Contador buscó, ambicioso, la medalla de oro y se quedó sin nada. Nueve segundos le separaron del bronce en una contrarreloj durísima sobre el mismo circuito de la prueba en ruta. Empezó marcando los mejores tiempos, pero terminó roto, perdiendo una barbaridad sobre Cancellara (oro) y Larsson (plata). Leipheimer, de menos a más, dosificó mejor, quizá conformándose con cualquier metal. Se llevó el premio del bronce. Contador, sin embargo, apostó a ganador. Le salió mal y llegó a la meta prácticamente haciendo zig-zag. Ahora quizá se arrepienta de no haber calculado un poco. Es lo bueno de Contador, que piensa en grande.
El ciclista de Pinto ha llegado corto de preparación a los Juegos. Ya se vio en la prueba en ruta. Probablemente en la Vuelta estará pletórico y la ganará, pero se nota que no ha venido a Pekín con la forma de los que han disputado el Tour. Finalmente, la faena que le hicieron no dejándole ir a Francia ha sido doble. Sin Tour ni medalla. Se tendrá que conformar con el Giro y la Vuelta...
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