Miguel Blesa es el presidente de Caja Madrid, la segunda caja de ahorros de este país. Su sueldo estimado superaría —como mínimo— los tres millones de euros al año, según fuentes del sector financiero, si bien es imposible conocer su salario real gracias a la cacareada "transparencia" de las instituciones financieras de nuestro país*.
Ese salario, unido al poder que da tener la manguera de la caja que riega miles de millones por toda la Comunidad y los ayuntamientos de la capital, más el prestigio de la Fundación Caja Madrid, más las prevendas que llegan como consecuencia del cargo —otros consejos de administración, otros cargos representativos de prestigio— convierten la butaca del viejo amigo de José María Aznar en objeto de deseo de Esperanza Aguirre y sus afines. Más desde que Blesa se convirtió en un señor díscolo ante las órdenes de la presidenta.
"¿Qué más da si Blesa gana dos, tres o cuatro millones de euros al año? Para cualquier político eso es un fortunón. Un diputado de a pie no llega a los 80.000 euros anuales", recordaba esta mañana un viejo político desencantado. Ante estos datos, para muchos es comprensible la bronca que se ha desatado entre Rajoy y Gallardón por un lado y Esperanza Aguirre por otro, por el sillón del señor Miguel Blesa. Si además tiramos de archivo para recordar que don Miguel fue puesto a dedo como presidente en la segunda caja del país por parte de su amigo de la infancia, José María Aznar, y que durante años, Blesa y los otros empresarios de Aznar se han blindado en sus cargos, las cosas empiezan a encajar.
Para colmo, desde que perdieron las elecciones del 2004, el PP de Rajoy arrastra un lastre de exceso de ex ministros y ex altos cargos quasi desocupados. Blesa ya lleva 12 años con unos buenos ingresos ¿Por qué va a continuar mucho tiempo más? Sobre todo cuando en los últimos años se ha convertido en alguien que ha dejado de ser bien mandado.
Las cosas entre Blesa y Esperanza Aguirre comenzaron a deteriorarse ya durante la opa de Endesa, la primera eléctrica del país que estaba presidida por Manuel Pizarro. Caja Madrid era accionista de referencia de la compañía y Blesa no siempre se prestó a las órdenes de Aguirre durante la batalla de tres años. La gota que ha colmado el vaso estalló antes del verano, cuando el ahora díscolo presidente de Caja Madrid se resistía a colocar a Ángel Acebes y a Manuel Lamela —el ex consejero de Sanidad que estaba "orgulloso" de su papel en el caso del Severo Ochoa pese a lo que dijo la Justicia después— en el consejo de Cibeles, la novísima corporación financiera de la caja.
"Ojo. No se puede olvidar el poder. Se equivocan quienes creen que el puesto de Blesa interesa sólo por el dinero —explica un sindicalista socialista de Madrid—. Desde Caja Madrid se sueltan miles de millones de euros por toda la Comunidad y el Ayuntamiento en proyectos de todo tipo y eso da mucho mando en plaza. Pero también existen otros instrumentos de poder e influencia. La Fundación Caja Madrid y toda la obra social son un lugar de lujo. Dan un estatus entre el mundo de la cultura, ése al que siempre ha aspirado la derecha española por sus viejos complejos". "Lugares como La Casa Encendida son un bombón", añade la misma fuente.
Si con este entorno no estuviera justificada la pelea por el poder y el sueldo de Blesa, baste con añadir algún dato más. Por ejemplo, desde junio del 2006 Miguel Blesa es consejero de FCC, la constructora de Esther Koplowitz. ¿Alguien puede pensar que la élite empresarial hubiera pensado en Blesa como consejero independiente si hace doce años Aznar no le hubiera colocado en el sillón ahora tan disputado?
En cuanto a la pregunta de sentido común de si éste era el momento oportuno para llevar a la segunda caja de España a los titulares por problemas políticos, cuando la situación económica es la que es y hasta la misma Caja Madrid está en más bocas de las que debiera por sus datos de morosidad y con la previsión de un 6,5% para todo el sector de cajas, no hay respuesta.
Tampoco hay respuesta en el PP. Varios diputados populares, interrogados esta mañana por Pilar Portero, de soitu.es, en el Congreso de los Diputados —Luis Ayllón, José Eugenio Villar o Juan Carlos Vera entre otros—, han declarado no saber nada, pero es que absolutamente nada de esa pelea entre Rajoy y Gallardón por un lado y Esperanza por otro. Por supuesto, tampoco sabían nada, pero es que nada de nada, sobre las aspiraciones de Manuel Pizarro o de Estanislao Rodríguez Ponga para suceder a Blesa. Ponga, el vicepresidente de Caja Madrid que ha actuado como capataz de Aguirre en el penúltimo asalto de la presidenta de la Comunidad de Madrid hacia el sillón y el poder de Blesa.
El penúltimo, porque de momento el actual presidente se va a enrocar a la vista del "total" apoyo con que dice que cuenta. Por ahora.
*La cuenta de la vieja se hace de la siguiente manera: los consejeros ejecutivos de Caja Madrid y "algunos" de los altos cargos ganaron el año pasado 18,52 millones de euros en "sueldos y otras remuneraciones análogas". Es decir, que entre los consejeros ejecutivos de la caja —entre tres y cuatro de un total de 21— y no sé sabe cuantos directivos, se reparten esos 18,52 millones más otros 527 millones de euros por "obligaciones contraídas en materia de pensiones y otras". Así se recoge en el último Informe Anual de la Comisión de Inversiones de la caja (Página en formato PDF (17 kB)).
Tanta transparencia se debe al famoso Código Conthe, que decidió que las cajas mejor era que dieran una información detallada de la financiación que entregaban a los partidos políticos y demás instituciones con tinte político, aunque sus directivos y consejeros podrían mantener opacos sus sueldos. En el caso de los bancos se optó por una formula al revés, más o menos. Los presidentes y altos cargos de la banca tendrían que declarar su sueldo íntegro, pero curiosamente no estaban obligados a decir cuánto le dan a cada partido político.
Volviendo a la cuenta de la vieja. Si los altos cargos "clave" de Caja Madrid y los consejeros ejecutivos se repartieron más de 18,5 millones de euros, en una relación proporcional y modesta; tras consultar a varias fuentes conocedoras de los salarios de la gran banca y otras entidades financieras, y tirando por lo bajo, no es descabellado estimar el sueldo anual de Blesa como presidente de Caja madrid en los tres millones de euros. Ustedes perdonen lo chusco de la cuenta, pero los datos que ofrecen las entidades en este tema son así: chuscos.
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