San Sebastián.- Inolvidables son algunos de los títulos que ha rodado Jonathan Demme, como "El silencio de los corderos" o "Algo salvaje", pero el que es presidente del jurado de la Sección Oficial de esta edición del Festival de San Sebastián se reconoce cansado de la maquinaria comercial que arrastra Hollywood.
"Dudo que quiera volver a Hollywood", ha afirmado hoy Demme, quien será junto a Eduardo Noriega el encargado de entregar mañana el Premio Donostia a Meryl Streep.
Demme también presenta en este festival dos películas con las que ha participado en secciones paralelas del certamen donostiarra, el drama intimista de bajo presupuesto "Rachel getting married" y el documental "Neil Young Trunk Show", dedicado al músico estadounidense, su amigo personal. Ambas confirman el nuevo rumbo que ha decidido dar a su carrera.
"He pasado años intentando captar el estilo cinematográfico clásico que he admirado durante toda mi vida, como las películas de Howard Hawks -explica-, pero en estos momentos me siento más interesado en un género como el documental. Rodarlo me reporta un viaje que se sabe cómo empieza pero no cómo acaba, porque la vida transcurre delante de la cámara".
De lo que ya no disfruta es del "viaje empresarial" que supone estrenar una gran producción en el cine comercial y que "te empuja a un tiovivo que acorta tu vida -ha asegurado Demme, cuyo primer filme firmó en 1974-. Demasiada gente opina de demasiadas cosas, aunque estoy satisfecho de haber pertenecido a esa industria".
"El silencio de los corderos", la célebre adaptación del libro de Thomas Harris que ha hecho inmortal al rostro de Anthony Hopkins en la pantalla encarnando al magnético Hannibal Lecter, le dio su único Óscar como director y un nuevo estatus en la industria.
Desde ese momento, el año 1991, se ganó el derecho de "tomar las decisiones finales" con respecto al montaje de sus películas, contar con una gran cantidad de guiones entre los que elegir sus siguientes proyectos "y una mesa asegurada en el restaurante de moda", ha bromeado.
Acaba de presentar a concurso en el Festival de Venecia "Rachel getting married", protagonizada por Anne Hathaway y Debra Winger, y ahora llega a la sección Zabaltegi-Perlas de San Sebastián con ella. "Lo último que esperas al hacer una película es presentarla a concurso, porque el arte no debería juzgarse, así que supongo que estoy siendo algo hipócrita recorriendo todos los certámenes cinematográficos", resuelve el cineasta.
Rodar "Rachel getting married" fue una experiencia en la que decidió "olvidarse del guión, no planificar las tomas y dar libertad total al operador de cámara" para obtener una mayor sensación de realismo en la era de Youtube, "en la que todo el mundo puede hacer cine a su manera y mostrarlo a todo el mundo".
Aunque va a entregar el premio a Meryl Streep, con la que trabajó hace cuatro años en "El mensajero del miedo" y a quien considera una actriz "con una imaginación ilimitada que te ofrecer en cada toma algo inesperado", Demme también recuerda al otro premiado de este año, Antonio Banderas, con el que presume haber rodado su segunda película en Hollywood, "Philadelphia", en 1993.
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