La palista española Fang Zhu ha jugado (y perdido) hoy contra la holandesa Li Jie. Ahora, Li Jie se enfrentará a la austríaca Liu Jia. Las tres nacieron en China pero compiten en Pekín bajo otra bandera, igual que otros muchos jugadores chinos de tenis de mesa.
Zhu, que nació en la misma ciudad donde ahora compite, es miembro del club de tenis de mesa de San Sebastián de los Reyes, en Madrid, desde hace casi un año. Otra de las estrellas españolas en ping pong es Juanito: su nombre real es Zhiwen He Cheng, y nació en China, donde empezó a competir. Vive desde hace casi 20 años en Granada, y en 1998 comenzó a jugar con el equipo español. A pesar de ello, hace poco le sometían incluso a un "test de hispanidad", para comprobar su verdadero sentir patrio. Incluso el seleccionador español del equipo de tenis de mesa, Than Dong Ping, es de origen chino.
No es nada nuevo que atletas profesionales adquieran una nueva nacionalidad para competir en un equipo distinto al de su país natal; pero en este caso es más llamativo: regresan a su país de origen para jugar en unos Juegos que China ha querido utilizar para reivindicar su espíritu nacional, compitiendo para otra bandera. Además, lo hacen en una disciplina que puede considerarse el deporte nacional. Para ellos es muy especial regresar al lugar donde viven su familia y amigos, como contaban en un reportaje de El País.
El tenis de mesa es deporte de culto en China, y en muchos otros países asiáticos, razón por la que es la disciplina deportiva con más federados del mundo. Ojeando la clasificación mundial de jugadores de tenis de mesa, se puede comprobar su dominio absoluto en este deporte: los tres primeros puestos los ocupan atletas del gigante asiático, tanto en mujeres como en hombres. Pero si vamos bajando en la lista, aunque las nacionalidades van variando, los nombres siguen sonando a chino, sobre todo en la clasificación femenina: Li Jiao, holandesa, Gao Jun, estadounidense, Li Qian, polaca... Es una tendencia general, que reduce la competencia en esta disciplina a un juego entre chinos.
Una pena para el presidente Hu Jintao, que habría disfrutado viendo cómo el University Gymnasium se llenaba de compatriotas que acapararan toda la competición en este deporte.
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