Pekín.- La selección española de balonmano apareció hoy empequeñecida, sobre todo en ataque, ante el vigor y la fortaleza de Francia (28-21), así que se jugará el pase a cuartos de final del torneo olímpico el próximo lunes ante Brasil.
Comenzó siendo el partido de las defensas. Habían pasado más de cuatro minutos y nadie encontraba el camino de la portería. Dos exclusiones absurdas de los españoles, y la consiguiente superioridad numérica de Francia, abrieron paso a los goles, pero eran de los franceses que se pusieron 6-2, con España defensivamente floja y encajando contraataques, dos de ellos sin guardameta.
Esa maniobra de Pastor de poner a un jugador la camiseta de portero cuando el equipo está con uno menos tuvo hoy connotaciones suicidas. Ante Francia, que robó balones con facilidad, no funcionó la estrategia del técnico vallisoletano y ya es sabido que las diferencias son muy duras de levantar ante los "azules", ya que cuentan con lanzadores y defensores extraordinarios.
Del 2-1 al minuto 6 se pasó a un elocuente 8-2 (min. 15). Fue visto y no visto, pero el electrónico no hacía sino reflejar el desconcierto de España que aparecía estéril sobre la cancha. Entrerríos e Iker no estaban para alegrías y los españoles estuvieron casi diez minutos sin marcar.
No es sólo que los galos jugaran bien, que también, sino que España ni tenía las ideas claras ni sabía qué hacer para frenar a un rival sin Jerome Fernández, lesionado en un dedo, y en que su mejor jugador, Karabatic, tardó en "calentarse".
Por el contrario, sí estaba caldeado Barrufet bajo la portería española. De no ser por alguna de sus intervenciones, el marcador se hubiera disparado sin remedio antes del descanso.
Hubo un momento en que Bertrand Guille, Guigou y las jugadas "de fantasía" de Luc Abalo parecían demasiado para España, aunque Malmagro y los extremos intentaron dar réplica y acabaron forzando un tiempo muerto francés. Algo preocupante debió ver Claude Onesta, ya que sus instrucciones eran vehementes con 14-9 en el marcador.
La segunda parte fue más de lo mismo. Los franceses, más regulares, administraron su ventaja con cierta suficiencia, aunque España mejoró atrás con David Davis en el avanzado.
Sin embargo, cuando "la roja" se ponía tres goles abajo, los galos ajustaban su defensa y tiraban de potencial. Además, la falta de acierto de Iker Romero y la poca aportación del pivote lastraron, y mucho, a los de Juan Carlos Pastor. Así, nada que hacer (28-21).
Brasil espera ahora en la lucha por traspasar el umbral de la primera fase y no parece que los brasileños puedan apartar a España de ese camino, pero si todo sigue como está el cuarto puesto tendría como "destino" a la asombrosa Corea del Sur. Hasta el Duque de Palma está sorprendido con los coreanos. Y algo sabe de esto.
Ficha Técnica:
28 - Francia (+): Omeyer (Haraboue), Dinart, Burdet (2), Guillaume Guille (2), Bertrand Guille (6), Daniel Narcisse (5), Oliver Girault (1), Karabatic (5), Kempe, Abati, Abalo (3) y Guigou (4).
21 - España (+): Barrufet (Hombrados), A. Entrerrios (1), Rocas (1), R. Entrerrios (1), Garabaya (1), Prieto (2), Belaustegui (1), Lozano (1), Davis, Juanín García (7), Iker Romero (3) y Malmagro (3).
Parciales: 1-1, 4-2, 8-2, 11-5, 13-9 y 16-10 -descanso- 17-13, 19-13, 21-14, 24-18, 25-21 y 28-21.
Arbitros: Leme y Ullrich (Alemania). Exclusiones: Dinart, Gille, Abalo, A, Entrerrios y Belaustegi (2).
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