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Gimnasia artística: con la calculadora y el rosario

Por estheruky
Actualizado 09-08-2008 13:15 CET

Sólo dos cosas pueden hacer ahora los gimnastas españoles: cruzar los dedos y rezar. Su total: 357.925 se queda muy lejos de lo esperado y les deja prácticamente sin opciones de entrar en la final de gimnasia artística masculina por equipos. Se les atragantó la barra, donde no superaron los 56 puntos, y se alejaron de la posibilidad de formar parte de los ocho mejores del mundo y de volver a enfrentarse a los seis aparatos en los Juegos de Pekín.

El total de puntos se consigue sumando los seis aparatos que entran en competición: caballo con arcos, anillas, salto, barras, barra y suelo, compitiendo en cada aparato cinco gimnastas de cada equipo. La nota máxima de cada uno de ellos, en cualquiera de las categorías, es 17 puntos: 10 por la ejecución y siete, como máximo, como nivel de dificultad del ejercicio escogido por el deportista. El objetivo de España era lograr el pase a la final, para lo que habían calculado un mínimo de 360 puntos para poder optar a ello. Solo queda esperar el fallo del rival para dar la campanada.

El conjunto español, formado por Gervasio Deferr, Isaac Botella, Manuel Carballo, Rafael Martínez, Sergio Muñoz e Iván San Miguel, quedó encuadrado con Italia y Estados Unidos en el primer grupo. Esto implica estar un poco a por uvas al principio y que los jueces sean más exigentes con los primeros competidores. Inconscientemente van suavizándose con el tiempo. Su primer aparato, el caballo con arcos, fue un auténtico despropósito: 56.650 en total. A los gimnastas españoles se les atragantó el primer aparato y, desde entonces y hasta el final, mostraron un semblante serio y preocupado.

Las cosas mejoraban levemente pero seguían sin encontrarse cómodos. Lograron 60 puntos en anillas y 63 en salto, a pesar de que Gervasio Deferr, doble oro olímpico en esta disciplina, terminó su salto con el culo en la colchoneta. Los 59 puntos de las barras les mantenían vivos pero en la cuerda floja; un fallo y a la calle. Murphy, con su cruel ley atacó al conjunto español, “¿qué no queréis fallar una vez? ¡Pues falláis dos!”. Dicho y hecho. Primero Sergio Muñoz hizo una mala salida de la barra y cayó de bruces en la colchoneta, teniendo que dar una voltereta para evitar el impacto. Segundos más tarde Manuel Carballo se desequilibró en mitad del ejercicio y terminó colgado de un solo brazo en la barra. Cada vez estaba más lejos la posibilidad de disputar la final.

Lograron 61 puntos en suelo, una muy buena marca, con un genial Gervasio Deferr, que lleva 4 años preparándose para este aparato. Sus 15,825 puntos le dan el pasaporte para la final individual de suelo y para luchar por su tercera medalla olímpica. Rafa Martínez puede acompañarle en la final de suelo y está muy cerca de competir en la final individual. Un poco más difícil es que Isaac Botella esté entre los mejores de salto, pero aún no se puede tirar la toalla.

Todo está ya en la sartén. La suerte ya está echada. Sólo queda esperar y tener un poco bastante de suerte para que los demás equipos fallen y no superen el total de España. La calculadora y el rosario acompañarán a los gimnastas españoles hasta por la noche, cuando se termine la clasificación y se conozcan los ocho países que van a poder disputar la final de gimnasia artística por equipos.

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