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Cuando nuestros gurús tecnológicos eran Marty McFly y Terminator

Por RAMÓN PECO (SOITU.ES)
Actualizado 23-09-2008 11:42 CET

De vez en cuando el lanzamiento de un nuevo trasto o programa nos sorprende, pero lo cierto es que estamos tan habituados a usar tecnología que la magia que en los años 80 rodeaba las nuevas tecnologías se ha disipado casi por completo. La industria cultural del momento, y muy en especial el cine, se hizo eco de una fiebre que protagonizaban el ordenador personal, el vídeo doméstico, el walkman, el disco compacto, y los videojuegos. Aquí repasamos algunas de las películas que mejor reflejan aquel espíritu de la época, tan cargado de optimismo.

La informática de los felices años 80 estuvo marcada por los sueños. Los ordenadores de 8 y 16 bits fueron exprimidos al máximo de sus posibilidades, pues realmente eran incapaces de hacer todo lo que sus impacientes propietarios ansiaban. El reto era siempre avanzar un poco más, lograr otra pequeña gran meta. Por ello, no es de extrañar que el cine de la época reflejase esos sueños, casi siempre frustrados por las limitaciones técnicas del momento. La tecnología tenía mucho de promesa, pero muchas de aquellas promesas sólo podían materializarse en la gran pantalla.

  • Tron. Walt Disney realizó una importante proeza técnica al realizar esta película en 1982. Fue muy avanzada visualmente para su momento, pues utilizaba gráficos en 3D generados por ordenador. Para renderizar la poco más de media hora de imágenes sintéticas que contiene se necesitó recurrir a tecnología punta. De hecho algunas de las imágenes son un enorme logro técnico, pues hay que tener en cuenta que los ordenadores de la época a duras penas eran capaces de trabajar con fluidez con gráficos bidimensionales.
  • La película tiene como protagonista a uno de los grandes iconos de la cultura popular del momento: la figura del programador. De hecho, gran parte del argumento tiene lugar en el interior de un ordenador, en una realidad virtual; un concepto tremendamente novedoso. En ese contexto los programas tienen vida propia y el programador debe interactuar, e incluso combatir, con ellos. En clave estrictamente cinematográfica la película es un poco aburrida, pero el original argumento y la excelente dirección artística la han convertido en un objeto de culto. Últimamente ha sido maquillada para una versión en DVD.

  • Juegos de Guerra. Esta película de 1983, muy entretenida, llenó de sueños las mentes de muchos 'geeks', adolescentes entonces y adultos ahora. El que la vea hoy sin conocer la tecnología del momento pensará que el hacker protagonista, un jovencísimo Matthew Broderick, navega a través de internet, aunque en ningún momento del filme se cita ese nombre. Lo cierto es que los pocos usuarios que se conectaban en aquel momento a redes informáticas lo hacían a través de las llamadas BBS (Bulletin Board System), pues aún faltaba casi una década para la creación de la World Wide Web.
  • El protagonista se conforma con entrar en las redes para descargar los últimos juegos del momento, obtener billetes de avión, y otras pequeñas gamberradas. El problema viene cuando accede a los sistemas de defensa de los Estados Unidos, todo un cliché que será reproducido hasta la saciedad en numerosas películas posteriores. Al entrar en este sistema se topa con un ordenador dotado de inteligencia artificial, otro tema recurrente que fue ideado por Kubrick en 2001.

    Al interactuar con esta IA el joven protagonista pone al mundo al borde de una guerra nuclear. Juegos de Guerra es también un alegato contra una guerra fría que estaba a punto de terminar. De hecho, es mítica la metafórica frase final que pronuncia el ordenador: "Extraño juego. La única manera de ganar es no jugando".

  • Sueños Eléctricos. Esta comedia romántica, un género muy de moda en la época, viene a ser una suerte de parodia de la forma en la que la incipiente informática estaba transformando la vida. Por su argumento desde luego no puede decirse que sea precisamente carne de cineclub: Va de un ordenador al que al caerle encima una botella champagne piensa que está vivo.
  • A partir de ese momento se inicia una competencia entre el ordenador y su dueño, hasta el punto de que ambos comienzan a disputarse... a la misma chica. Lo mejor sin duda es la forma en la que se refleja la interacción con toda clase de trastos de la época y el incipiente consumismo tecnológico.

  • Regreso al Futuro II. En la segunda parte de esta trilogía protagonizada por Michael J. Fox nos encontramos con una proyección del año 2015 realizada en 1989, cuando fue filmada. Por supuesto, esta comedia no pretende ser rigurosa a la hora de afrontar el futuro, pero es interesante ver lo que hace 15 años se esperaba que podría deparar, aunque fuese en clave caricaturesca, el futuro que nos espera a siete años vista.
  • Coches y monopatines voladores, algún televisor gigante de pantalla plana con videoconferencia incorporada, y unas Nike que se abrochan solas, son algunas de las 'visiones' que aparecen en la película. En definitiva, los años 80 elevados al cuadrado.

  • Cortocircuito. Realizada en 1986, cuatro años después de E.T., tiene grandes semejanzas con el filme de Spielberg, con la excepción de que aquí nos encontramos con un robot, no con un extraterrestre. Los 80 fueron años en los que la cibernética experimentó un fuerte auge como concepto, y eso se deja notar en el cine.
  • Esta comedia, un tanto simplona, nos devuelve al tema de las inteligencias artificiales trastocadas, introduciendo nuevamente el factor emocional en las máquinas. La historia está protagonizada por el robot Johnny 5, creado por un 'geek' que trabaja para los militares y que introduce en él programaciones para usos pacíficos.

  • Terminator. Es dudoso que James Cameron adivinase al filmar esta película, con presupuesto de serie B, en 1984 que en el año 2009 iba a estrenarse su cuarta entrega. De Terminator puede decirse que tiene el mérito de hacer hincapié en el lado más siniestro de la tecnología en un momento dominado por el optimismo. Sin embargo, en ella apenas hay alardes técnicos. Sólo el argumento y el robot de apariencia totalmente humana, y protagonizado por un joven Arnold Schwarzenegger, introducen al filme en el género de la ciencia ficción.
  • Es interesante en una época tan marcada por el optimismo encontrarnos con una película que plantea un futuro oscuro, en el que el desarrollo tecnológico ha terminado por volverse contra la propia humanidad, llevándola hasta el borde de la extinción en una lucha sin cuartel contra las máquinas. Un argumento que será recuperado años después en Matrix.

Hasta aquí una muestra de algunas de las películas que encandilaron a los que en su día vivían maravillados con el Spectrum, el Commodore 64, el MSX, o el Amstrad CPC. ¿Te sabes alguna más? Seguro que sí.

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