Acaba de ocurrir y casi no nos hemos recuperado de la taquicardia. Y hay tres imágenes que creo que ya no se borrarán de mi cabeza. Pero como son tan recientes y no puedo enseñarlas aún, os haré un breve resumen.
1. El paso por el peaje. Esos últimos metros que empiezan con un paso angosto que nos hace temer cualquier accidente de los cliclistas. Con el suizo liderando una emboscada que podía haber acabado con nuestras esperanzas. Seis deportistas rueda a rueda como en un pelotón desesperado mirándose nerviosos intentando calcular el mejor momento para sacar sus últimas fuerzas de la malla.
2. La media rueda de Samuel Sánchez. Que en el último momento aprieta más que ninguno con cara de no creérselo muy bien y pasa la línea de meta haciéndonos sentir esa inseguridad de no saber si el ángulo con el que lo vemos es el debido y efectivamente su rueda ha cruzado la línea antes que las demás.
3. Las primeras declaraciones mudas del héroe. Cuando el redactor de TVE emocionado por ser el primero en lograr palabras del ganador que abrazaba a sus compañeros; le pone el micro en la boca y consigue que...no oigamos nada. Las imágenes de la realización no nos mandan audio y ni siquiera podemos oir lo que le pregunta por el micro de cámara de la emisión. Vemos a nuestro redactor, a nuestro cámara y a nuestro héroe en un plano mudo, y nos quedamos con la miel en la boca de poder saber en el momento cómo se siente uno al ser el primer medallista olímpico español en ciclismo en ruta, al ser el primero en Pekín... Y nos imáginamos como se siente el redactor por su sonrisa de oreja a oreja y su empeño en poner el micro mientras el cámara le intenta apartar a pequeños manotazos de los que dudo que se esté enterando.