, seguros y populares. Se pueden usar con juguetes y condones de látex.

Sobre los preservativos: todos sabemos que no se deben tirar en el váter, habitualmente están hechos de látex o poliuretano. Ya existen algunos biodegradables pero la mayoría no lo son. Algunas empresas están vendiendo condones de comercio justo, o algunos biodegradables hechos de tripas de cordero.

Escoger el juguete erótico más ecológico pareciera ser una decisión llena de compromisos, pero sin estándares legales ni regulaciones en el horizonte inmediato, depende de cada uno de nosotros ser selectivo y cuidadoso a la hora de comprar juguetes sin riesgos para la salud, que se ajusten a nuestro presupuesto y que sean inocuos ambientalmente hablando. Mientras tanto, siempre puedes devolver un juguete "sospechoso" al fabricante, para que algún día se hagan cargo de su responsabilidad con la salud de las personas y del medio ambiente.

En Estados Unidos, tiendas como Babeland ofrecen juguetes libres de PVC. En otras como Earth Erotics han hecho una selección de juguetes libres de todo tipo de tóxicos, ropa de cama de algodón orgánico, y otros accesorios naturales. Si se quiere ampliar información sobre las toxinas que llegan a nuestros dormitorios, también podrás encontrar una selección de artículos.

Por último, existe una web para reciclar juguetes eróticos: tan sólo tienes que enviar en un sobre los artículos que desees reciclar y ellos se encargan de procesarlos: esterilizarlos a fondo, los separación de materiales, los que pueden ser reutilizados como el caucho o la silicona son procesados y sirven de base para remodelar nuevos juguetes que por obvias razones sanitarias y de seguridad serán recubiertos con una nueva capa de silicona hasta obtener un juguete sexual con 95% menos de consumo de materiales. Por cada juguete enviado se recibirá un cheque de 5 dólares válido para compras de juguetes eróticos hechos de material reciclado.

¿Os suenan estas excitantes alternativas? ¿Puede ser el sexo sano, divertido y además ayudar a mejorar el medio ambiente?

* Amanda del Río es ambientóloga y trabaja en la Fundación Global Nature

(Las conclusiones y puntos de vista reflejados en este artículo son responsabilidad únicamente de su autor y no representan, comprometen, ni obligan a las instituciones a las que pertenece).