Phelps lo consiguió, ¿pero eso le convierte en el mejor olímpico?
Por B. GARCÍA / A. LLORCA (SOITU.ES)
Actualizado 17-08-2008 12:02 CET
No cabe duda de que Michael Phelps, con su última victoria en los 4x100 estilos, es la estrella de estos Juegos Olímpicos, al convertirse en Pekín en el deportista con más medallas de oro en la historia y con más oros en una misma cita olímpica. Sin embargo, ¿es esto suficiente para considerarle como el mejor deportista olímpico de la historia?
Después de encendidas discusiones en la redacción de soitu.es sobre si Phelps es o no el mejor olímpico de la historia, estos son los argumentos que se nos han ocurrido, tanto a favor como en contra de conceder al estadounidense ese título honorífico. ¿A ti qué te parece?
A favor de Phelps
- El número total de oros olímpicos. Phelps ha conseguido en total y si contamos el trofeo de hoy 14 medallas de oro -seis en Atenas 2004 y ocho en Pekín 2008- y dos de bronce en Atenas 2004 (16 medallas en total). Además, es justo comentar que el nadador de Maryland también consiguió siete medallas de oro en los pasados mundiales de Melbourne, lo que acredita su condición de indiscutible número uno en su deporte.
- Más medallas en unos mismos Juegos que nadie en la Historia. Phelps ha conseguido el mayor número de metales de oro en una misma edición de Juegos Olímpicos que ningún otro deportista en la Historia con los ocho oros en Pekín, superando los siete de Spitz en Múnich 72.
- Protagonista indiscutible de Pekín. Tradicionalmente, cada nueva edición de unos Juegos lleva el nombre de un deportista asociado. Por ejemplo, al hablar de Berlín 36 hay que referirse a Jesse Owens; al hacerlo de Londres 48 hay que referirse Fanny Blankers-Koen. El nombre propio de Helsinki 52 fue Zátopek. Y así puede seguirse en una lista interminable que culmina en Pekín 2008 y con el nombre de Michael Phelps. Por cierto, Phelps repite ese honor, ya que fue el deportista más destacado en Atenas, por lo que quizás sea el único cuyo nombre figura asociado a dos Juegos diferentes.
- El chico de Baltimore es todavía muy joven. Phelps nació el 30 de junio de 1985. Esto supone que el deportista puede hacer todavía mucho por la natación. Todavía no podemos dar por acabada su carrera como nadador, de hecho no ha hecho más que empezar y seguramente llegue pletórico a las Juegos de Londres 2012. ¿Quién sabe cuántas medallas más será capaz de conseguir?
- Ha tenido que trabajarlo. Michael Phelps ha ganado con toda justicia porque ha sido mejor que sus rivales. Y no puede decirse que sus contrincantes se lo hayan puesto fácil. Ahí está el ejemplo de la sufrida victoria en el relevo 4x100 libres ante los franceses, en una de las carreras más bonitas que se recuerdan en una piscina. O el ejemplo del trabajadísimo oro de los 100 mariposa con una final de infarto ante el serbio Cavic.
- Biografía: historia de un niño prodigio. Según explica la biografía de Michael Phelps, de pequeño le tenía miedo al agua. Sus hermanas Hilary y Whitney, ésta última campeona de Estados Unidos de los 200 metros mariposa en 1994, le enseñaron y animaron a nadar. Más tarde el pequeño de los Phelps encontró en las piscinas refugio para huir de las discusiones de sus padres, un policía retirado y una profesora que más tarde acabarían divorciándose. Pero para entonces, Michael ya estaba enganchado a la natación. A los once años le descubrió el técnico Bow Bowman, quien desde un primer momento vio aptitudes en él que el resto de los chicos del Club local de natación no tenían. Cuatro años más tarde, y con sólo quince años, participaría en sus primeros Juegos en Sidney y ganaría un diploma olímpico al quedar quinto en la carrera de 200 metros mariposa.
Lo de Phelps tiene mérito. Pero...
- La división de categorías es absurda. No tiene sentido que existan tantos estilos en la natación, porque son demasiado parecidos entre sí. Esto es como si en el atletismo existieran los cien metros lisos, los cien metros a la pata coja, los cien metros en chanclas... Seguro que Usain Bolt conseguía más medallas. De este modo, en la natación se produce un efecto que el columnista del 'Times' Matthew Syed denomina "hiperinflación olímpica" (y lo explica utilizando las teorías del economista Milton Friedman, por si alguien aún piensa que el deporte no es cosa de eruditos). Así, tienen mucho más mérito las medallas que consiguió, por ejemplo, Carl Lewis en disciplinas más dispares, como el salto de longitud y los 100 metros (¡y en cuatro Juegos diferentes ganó el oro de longitud!). Por no hablar de Emil Zátopek que ganó el oro en Helsinki 52 en 5.000 metros, en 10.000 metros y en el maratón.
- Una de románticos. La natación, como el resto de deportes, se ha profesionalizado en demasía. Ahora todos los deportistas llevan a su dietista privado, a sus modistas particulares que eligen el vestuario más aerodinámico, a su esteticien que le depila para arañar segundos, a su masajista... Los deportistas viven para entrenar y entrenan sólo para ganar. Como robots. Hace años se escribían historias de superación en las que el contenido humano se escribía con mayúsculas. Ahí está el caso de Abebe Bikila, ese león descalzo de Etiopía que ganó dos maratones olímpicos, uno de ellos en Roma 60, después de lanzar el ataque definitivo a sus rivales cuando el recorrido pasaba por delante del simbólico obelisco de Axum, un monumento que fue robado a Etiopía por los italianos.
- ¿El número uno? En que quedamos... Resulta que los estadounidenses jerarquizan los resultados olímpicos no en función de los oros obtenidos, sino desde el número total de medallas (concediendo el mismo valor a los oros, las platas y los bronces). Desde este punto de vista, aunque algunos medios estadounidenses proclaman que Phelps se ha convertido en el mejor olímpico de la historia, el de Baltimore todavía no ha superado a la gimnasta ucraniana Larissa Latynina en el número de medallas, porque la gimnasta rusa obtuvo un total de 18 medallas olímpicas, mientras que el nadador estadounidense lleva "sólo" 16 metales.
- La desventaja de Spitz. Efectivamente, Phelps ha logrado más oros que Spitz en unos Juegos, pero en la época de Spitz había dos pruebas olímpicas menos dentro de la natación, entre las que se contaban los 50 metros libres. El triunfador de Múnich 72 ha asegurado que, si en su época se hubiera nadado sobre esa distancia, él se hubiera hecho con la medalla de oro. Y si lo dice un tío que usaba ese bigote, esos bañadores, y que tenía tantísima clase, hay que creerse todo lo que diga.
- Es una lucha desigual y eso aburre. Phelps está demasiado por encima de todos sus rivales, por lo que no tiene competencia y se pierde el aliciente del enfrentamiento, del mano a mano, de la rivalidad sana. Es como si se pone Rafa Nadal a jugar el campeonato de aficionados de la Alcarria. Pues, seguramente, ganará Nadal, pero no tendrá mucha emoción ni mucho mérito. Phelps no se enfrenta a nadie más que a sí mismo y al pasado. ¿Alguien se ha divertido viendo la natación en estos Juegos?
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