Pekín.- La supremacía del boxeo cubano olímpico llegó a su final en los Juegos de Pekín después de irse sin ninguna medalla de oro en las cuatro finales que disputó, mientras que China consiguió dos, una de plata y otra de bronce.
Rusia, que llegó como gran favorita al torneo para quitarle la supremacía a Cuba, se tuvo que conformar con el segundo lugar al conseguir dos medallas de oro y una de bronce.
Mientras Italia con un oro, una plata y un bronce, ocupó el tercer lugar del medallero para ser también otro de los equipos triunfadores del torneo.
Junto a la perdida de la supremacía de Cuba, que quedó en el décimo lugar del medallero, el gran derrotado del torneo fue de nuevo el equipo de Estados Unidos, que llegó con ocho púgiles y sólo pudo conseguir un medalla de bronce, la que se llevó el peso pesado Deontay Wilder.
El premio del trofeo Val Barker, que se otorga al mejor boxeador del torneo, recayó en el ucraniano de 20 años Vasyl Lomachenko, medalla de oro en la división del peso pluma (57 kilos).
Si China acabó con el mito de la supremacía del medallero de Estados Unidos también lo hizo en el deporte del boxeo olímpico al desbancar al equipo cubano que desde Munich 72 había comenzado a ser el gran "rey".
Aunque Cuba logró colocar a ocho boxeadores en las semifinales para asegurarse la medalla de bronce, en los peleas decisivas no tuvieron la consistencia ni la clase de juegos anteriores y comenzaron a sentir sus efectos.
Tampoco les favoreció el trabajo de los jueces y al final tuvieron que conformarse con tener cuatro de plata y cuatro de bronce, un actuación buena, si se tiene en cuenta el equipo que Pedro Roque, el entrenador del equipo, tuvo que preparar de urgencia ante las deserciones y sanciones de varios campeones olímpicos.
Desde los Juegos de Verano de México de 1968, que Cuba consiguió sólo tres medallas, ninguna de oro, el equipo caribeño no había tenido una cosecha tan pobre en cuanto a la presea de mayor valor.
"Si nos fijamos en las medallas de oro, entonces podemos pensar que el torneo no ha sido bueno para nosotros, pero si vemos en conjunto de lo realizado, entonces hay que sentirse optimistas por como ha respondido de nuevo la escuela del boxeo cubano", declaró el entrenador de Cuba, Pedro Roque.
Cuba, que en los pasados Juegos de Verano de Atenas 2004 logró cinco medallas de oro, dos de plata y una de bronce, volvió a ser el país que más consiguió en Pekín, pero esta vez su valor fue menor.
China, como se esperaba, en su condición de local, metió a cuatro púgiles en los cuartos y tres llegaron a la final para conseguir también la medalla de oro, que los dejaron como los campeones del torneo.
El peso minimosca (48 kilos) Shiming Zou, que se aseguró el doblete con los títulos del mundo y olímpico fue el gran símbolo del triunfo chino, que también tuvieron la medalla de oro conseguida por el semipesado (81 kilos) Xiaoping Zhang.
Rusia, que hasta cuartos de final fue la gran derrotada al quedarse con sólo tres púgiles clasificados de los 11 que presentó al torneo, el único país con peleadores en todas las divisiones, salvó la competición con dos oros y un bronce.
El torneo en el que participaron 283 púgiles, de 74 países, dejó a China no sólo como campeón, sino también le permitió conseguir la primera medalla de oro de su historia, lo mismo que hicieron República Dominica y Mongolia.
También lograron medallas de oro Italia, Tailandía, Ucrania, Gran Bretaña y Kazakistán.
El dominicano Félix Díaz ganó en el peso welter ligero la medalla de oro al vencer por puntos 12-4 al tailandés Manus Boonjumnong y fue la segunda olímpica para su país después que el peso gallo Pedro Nolasco ganó el bronce en Los Angeles 84.
Su medalla de oro fue también la segunda en la historia del deporte olímpico de Dominicana para unirse a la que consiguió el corredor Félix Sánchez en 400 metros vallas, en Atenas 2004.
Con Díaz, el boxeo latinoamericano, que presentó a 36 púgiles en el torneo de Pekín, dejo su mejor imagen, después que no tuvieron suerte en el trato recibido por los jueces, que volvieron a dejar todo tipo de dudas y sombras sobre su imparcialidad.
Sin embargo, países como Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Ecuador y México llegaron con jóvenes valores que demostraron una imagen del boxeo aficionado latinoamericano.
También hubo dos campeones mundiales actuales que lograron medalla de oro olímpica como fueron el chino Zou y el ruso Alexev Tishchenko (60 kilos).
Mientras que el peso súper pesado (+91 kilos), el italiano Roberto Cammarelle, que destrozó en la final al chino Zhilei Zhang, fue el único campeón olímpico de Atenas 2004 que repitió título en Pekín 2008 y le dio de nuevo la medalla de oro a su país, tercero en el medallero.
El torneo de boxeo olímpico volvió a de nuevo a ser el centro de atención en cuanto al trabajo y las decisiones de los árbitros, especialmente en el trato que le dieron a los púgiles de los países latinoamericanos cuando se enfrentaban a los europeos o asiáticos.
A pesar que el nuevo presidente de la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado (AIBA), el taiwanés Ching-Kuo Wu, reiteró que su organización había comenzado una nueva etapa de reformas y limpieza, en Pekín 2008 se dieron todo tipo de irregularidades y decisiones de los jueces que fueron más que polémicas.
Inclusive, el miembro del comité ejecutivo de la AIBA, el presidente de la Federación de Boxeo de Rumanía, Rudel Obreja, denunció en conferencia de prensa extra oficial, que en más de 22 peleas, los jueces originales designados fueron tachados y cambiados por otros.
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