¿Sueña la gente hoy con colores chillones?: Verde manzana, amarillo huevo, naranja, rojo, fucsia. ¿Su subconsciente les tararea mientras duermen 'pop' tontorrón de los cincuenta y (éste español) de los sesenta? Subiendo de nivel: ¿vuelve el Dúo Dinámico? ¿Hay que imitar a 'Grease' mezclando esa grasa con sangre y manteniendo los números bailables?
Humor adolescente. 'Barbie-look'. La Hammer pasada por la turmix, batidos, palomitas y hamburguesas vivientes: carne picada andando en busca de carne fresca. 'Sexykiller. Morirás por ella'. Irritante de puro chorra. Y, de repente, descubres que te estás divirtiendo.
Tercer día del Festival Internacional de Cataluña 'Sitges 2008'. Al que habría que venir (la programación es una locura) una semana antes, sin hotel, sin dormir, sin ducharte, sintiéndote culpable de no tener cien ojos, como Argos, y tiempo para ver con los cien ojos.
En el vestíbulo del hotel, cazadores de autógrafos y de fotografías, cámara digital y un álbum de carpetas transparentes en el que van cuidadosamente clasificadas las 'guías' de todas las películas (cartulinas con el cartel, fotos e información), prontas a brotar de su estuche: cada firma, una muesca. Sitges vive matando.
'Repo. The Genetic Opera'. Pase desconvocado por aviso de piratería. Los piratas vuelven al Mediterráneo. Media luna en el mar. Arriman la falúa a la pantalla, desembarcan y raptan la película. Fatal, para el rescate.
'Your Name Here'. Ensalada de varios referentes, con aderezo de sustancias psicotrópicas, recuerda de algún modo 'A Scanner Darkly' (Sitges 2006) y recuerda 'Slipstream' (Sitges 2007): la razón crea monstruos de pasados Festivales.
'Sauna'. Ambiente de Tarkovski como reza la información -concretamente de 'La Zona'- y, sin que la información lo diga, 'El Bosque' de Shyamalan pero en escandinavo: o sea, en serio. Suecia y Rusia comiéndose Finlandia, lo que tuvieron durante siglos por costumbre, y una propuesta hermosa, dura y algo lenta.
'Surveillance'. Cuando el FBI toma todas las cartas en un caso. Bill Pullman repite en Sitges hoy: 'Your Name Here' y 'Surveillance', donde saca a bailar a Julia Ormond. Cualquier crítica sería destriparla: ella sola se ocupa de hacerlo en los últimos minutos. Las trampas, si son buenas, funcionan hasta que el bicho se da cuenta y entonces, o no hay remedio, o huye. Esta trampa funciona hasta que al bicho no le queda sino agradecer haberla disfrutado y lamentarse de que, sin necesidad, fuera una trampa.
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