Valladolid.- El atlas literario y visual del Canal de Castilla, su geografía espiritual y terrena, han firmado el escritor Raúl Guerra Garrido y el fotógrafo Eduardo Margareto en el libro "Castilla en Canal", concebido como un peregrinaje laico por esa senda fluvial que surca parte de Palencia, Burgos y Valladolid.
Guerra Garrido y Margareto han compuesto a dos manos un canto al orgullo e identidad de Castilla y León, pero también entonado la elegía de un itinerario que hace casi dos siglos fue "el sueño de unos locos ilustrados", en palabras del narrador, y que en la actualidad "se encuentra abandonado", según el escritor de imágenes.
Así se han expresado ambos durante la presentación en Valladolid de esa obra, editada por Cálamo Ediciones, una reedición del libro del mismo título que publicó en 1998 Guerra Garrido, pero con la novedad de su ilustración, más de doscientas imágenes que al final lo convierten en "dos narraciones de un mismo camino", ha dicho.
Poco más de doscientos kilómetros suman los tres ramales de esa obra de ingeniería fluvial que principalmente toma sus aguas del río Pisuerga en Alar del Rey (Palencia), y que dispone de 49 esclusas para salvar los desniveles del terreno en lo que Guerra Garrido ha definido como "un intento de locos" y "un museo al aire libre".
Casi un siglo duraron las obras del Canal (1753-1849) y otros cien años se utilizó hasta su definitivo abandono en 1959 para el uso con que inicialmente fue concebido: el traslado a los puertos del Cantábrico del cereal y la lana castellanos para abaratar el excesivo coste de su transporte por carretera.
Su construcción y puesta en marcha "ha sido la gran epopeya civil española de todos los tiempos y puso en pie a una Castilla preterida y decimonónica: la dieron un tajo, la abrieron en canal y por sus entrañas circuló esa vía fluvial en busca del mar", ha reflexionado el autor escritor nacido en Madrid en 1935, autor de libros como "El capital" (1976) y "El año del wolfram" (1984).
La mercancía viajaba en grandes barcazas arrastradas por mulas que, uncidas por gruesas maromas a las embarcaciones, circulaban por los caminos de sirga o de tierra abiertos junto a la lámina de agua y que aún pueden contemplarse junto a la esclusas, "las más antiguas fechadas en el siglo XVIII y diseñadas en forma ovalada según los cánones de Leonardo da Vinci", ha añadido.
En Frómista (Palencia), la senda de agua confluye con el Camino de Santiago, "donde se da el maravilloso disparate de haber nacido en tierras adentro quien luego resultó ser el patrón de los marineros", ha añadido en relación a San Telmo antes de referirse al "alarde románico" que representa la iglesia de San Martín de esa población.
Fe y razón, cristianismo e ilustración, "que en España se han mezclado siempre de mala manera, se cruzan en Frómista junto al Canal de Castilla de manera compartida", ha añadido el literato que en 2006 fue galardonado con los premios Nacional de las Letras Españolas y de Castilla y León en la misma modalidad.
Esa extraña circunstancia ha sido posible merced a la "magia y al misterio que aún laten" en este itinerario, ha añadido por su parte el artista y reportero gráfico Eduardo Margareto, uno de los creadores del Festival Internacional de Fotografía (Explorafoto) y cuya obra se ha expuesto en Valladolid, Miami, Salamanca, Bogotá, La Habana y, más recientemente, en Sao Paulo.
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