NUEVA YORK (ESTADOS UNIDOS).- Mi año en Nueva York termina y para este último artículo he decidido escribir sobre el lugar que, según mi opinión, es el más emblemático y definitorio de esta excepcional ciudad. Y ese lugar se llama Times Square.
Al hablar sobre Nueva York, surgen en la mente de forma casi automática una serie de imágenes icónicas que reflejan el Empire State, la Estatua de la Libertad, Central Park, la 5ª Avenida… pero la que cobra más fuerza en mi imaginario sobre la ciudad es sin duda Times Square.
Desde que uno anhela vivir en esta ciudad, las imágenes de este caótico cruce de calles que es Times Square surgen como la mayor representación de lo que esta urbe significa. Nueva York es luz, edificios vertiginosos, cruce de caminos… y sobre todo Broadway. Y todo esto está presente en el corazón de Manhattan, en el lugar en el que la 7ª Avenida y la calle Broadway cruzan su destino creando por unos momentos un espacio único e irrepetible, hasta que nuevamente vuelven a separarse y fluir por la isla hacia diferentes destinos. En esos metros cuadrados está guardada la esencia de una ciudad que siempre ha sido especial y que ha atesorado una personalidad propia, una ciudad que se renueva constantemente y que no para en su empeño de seguir siendo el centro del mundo. Y es precisamente esa la sensación que a uno le invade cuando se encuentra en ese cruce de avenidas, la de ser el rey del mundo y encontrarse en el centro de su reino.
Recomiendo acudir a Times Square tan pronto como sea posible cuando alguien llega a la ciudad y repetir esa visita de forma periódica. Es impresionante verla durante el día y observar el contrate entre la luz del sol y todas esas pantallas de última generación y esos letreros luminosos. Pero igual de sobrecogedor es contemplarla durante la noche, cuando toda esa tecnología crea un halo de luz que te ilumina y te sumerge en un remolino de energía única. Times Square está ahí para recibir al visitante, al neoyorquino, y a todo aquel que quiera dejarse llevar por la esencia y el corazón de Manhattan. Estar ahí observando las luces y la gente pasar es la experiencia más cercana a estar en otro mundo o viajar al futuro. Hay muchos lugares en el mundo con energías indescriptibles, y desde luego que Times Square es uno de ellos.
Hay quien dice que ha perdido su esencia y que se ha convertido en un parque temático dirigido a toda la familia. Y probablemente tengan razón… ¿pero eso lo convierte en algo peor? Baja mi opinión en absoluto. Times Square tiene vida propia y ha evolucionado hasta convertirse en lo que es hoy, puede gustar o no, puedes sentirte cómodo en sus calles o no, pero nadie puede negar que no hay nada igual en el mundo. Esa personalidad única e irrepetible, esa capacidad de haberse hecho a sí mismo y haberse convertido en un icono, en 'El icono', es difícil, casi imposible de conseguir. Y Time Square lo ha conseguido, con creces y con orgullo de ser lo que es.
Como un fénix resurgió de unas décadas en las que la prostitución, los sex-shops y el crimen campaban en sus calles, gracias a que Disney llegó a un acuerdo con el entonces alcalde Rudolph Guliani. Ellos se comprometían a dotar de contenido al centenario teatro New Amsterdam de la mítica calle 42, atrayendo a las familias de nuevo a Times Square, a cambio de que el alcalde limpiara las calles. Y así sucedió, tras un gran plan policial y estratégico de la ciudad, a principios de los 90, Times Square quedó libre de su sucio pasado, el musical 'El Rey León' marcó el comienzo de Disney en Broadway y poco a poco fueron surgiendo negocios que muy poco tiempo después han convertido esta intersección de calles en uno de los lugares más fotografiados del planeta.
Muchas son las cosas que merece la pena ver en Times Square, aunque yo recomiendo dejarse perder entre sus calles y disfrutar del gran espectáculo de sus luces y de la multitud que abarrota ese cruce de caminos.
Times Square es sobre todo eso, teatro. En un intervalo de poco más de 10 calles, se encuentra la oferta teatral más numerosa y variada del mundo, y eso crea una magia imposible de superar. En septiembre, tiene lugar 'Broadway on Broadway', un concierto en Times Square donde todos los show cantan una de sus canciones como una forma de promocionar sus espectáculos y abrir la nueva temporada. El concierto termina con 'New York, New York' cantado por todos ellos al unísono, a la vez que una lluvia de confeti cae desde lo alto de los edificios, creando un remolino de colores que inunda el lugar. Escuchar esa canción en ese lugar, bajo ese arco iris, es una experiencia irrepetible que es pura magia, lo mismo que Times Square, hortera para unos, entretenimiento para otros, imagen indiscutible e inolvidable de la ciudad para mí. ¡Hasta la próxima Nueva York!
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