España logró la victoria más convincente del torneo jugando uno de sus peores partidos. Los españoles estuvieron lamentables en los primeros 15 minutos del choque, recordando a la peor versión española de la historia, la selección que nos abochorno en Barcelona´92.
Empeñados en anotar desde 6,25 metros, los españoles eran incapaces de anotar, chocando contra una defensa africana más que discreta. El 0/7 en triples en el primer cuarto continuó en los primeros minutos del segundo cuarto, en los que España no fue capaz
de anotar. Afortunadamente para los de Aíto, el rival era Angola, y del
25-15 se pasó al 30-40 del descanso. Los españoles, a falta de acierto, sí
demostraron tener casta, suficiente ante un débil rival como Angola.
Después de haber visto las orejas al lobo, los españoles no se relajaron, rompiendo el partido tras el descanso. Los angoleños, desbordados por los campeones del mundo, pagaron su gran inicio de partido, siendo vapuleados por una selección que después de la dura derrota del sábado y los quince primeros minutos del partido, quería resarcirse. El 98-50 final es simplemente una anécdota.
El exceso de relajación español le podía haber costado muy caro si Angola no hubiera sido el rival. España deberá plantearse jugar con el mismo nivel de intensidad en los próximos partidos, empezando el próximo miércoles ante Croacia. De la actitud española y de la recuperación de jugadores como Navarro y Garbajosa dependerán buena parte de las opciones españolas a medalla."
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