Hasta ahora, en la programación de Veo TV, la tele de juguete de Pedro J., sólo destacaba el porno light. Ya saben, ese en el que no se ven los miembros viriles, las penetraciones son imaginarias y las eyaculaciones, una utopía. Porno chungo, incapaz de poner medianamente verraco a un adolescente inflado a Viagras. Para compensar semejante mariconada, la cadena de Unidad Editorial en TDT estrenó anoche 'Veo El Mundo'. Palabras mayores. Si fuera sexo, sería tan duro que no lo arañaría un gato. No sólo por el imaginativo título, sino por el gran presentador, la fabulosa cuadra de colaboradores y, no podía ser de otra manera, su espectacular independencia informativa.
José Luis Gutiérrez, periodista de "inabarcable currículo", según El Mundo, es el presentador de un programa con "el dream team de los contertulios", según elmundo.es. "Algunos de mis libros son bastante imprescindibles", reconoció el propio Gutiérrez en la modesta autobiografía que le sirvió para presentar el programa. Tras asegurar que "en Veo El Mundo no va a haber sectarismo" dio paso a sus primeros invitados, entre los que se encontraba Eduardo Zaplana, el hombre que no necesita ser maquillado, flamante delegado de Telefónica para Europa. Después llegó Rajoy, en una entrevista grabada francamente decepcionante: no se entendía al presentador, agarrotado y con evidentes problemas para sincronizar su cerebro con su lengua.
En los próximos días 'Veo El Mundo' promete contar con más periodistas y pensadores independientes, como Germán Yanke, Sánchez Dragó, Amando de Miguel, Melchor Miralles… Así hasta 20 contertulios, a los que se añadirán 30 colaboradores "ya habituales en Veo TV". Mucha, muchísima gente. Deberían haber montado el plató en el estadio Bernabéu… "En una temporada marcada por la crisis, esta lista de fichajes casi interminable suena a equipo galáctico", escribe un épico E.F. en elmundo.es.
Según Gutiérrez, más conocido como Guti (o Erasmo), 'Veo El Mundo' nace para "acabar con la banalización del planeta mediático" que, asegura, "cada vez se parece más al planeta de los simios". ¡Qué nobles intenciones! ¡Qué brillante comparación! ¡Qué cantidad de caspa! No es una metáfora: juro que en los planos iniciales se podían contemplar abundantes costras de cuero cabelludo muerto sobre los hombros y solapas del presentador. Sin duda un detalle tan brillante como ingenioso por parte de la dirección del programa, que de esta manera trata de crear la seña de identidad de un espacio anticuado. Ya estoy viendo la 'mosca' de Veo TV: una hojuela de caspa con seborrea lanzando brillos, como las burbujas de Freixenet, en un intento por deslumbrar al boquiabierto telespectador.
Y es que después de contemplar algo tan… casposo como 'Veo El Mundo' algún malpensando podría creer que no se ha intentado hacer televisión en ningún momento. Que sólo se trata de un nuevo instrumento de Pedro J. para la manipulación, la revancha o el lucro. Yo no lo creo. Lo que sucede es que, simplemente, 'Veo El Mundo' es basura. Una tertulia política de provincias, por trasnochada, senil y destartalada. Por estar mal concebida, mal decorada, mal producida, mal iluminada, mal realizada y mal presentada. Por ser televisión propagandística, a años luz del periodismo que propugna Gutiérrez con la saliva saliendo a borbotones de la boca. Televisión sin futuro, al carecer de imaginación, de frescura, del más mínimo interés. Televisión mediocre, mezquina, muerta.
Por cierto, ¿hubiese escrito este post cuando estaba en El Mundo? Seguro que no.
Springsteen actuó el sábado durante 45 minutos en Philadelphia, como comienzo de 'Vote for the Change', la campaña de apoyo a Barack Obama. Fueron 45 minutos en los que interpretó, acompañado únicamente por una guitarra acústica, The Promised Land, The Ghost Of Tom Joad, Thunder Road, No Surrender, The Rising, Does This Bus Stop At 82nd Street y This Land Is Your Land.
Esta es la versión de Thunder Road.
The Rising, después de un largo discurso que transcribimos a continuación.
Hello Philly, I am glad to be here today for this voter registration drive and for Barack Obama, the next President of the United States. I’ve spent 35 years writing about America, its people, and the meaning of the American Promise. The Promise that was handed down to us, right here in this city from our founding fathers, with one instruction: Do your best to make these things real. Opportunity, equality, social and economic justice, a fair shake for all of our citizens, the American idea, as a positive influence, around the world for a more just and peaceful existence. These are the things that give our lives hope, shape, and meaning. They are the ties that bind us together and give us faith in our contract with one another.I’ve spent most of my creative life measuring the distance between that American promise and American reality. For many Americans, who are today losing their jobs, their homes, seeing their retirement funds disappear, who have no healthcare, or who have been abandoned in our inner cities. The distance between that promise and that reality has never been greater or more painful.
I believe Senator Obama has taken the measure of that distance in his own life and in his work. I believe he understands, in his heart, the cost of that distance, in blood and suffering, in the lives of everyday Americans. I believe as president, he would work to restore that promise to so many of our fellow citizens who have justifiably lost faith in its meaning. After the disastrous administration of the past 8 years, we need someone to lead us in an American reclamation project. In my job, I travel the world, and occasionally play big stadiums, just like Senator Obama. I’ve continued to find, wherever I go, America remains a repository of people’s hopes, possibilities, and desires, and that despite the terrible erosion to our standing around the world, accomplished by our recent administration, we remain, for many, a house of dreams. One thousand George Bushes and one thousand Dick Cheneys will never be able to tear that house down.
They will, however, be leaving office, dropping the national tragedies of Katrina, Iraq, and our financial crisis in our laps. Our sacred house of dreams has been abused, looted, and left in a terrible state of disrepair. It needs care; it needs saving, it needs defending against those who would sell it down the river for power or a quick buck. It needs strong arms, hearts, and minds. It needs someone with Senator Obama’s understanding, temperateness, deliberativeness, maturity, compassion, toughness, and faith, to help us rebuild our house once again. But most importantly, it needs us. You and me. To build that house with the generosity that is at the heart of the American spirit. A house that is truer and big enough to contain the hopes and dreams of all of our fellow citizens. That is where our future lies. We will rise or fall as a people by our ability to accomplish this task. Now I don’t know about you, but I want that dream back, I want my America back, I want my country back.
So now is the time to stand with Barack Obama and Joe Biden, roll up our sleeves, and come on up for the rising.
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