MADRID.- "...La semana que viene, me vuelvo a Madrid. Voy a ver a Zapatero. Hay que afrontar la situación económica. Todos estamos preocupados. Aunque todo se va a solucionar en breve. Pronto habrá un golpe de mano en el Gobierno. Carme Chacón, la de Defensa, la mujer de Barroso, va a sustituir a María Teresa, la vicepresidenta, que está quemada. Y lo mismo sucede con Solbes. Le sustituirá Miguel Sebastián como vicepresidente económico. Estamos contentos, el hombre encargado de ejecutar la política de Sebastián será Javier de Paz. Ya sabéis, el amigo personal del presidente, aquél que estuvo tanto tiempo en las Juventudes Socialistas. Alierta ya le ha hecho consejero de Telefónica..."
La conversación transcurre durante un anochecer de mediados del pasado agosto, en Santander, en casa de un notable cántabro. Alguno de los invitados es 'famosillo'. Ya sea porque es político -el presidente de la Comunidad, Miguel Ángel Revilla, o su vicepresidenta, Lola Gorostiaga-, o lo fue -el ex vicepresidente del Gobierno con Adolfo Suárez, Alfonso Osorio-, o forma parte de los restos culturales de la capital santanderina, apellidándose Pombo. A ella acude también algún notable empresario, como Luis del Rivero, presidente de Sacyr Vallehermoso (SyV).
Pero Del Rivero no fue siempre tan 'notable'. Este ingeniero de Caminos murciano era prácticamente desconocido en el mundo empresarial y político hasta que, en 2003, Sacyr, la constructora que había fundado en los 70 con José Manuel Loureda y Félix Deza, dos 'colegas' con los que había trabajado en Ferrovial (la empresa de los nobles Del Pino), se hizo con la por entonces principal inmobiliaria del país: Vallehermoso. Tras descabezar a la cúpula de la inmobiliaria, compuesta por Luis Cuevas y Emilio Novela, se entronó en la que se ha convertido en la segunda constructora nacional por capitalización bursátil. Desde entonces, su carrera empresarial ha sido fulgurante, siempre de la mano del ladrillo y sabiendo tratar a los políticos.
En el atardecer cántabro al que nos referimos, Del Rivero está eufórico. Además de que ha encontrado por casualidad al presidente del Banco Santander, Emilio Botín -principal financiador de SyV-, sabe cómo entretener a la audiencia. El bochorno y las copas de la entrada animan a todos. Así que, Del Rivero, conocido por su verborrea fácil y sin pelos en la lengua, se despacha ante los que le rodean. No le cuesta nada alardear de sus contactos con La Moncloa: con Zapatero, con el ministro de Industria, con el ex asesor económico del presidente, David Taguas...
Entre quienes le escuchan hay gentes próximas al PSOE. No salen de su asombro: ¿cómo puede ser tan imprudente para despacharse así allí en medio? Un prohombre cántabro consuela al socialista. "No te preocupes. Todos le conocemos. Esta historia la lleva contando todo el verano allí donde va. Pero a Luis (del Rivero) ya le tenemos descontado en Madrid".
¿Serán verdad las palabras de consuelo del hombre de negocios cántabro? ¿Del Rivero ya está descontado en la capital y su efecto contra Zapatero también?
En la actualidad, Sacyr Vallehermoso es una de las constructoras más endeudadas del país y necesita liquidez urgentemente. Arrastra una deuda cercana a los 18.300 millones de euros, y en 2009 deberá hacer frente a préstamos por más de 2.000 millones. Además, a finales de año afrontará un endurecimiento de las condiciones del crédito con el que financió la compra de Repsol YPF, una operación que trae de cabeza al grupo desde que la semana pasada tuvo que pignorar por segunda vez desde abril, las acciones de Testa, su división patrimonial.
Esto es así porque, cuando SyV entró en el capital de la petrolera a finales de 2006, convirtiéndose en su principal accionista, lo hizo a través de un crédito concedido por 25 entidades financieras, entre ellas, Santander, Banco Popular y Caja Madrid. Para cubrirse las espaldas, las prestatarias incluyeron condiciones: SyV avalaría el crédito con su división patrimonial si las acciones de la petrolera se situaban por debajo de los 21,80 euros durante tres días seguidos. Y esta situación, ya se ha dado.
Ahora, la constructora estudia la posibilidad de vender alguno de los activos que posee, como es el caso de su 20,01% en Repsol, y el mercado da por hecho que también busca comprador para Valoriza, la filial de medio ambiente. Además, sigue adelante con su plan para deshacerse del 49% de Itínere, la división de infraestructuras. Los expertos calculan que estas desinversiones reportarían al grupo unos 7.000 millones, suficientes para hacer frente a los préstamos y aligerar la carga de las deudas.
Con esta precaria situación empresarial, ¿Luis del Rivero es de verdad tan poderoso como para crear problemas a Zapatero por sus contactos con el Gobierno?
Eso, habrá que verlo, pero si Del Rivero ha tenido algo muy claro a lo largo de su vida es que siempre hay que estar al lado del que tiene el poder, sea del signo que sea. Su principal hazaña tuvo lugar en el año 2004, cuando saltó a la fama internacional, rompiendo portadas, al encabezar el asalto al segundo banco de este país y de América Latina, el BBVA (accionista de soitu.es). Aquella fue la operación más tensa y enconada habida en el mundo económico durante el Gobierno Zapatero.
De nada le sirvió al presidente del Gobierno negar que él mismo o su asesor económico, Miguel Sebastián, tuvieran nada que ver con la operación. Los acontecimientos les sobrepasaron y el frustrado asalto al banco que había abandonado de mal humor Sebastián -fue director del Servicio de Estudios- se convirtió en el primer fiasco de bulto del Ejecutivo de Zapatero. Eso sí Del Rivero se marchó por la intrusión "política", pero con unas plusvalías de 150 millones de euros.
Desde entonces, el constructor murciano ha sido mimado, más o menos discretamente, desde los aledaños de Moncloa. Ya fuera en su fracasado intento de entrar en la francesa Eiffage, donde no le faltaron los apoyos del propio Zapatero ante Sarkozy, como en su desembarco en Repsol, la petrolera presidida por otro empresario amigo del Gobierno y de Luis del Rivero, Antoni Brufau.
Gran jugador de mus, como él mismo siempre ha declarado, apasionado de los coches y de las naranjas, como murciano de pro, últimamente Del Rivero no gana los órdagos, y eso pese a que siempre ha sabido nadar en todas las aguas. Porque si bien es cierto que se lleva estupendamente con el presidente del Gobierno y el actual ministro de Industria, nunca ha descuidado sus otras relaciones políticas. Por eso mismo, el 28 de septiembre del año pasado, cuando en la iglesia de los Jerónimos de Murcia su hijo Luis del Rivero jr se casó con Clara Cerdán, se sintió muy satisfecho de que al enlace asistieran el ex presidente Aznar, y la ministra de Fomento del PSOE, Magdalena Álvarez.
Si la salida de Repsol de Luis del Rivero y los problemas financieros que tiene su empresa significan el principio del ocaso del constructor murciano o no, ya se verá. Pero este hombre del ladrillo, "señoruco" como le dicen en la tierra cántabra de su mujer, cercano ya a los 59 años, tiene "más vidas que los gatos, ¿sabes por qué es? Porque sabe tanto de los socialistas como de los populares. Y si un día sus problemas tocan fondo, ya veremos el miedo que le tienen", sentenciaba esta misma mañana un alto ejecutivo de un gran banco de inversiones.
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.