Acusado de intentar matar a su ex-pareja en Toledo dice está "muy arrepentido" tras rebajarle la pena

Toledo.-  José María R.T., de 44 años, acusado de intentar asesinar con un cuchillo a su ex-compañera sentimental en Toledo en octubre de 2006 se declaró culpable y "muy arrepentido" por lo ocurrido y aceptó la propuesta de la fiscalía de rebajar la petición de pena de diez años a siete años y medio de prisión.

Por su parte, la víctima M.F.T.R., que no llegó a declarar debido a que su abogada también aceptó la propuesta de la fiscalía, desconfió del arrepentimiento de su agresor, que era un bebedor crónico, y afirmó ante los medios de comunicación que el acusado "volverá cuando dentro de poco salga de la cárcel".

Con gafas oscuras y de espaldas a las cámaras de televisión, la mujer explicó que cuando ella salió del hospital, cuatro días después de los hechos, recibió una llamada de José María "para decirme que me quería matar", dijo la víctima, que no entiende como a un maltratador le dejan llamar por teléfono a su víctima.

Siguió con sus improperios hacia el acusado -afectado por una psicopatía alcohólica celopática con episodios psicóticos- del que dijo que se trata de un "manipulador y un hijo de...", que "quería acabar con mi vida y yo quiero la suya".

La víctima también se quejó de no haber recibido ayuda "de nadie" durante este tiempo y que hasta los peritos decían que "me veían bien", aunque ella esbozó entre sollozos que aún no está recuperada de lo ocurrido.

A la vista oral, que no llegó a celebrarse tras el pacto entre las partes, había acudido como testigo una vecina, Sagrario G., que vive enfrente de la vivienda de la víctima, situada en el casco histórico de Toledo.

La testigo explicó a la prensa que ese día, sobre las cuatro de la tarde del 30 de octubre de 2006, se encontraba descansando en su casa cuando oyó los gritos de la mujer que pedía de forma insistente a los vecinos que llamáramos a la Policía.

Se asomó al balcón, situado enfrente del de la víctima, y vio a la mujer con sangre en el cuello y al agresor, con el torso desnudo, tirando de ella hacia dentro de la vivienda, por lo que llamó a una ambulancia.

Los hechos que no llegaron a ser juzgados tuvieron lugar en la cocina del piso de la víctima, cuando el acusado, que trataba de reanudar la relación con ella, se le acercó por detrás y le dio un beso en la parte derecha del cuello, a lo que ella reaccionó retirándose.

Entonces el procesado le dijo "hija de puta, no me vuelvas a quitar la cara cuando te voy a besar", insulto al que María Fe respondió con palabras cariñosas para intentar calmarle y procedió a prepararse un café.

Ello no impidió que el procesado se acercara nuevamente a ella "de forma repentina e inesperada" y, por detrás, la agarrase de la barbilla, mientras le asestaba, "con ánimo de acabar con su vida", una puñalada con un cuchillo de sierra que se le quedó clavado en el cuello y que ella misma se quitó.

El procesado intentó coger de nuevo el cuchillo, que María Fe trataba de alejarle, al mismo tiempo que trataba de asomarse al balcón para pedir socorro, objetivo que logró momentáneamente en dos ocasiones, siendo introducida las dos veces en el interior del domicilio por su agresor, que le desgarró la blusa y le tiró el pelo.

Durante la agresión, la mujer resbaló y cayó al suelo, momento que José María R.T. aprovechó para colocarse sobre ella sujetándole la cabeza con las rodillas, dándole varios puñetazos y dos golpes con la rodilla en la cabeza, así como una patada en la cara, cuanto ésta trató de levantarse.

A consecuencia de estos hechos, ella resultó con una herida punzante en la cara derecha del cuello y contusión en cavidad oral con movimiento de piezas dentarias y dolor cervical, que precisaron tratamiento médico-quirúrgico y de las que tardó en sanar treinta días, cuatro de los cuales estuvo hospitalizada.