¿Qué tal un paseo por las favelas de Río?

Si vas de turista a Río de Janeiro, toma algunas precauciones de seguridad. Pero, ya que has llegado tan lejos intenta perderte lo menos posible. Atrévete también con las favelas. Sí, hay visitas turísticas con guía y tiendas de souvernirs.

Río es conocido por su potencial turístico, su carnaval y sus playas. Pero atraídos muchas veces por películas como 'Cidade de Dios' o la controvertida 'Tropa de Elite', los turistas extranjeros buscan conocer en persona cómo es la vida en las favelas. De las 750 comunidades de Río, 52 están listas para paseos. La más buscada es también la más grande, Rocinha.

Actualmente, la media anual de visitantes a las favelas es de 40.000 y el número aumenta entre un 15% y 20% cada año, según las agencias especializadas en esa modalidad de turismo. Los que van ahí son en general gente habituada a viajar y con interés en conocer algo más de lo típico. Suele tratarse de arquitectos, sociólogos o educadores, pero también de jóvenes que se quedan un tiempo en algún albergue de la ciudad.

Ellos encuentran en las favelas el turismo de realidad. Conocen la cotidianidad de la gente pobre y cómo levantan sus casas, aposento tras aposento, conforme van reuniendo dinero para construirlos. Ese tipo de turismo crece en todo el mundo y no es exclusivo de Brasil. Es posible visitar locales de bajo Índice de Desarrollo Humano (IDH) en Buenos Aires, Egipto, en el Harlem de Nueva York o en Soweto, el Barrio negro de Johannesburgo, por ejemplo.

En Río, se puede ver lo que está fuera de las rutas tradicionales contratando a una agencia por 65 reales (cerca de 24 euros). Formado el grupo de hasta 12 personas, el guía lleva a todos a conocer ese ambiente de pobreza que está lejos del tradicional Cristo o Pão de Açúcar.

La agencia Favela Tour es la pionera. Empezó hace 16 años, cuando su dueño, Marcelo Armstrong, tuvo la idea de hablar con los habitantes de Rocinha para empezar por ahí sus rutas turísticas."Nunca tuvimos problemas con la población o con los narcotraficantes porque el paseo no existiría si ellos no estuviesen de acuerdo", afirma Armstrong. Ahora organiza paseos seis días a la semana a Rocinha y a la favela Canoas. El guía recoge al grupo en el hotel y lo devuelve en el mismo sitio después de tres horas de caminata.

Hay, además, otros paseos a Rocinha o a otras favelas de la ciudad. Los que estén pensando en animarse pueden encontrar información en las webs de las agencias Private Tours o la de la Favela Turism Workshop, por ejemplo. Agencias como la Be a Local organizan, además de estos paseos, excursiones a las fiestas de la favela e incluso posadas como Favelinha sin tener problemas de seguridad. Esas agencias muchas veces crean proyectos de apoyo y formación de las personas de la comunidad. Y lo curioso es que, como tienen como público a los extranjeros, algunas páginas web no tienen la opción de leerse en portugués.

Los peligros de Río

Sí, las favelas son seguras si vas de turismo. Sin embargo, no te vayas por tu cuenta porque nadie te conoce y no sabe tus intenciones al entrar en la comunidad. Puede que un narcotraficante te confunda con alguien o simplemente intente algo contra tu persona. "Los habitantes de las favelas quieren defender lo poco que tienen y no permiten que cualquiera entre sin contestar a preguntas o peor...", dice Pedro Novak de la agencia Private Tours.

Lo que no se puede olvidar es que la violencia ocurre, en la mayoría de las veces, en el enfrentamiento entre la policía y los narcotraficantes. La población de las favelas es en general de familias pobres, pero trabajadoras. Son gente que gana poco y está acostumbrada a la vida que lleva. Gente que vive en condiciones precarias de luz e higiene básica. Sin embargo, otros tantos viven en las favelas porque es donde están sus amigos y su gente, y además, no pagan impuestos o las tasas de luz o agua.