Iker y Xabier, dos caracteres forjados para ganar

Qingdao (China).-  Iker Martínez y Xabier Fernández, la tripulación del 49er que ha ganado la medalla de plata en la competición de vela de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, han demostrado que su carácter se ha forjado para ganar.

Iker, nacido en San Sebastián el 16 de junio de 1977, comenzó a navegar desde muy pequeño, a los siete años, animado por sus padres, que le regalaron un barco en su cumpleaños. El Club Náutico de Hondarribia fue testigo de sus primeras millas náuticas con un Optimist y de su participación en su primera competición a los 10 años, mientras que a los 12 comenzó su colección de premios.

Siendo juvenil vio, en una concentración en Santander, un nuevo barco del que se prendó por su espectacularidad. Era un 49er., clase recién llegada a las costas españolas tras ser elegido como clase olímpica para los Juegos de Sydney de 2000.

Visto y hecho, el donostiarra comenzó a entrenarse con esta nueva clase con un compañero canario que terminó por dejarlo. Fue en ese momento cuando entró a navegar con él Xabier Fernández y se formó un equipo que se ha convertido en referencia de la clase.

Xabier, natural de la localidad navarra de Ibarra, donde nació el 19 de octubre de 1976, también comenzó a navegar muy pronto, a los siete, y uno más tarde tomó la salida en su primera competición.

Al igual que Iker, a Xabier también le animaron sus padres que se echara al agua y aunque navegaba con frecuencia sus aspiraciones deportivas fueron por otros derroteros, concretamente con el ciclismo, al que parecía que se iba a dedicar por entero.

Sin embargo, una lesión le obligó a aparcar la bici en cuanto a competiciones de alto nivel se refiere y lo que perdió el ciclismo lo ganó, y con creces, la vela olímpica.

Iker y Xabier comenzaron a navegar como pareja en 1999 y ese mismo año dieron su primer toque de atención al ganar la Christmas Race de Palamós. Ya en el equipo preolímpico español para Sydney comenzó una gran rivalidad con la otra pareja española de la clase, Santiago López Vázquez y Javier de la Plaza.

Tal es la calidad de las dos tripulaciones españolas y su dominio en las competiciones internacionales que el 49er. comenzó a ser llamada la clase de los españoles. Que las dos parejas españolas coparan los primeros puestos de las competiciones se convirtió en algo habitual.

Al final, los técnicos de la Federación Española de Vela se decantaron por Santi y Javi para competir en Sydney, mientras que Iker y Xabier pasaron a ser unos sparrings de auténtico lujo. No era para menos tras haber ganado la medalla de bronce en el europeo de ese año.

Aquella decepción no hizo más que aumentar la determinación de la pareja vasco-navarra de mejorar aún más en su navegación para alcanzar el sueño olímpico en Atenas 2004, como lo demostraron un año después al ser subcampeones del mundo y de Europa.

El espíritu ganador de uno, Iker, el de sacrificio en pos de una recompensa del otro, Xabier, la obsesión por ganar y perfeccionar de los dos, les llevó a que 2002 fuera un año extraordinario en éxitos. Se proclamaron campeones del mundo en Hawai y de Europa en Noruega y ganaron ocho de las nueve pruebas del circuito Eurolymp a las que se presentaron.

Si uno fue un año de ensueño, 2003 fue el de las pesadillas. Iker sufrió una importante lesión en una de sus rodillas que le obligó a pasar por el quirófano y a perder muchos días de entrenamiento y, lo que es peor, le creó inseguridad al continuar con dolores meses después. Luego, en unos entrenamientos antes del mundial de Cádiz 2003, Iker se hizo daño en la otra rodilla y tuvieron que abandonar el campeonato. Más tarde llegaría la dislocación de la clavícula de Xabier en el Campeonato de España.

Las cosas volvieron a su cauce en el mismo año olímpico. Campeones del Mundo en Atenas, en las mismas aguas donde luego ganaron el oro, les devolvió al primer puesto del panorama internacional y su condición de favoritos, si es que alguna vez lo habían perdido.

La pareja española se distingue también por su obsesión por tener siempre barco y material perfectamente preparado y a la última en cuanto a tecnología se refiere, lo que le lleva a visitar con asiduidad los astilleros en busca de ese último mástil o aparejo que les dé un puntito más de velocidad.

Tras la cita ateniense y con el oro ya colgado de sus cuellos, Iker y Xabier volvieron su vista hacia la vela de crucero, en su caso la oceánica, al involucrarse en la Volvo Ocean Race, Regata Vuelta al Mundo, a bordo del "MoviStar".

Iker fue el encargado de llevar la caña en las regatas cortas que se realizaron en los puertos en los que recaló la Volvo y previas a las etapas largas, mientras que Xabier desempeñó funciones de trimmer durante las primeras cuatro etapas, en las que vivió momentos de gran tensión por las averías sufridas por el barco español, que terminó por hundirse en el Atlántico Norte cuando la flota estaba de vuelta a Europa desde Estados Unidos.

En 2006 y tras ganar la Copa del Rey de IMS Open con el MoviStar, volvieron a su 49er. No tardaron en recuperar la forma y se hicieron con el bronce en el Europeo de ese año para, a continuación, ganar en su clase los Juegos Mundiales de la ISAF (Federación Internacional de Vela).

En 2007 Iker pasó por el drama de perder a su madre. Eso, unido a que no estaban navegando bien lo llevó a pensar de dejarlo todo. Sin embargo, se dio cuenta de que ese no era el camino, que se lo debía a mucha gente, entre ellos a su compañero Xabier, y decidió continuar.