Risas de cuando los atletas no calzaban zapatillas doradas

Los Juegos Olímpicos siguen su curso envueltos en la calma tensa que imponen la afilada vigilancia del régimen chino, los activistas buscando rendijas para colar sus reivindicaciones, la sensación eterna de sospecha... y ¡la ansiedad por la sequía de medallas para España! Para aliviar esas tiranteces y relajar el ambiente, hemos escogido dos joyas de la comedia muda de principios de siglo, en los que Buster Keaton y Charles Chaplin realizan dos de las primeras aproximaciones del cine al mundo del deporte.

Hubo un tiempo en el que los Juegos Olímpicos se celebraban sin grandes patrocinadores, en el que los velocistas no calzaban zapatillas doradas, en el que los nadadores ni siquiera se depilaban para arañar centésimas, en el que la gente no había escuchado nunca hablar de la eritropoyetina. Estos vídeos pertenecen a ese tiempo antiguo, como se ve en el vestuario de los atletas ocasionales que protagonizan ambas cintas.

Una de las películas fundacionales e indispensable para todo amante del cine y del deporte es 'El colegial', de Buster Keaton, filmada en 1927. En ella, el cómico encarna el papel de un empollón que trata de convertirse en deportista para conquistar el amor de una joven. Salto de vallas, salto con pértiga y la carrera de velocidad son algunas de las pruebas que practica Keaton con dudoso éxito. Todo un monumento a la comedia muda y al deporte.

El boxeo es un deporte que ha servido como inspiración al cine en numerosas ocasiones. Toro Salvaje, The Boxer, Ali, Million Dollar Baby, Beautiful Boxer... Hay muchos ejemplos, pero quizás el primero de todos, el origen de esta relación apasionante, sea 'Charlot Boxeador', una obra de 1915, en la que Charles Chaplin encarna el papel de un hombre que llega a una academia de boxeo por casualidad y acaba librando un combate contra el más temible de los boxeadores.