NUEVA YORK (ESTADOS UNIDOS).- Nueva York ofrece una gran variedad de alojamientos. Eso sí, a pesar de que la locura del cambio del euro respecto al dólar hace que los turistas europeos invadan la ciudad, es conveniente saber que los precios de los hoteles son totalmente desorbitados. Con la tasa favorable de cambio se hace más llevadero y la cantidad se reduce un poco, pero aún así están fuera de onda en relación calidad-precio, comparados con muchos hoteles, no sé si de Europa, pero desde luego que sí de España.
Si se busca un lugar más económico para quedarse, yo recomendaría la opción de quedarse en casa de algún amigo o conocido, pero claro, no todo el mundo tiene a alguien cercano viviendo en Nueva York. Por ello, otra opción que también puede saliros por un precio razonable es la de alquilar un apartamento o una habitación en una casa particular. Aunque pueda parecer raro eso está aquí a la orden del día, hay muchos apartamentos que se alquilan por días, semanas o meses y también habitaciones que se quedan libres y sus propietarios alquilan a los visitantes de la ciudad.
Aunque las tarifas no suelen ser todo lo baratas que podrían, sí que sale significativamente por un precio menor que los hoteles. Un inconveniente podría ser que nunca sabes exactamente qué es lo que estás concertando y que nunca tienes la seguridad que te proporciona reservar en un hotel, pero a cambio tienes un ambiente generalmente más tranquilo y personal y unos precios más ajustados.
Algunas páginas para encontrar estos alojamientos son:
Pero hoy dejemos correr la imaginación y supongamos que tenemos un presupuesto más que abultado y que podemos permitirnos alojarnos en los hoteles más cool. La ciudad tiene muchas alternativas si estás dispuesto a pagar más por estar en un lugar fashion, así que hoy os relataré una pequeña excursión que he realizado por cinco de los hoteles más urbanitas. Lejos de ser una descripción de características o precios, y sobre todo teniendo en cuenta que no entraré en algo tan importante como las habitaciones, pretendo mostraros mis impresiones personales sobre lo que veo y el ambiente que percibo.
Empezamos el recorrido en la calle 47 con Broadway, en pleno Times Square, donde nos encontramos probablemente con el más famoso de los hoteles de la cadena W en Nueva York. Ocupa un gran rascacielos presidido por la W logotipo de la marca y podréis elegir el tipo de habitación según a qué altura queréis estar. La del tipo Spectacular os situará entre los pisos 31 y 57, desde donde tendréis una impresionante vista sobre Times Square. Este hotel, frecuentado mayormente por jóvenes profesionales, dispone de un lobby con un moderno bar lleno y con la música a tope a casi cualquier hora del día. Situación inmejorable si se quiere sentir que se está viviendo en el auténtico centro de Manhattan.
Muy cerca nos encontramos en el 125 West de la calle 45 con un hotel de la cadena española RoomMate. Hoteles bautizados con nombres de persona, es en esta ocasión Grace, la anfitriona. Aunque cuesta reconocerlo si no vas expresamente a él, por la falta de cartelería en la calle, el edificio es un pequeño bloque plateado flanqueado por un llamativo reloj naranja. Una vez dentro y tras pasar un estiloso puesto de periódicos, revistas y golosinas, nos damos cuenta de que nos encontramos en un hotel chiquitito y con pinta acogedora, a pesar de ser bastante fashion, que ha aprovechado al máximo todos sus recovecos. Buena prueba de ello es la espectacular piscina que te encuentras prácticamente nada más entrar y que enlaza directamente con un bar que, la tarde que lo visité, estaba hasta los topes de gente joven como si fuera un club a la madrugada.
Nos desplazamos hasta el SoHo neoyorquino en el 210 de West Broadway para hallar este hotel, aún vanguardista, pero de diseño mucho más clásico y señorial que los anteriores. Me llamaron especialmente la atención las iluminadas escaleras que te llevan hasta el lobby y sobre todo el restaurante The Yard. Abierto en la temporada veraniega, en un precioso y lleno de vegetación callejón contiguo, parecía un verdadero oasis donde disfrutar de la gastronomía, en plena vorágine de la ciudad.
Del fundador de la discoteca Studio 54, exitoso emprendedor y empresario inmobiliario Ian Schrager, con la ayuda del pintor y director de cine Julian Schnabel, nos llega este lujoso hotel al número 2 de Lexinton Avenue. Uniendo a la perfección lujo y bohemia se produce esta extraña y cautivadora mezcla que crea un barroco entorno repleto de obras de arte de autores de la talla de Warhol, Basquiat o incluso del propio Schnabel. En su exterior se encuentra el Gramercy Park, único parque privado de la isla de Manhattan. Inaugurado a principios del siglo XIX, es propiedad de los históricos edificios que lo rodean y que crean exclusivo entorno al que sólo ellos pueden acceder y disfrutar mediante una llave que cambia anualmente.
Llegamos al East Village neoyorquino, zona de artistas y bohemios por excelencia y ahí nos topamos con el Hotel On Rivington, en el número 107 de la, cómo no, calle Rivington. Destaca precisamente el edificio alto y acristalado entre todos los edificios bajos de ladrillo y escaleras de incendios que lo rodean, y por este tipo de contrastes me agrada lo que veo. En la línea de hotel joven, con música a tope y estilo fashion y desenfadado, también cuenta con un espacio en la azotea para realizar fiestas y desde el que se contempla una excelente vista del East Village y de la ciudad. Cuando acudí había una fiesta en marcha en plena tarde en la que parecían pasarlo estupendamente.
Éstas son las opciones seleccionadas para disfrutar de Nueva York después de rascarse mucho el bolsillo. Si vuestro presupuesto es limitado, os recomiendo una de las opciones más económicas de las que os hablaba al comienzo, os ahorraréis mucho dinero. Además, tened en cuenta que siempre podéis venir a estos lugares a tomaros un café y dejaros ver como uno más de éste exquisito club de vanguardia.
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