Venecia (Italia).- La película "Teza", del etíope Haile Gerima, proyectada hoy en competición en la Mostra de Venecia, es un filme que trata sobre la reciente y violenta historia de su país, pero ante todo de la ignorancia.
Gerima, profesor emérito de la Universidad Howard de Washington, cuenta la historia de Anberber, un intelectual africano exiliado en Alemania que regresa a su país durante el régimen marxista de Haile Mengistu.
Anberber, interpretado por Aron Arefe, regresa a casa con su madre en un pequeño pueblo etíope tras un incidente que no recuerda, pero que le ha costado la amputación de una pierna.
La recuperación de la memoria le guía a través de su historia y la de Etiopía y sirve a Gerima para mostrar la impotencia de los intelectuales ante la desaparición de los valores humanos y sociales" en los regímenes totalitarios.
"Teza me ha dado la oportunidad de contar la historia de los intelectuales africanos que se encuentran dislocados por una serie de complicadas circunstancias históricas", aseguró Gerima.
Para el director africano, el exilio en Alemania representa a Anberber como a "Prometeo, que fue para buscar el fuego de la modernización a Europa... Sin embargo, el fuego que adquirió no puede ayudar a curar a su pueblo, un pueblo inundado en innumerables necesidades".
Entre esas necesidades, figura la educación, la necesidad de superar la ignorancia, mal que permite el crecimiento de los totalitarismos y del racismo.
Una ignorancia que no sólo se da entre los analfabetos, que no saben leer y escribir, y entre los pobres africanos, sino también en los países ricos donde florece el racismo, como en Alemania, donde existen grupos neonazis, según muestra el filme.
En dos horas y veinte minutos, Gerima se recrea en la historia, porque el cine es una de sus pasiones, ya que viene de "un padre y una madre que ya eran narradores de cuentos".
Quienes también emplean dos horas para intentar contar su historia son los directores Aleksei German, en su "Bumaznyj soldat", y Werner Schoeter en su "Nuit de chien", otras dos películas vistas hoy en concurso en Venecia.
El ruso German cuenta la vida del médico Daniel Pokrovsky, encargado de designar los astronautas que viajarán en el primer vuelo tripulado al espacio, una decisión que se le hace insoportable porque está convencido de que no regresarán.
Pero la historia se complica porque Pokrovsky, interpretado por Merab Ninidze, es un hombre casado, que comienza una aventura con otra mujer.
"A través de mi trabajo cinematográfico estoy a la búsqueda de las fuerzas vitales del amor, la vida y la muerte, fuerzas que trato de explicar usando lo fantasmagórico y las formas utópicas", aseguró German, que se ha basado para la película en la novela "Para esta noche", de Juan Carlos Onetti.
Pero German abusa de la forma, lo que muchas veces va en contra de la historia, que se va disolviendo en un pasar de imágenes sin contar mucho en concreto, con lo que, quizá sin querer, el director ha retratado mejor lo que fue la Unión Soviética que esas "fuerzas vitales".
"Es necesario seguir adelante, sin dudas, sin pensar", dice una de las protagonistas, mientras se limita a observar el devenir de la vida sin hacer nada por cambiarlo.
Algo parecido le ocurre a Schroeter, que igualmente privilegia más la forma que el contenido en una película en la que un hombre en la cuarentena busca a una mujer en una guerra civil de ambiente futurista, pero con la narrativa de Fassbinder.
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.